miércoles, 16 de diciembre de 2009

ARCE Y CÍRIGO

Fernando Belaunzarán

René Arce y Víctor Hugo Círigo decidieron, junto con otros compañeros también valiosos, salir del PRD. Su ausencia deja un hueco difícil de llenar, pues no sólo se trata de personajes que han tenido importantes responsabilidades, que son fundadores y cuya contribución resultó esencial para que la izquierda ganara en tres elecciones consecutivas el gobierno de la Ciudad de México sino que también representan una posición política propia, la socialdemócrata, que han sabido defender con firmeza y valentía a pesar de los costos, pues al hacerlo tuvieron que enfrentar a caudillos y gobiernos poderosos. Es más, se podría decir que más que irse se les sacó del partido desde el momento en que se implementó una política de Estado por parte del GDF, misma que fue alentada por el ex candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, para aplastar al grupo político que ellos encabezan en el Distrito Federal.

Círigo y Arce iniciaron su actividad política en la izquierda revolucionaria y clandestina en las épocas de la “guerra sucia”. Luego se formaron en el trotskismo e ingresaron al Partido Revolucionario de los Trabajadores. Ambos tuvieron una intensa actividad sindical que los llevó a sufrir persecuciones. Su cercanía con Valentín Campa los sensibilizo de la necesidad de promover la confluencia de las izquierdas para enfrentar en mejores condiciones al sistema autoritario del PRI-Gobierno, por lo que participaron en el PSUM, en el PMS y, por supuesto, en el PRD. A diferencia de otros, observaron con detenimiento la caída del Muro de Berlín y sacaron lecciones de la derrota del llamado “socialismo real”. De ahí que se hayan convencido de que el camino para la transformación pasa por el voto y por la lucha institucional y que la izquierda debe comprometerse con la democracia y las libertades para ser congruente consigo misma. Así también, entendieron que el estatismo y los populismos son lastres para el desarrollo económico y que es necesario buscar incidir positivamente en un mercado no omnipotente ni autárquico, pero tampoco asfixiado o sometido, y que la redistribución de la riqueza es mucho más efectiva cuando se incentiva su generación y a la par se fomenta la economía social con figuras como el cooperativismo. Por ello es que adoptaron la ideología de la socialdemocracia.

Su trabajo en Iztapalapa viene desde la década de los 80, cuando esa demarcación era un bastión de caciques priístas poco civilizados que acostumbraban imponer su hegemonía a punta de pistola. En esas difíciles condiciones hicieron campaña por el ingeniero Cárdenas en 1988 y construyeron el PRD en medio de amenazas y represión que, por cierto, era operada por algunos de los que hoy están en las filas del perredismo sirviendo a los mismos –y también combatiendo a los mismos- de aquel entonces.

La presencia de René Arce en Iztapalapa quedó más que acreditada cuando fue candidato a jefe Delegacional y obtuvo más votos que Andrés Manuel López Obrador en el año 2000, el cual pudo vencer a Santiago Creel gracias precisamente a los sufragios que le dieron los iztapalapenses. Sin embargo, el hecho de que Arce y Círigo no hayan sido gobernantes agachados ni sumisos motivó el recelo de López Obrador, entonces jefe de Gobierno, que, como es del dominio público, exige obediencia ciega. Pero no fue sino hasta después del 2006, cuando la estrategia de confrontación rabiosa, atrofia de las instituciones y descomposición del ambiente político que impulsó el ex candidato presidencial se topo con la oposición de buena parte del PRD y René Arce asumió un importante protagonismo en el cuestionamiento de esa dinámica suicida para el partido y perniciosa para el país, que AMLO emprendió una campaña de hostigamiento y persecución contra el equipo político del Senador de la República que contó con la participación entusiasta de Marcelo Ebrard que tomó la autonomía de la IV legislatura de la ALDF, encabezada por Víctor Hugo Círigo, como un agravio personal.

El equipo de René Arce estuvo en la primera trinchera de la lucha por evitar la imposición del candidato del caudillo a presidente nacional del PRD. El apoyo a Jesús Ortega y la no aceptación a que la línea política del partido se dictara en votaciones a mano alzada realizadas en plaza pública generaron un ambiente hostil en el lugar en el que el obradorismo mantiene mayor fuerza. El momento de ajustar cuentas se dio en las elecciones internas del 2009 en las que todo el aparato y los programas sociales del DF se pusieron al servicio de una coalición de tribus conformada en las oficinas del jefe de Gobierno a iniciativa de la presidencia legítima para arrasar a los precandidatos afines al senador Arce. Hay que reconocer que Andrés Manuel y Marcelo demostraron en el 2009 ser mucho más efectivos en golpear a sus adversarios internos que en enfrentar al PRI y al PAN.

Es verdad que René no midió correctamente la correlación de fuerzas ni el tamaño del operativo que se le venía encima y que pudo aceptar un acuerdo que aunque desventajoso le aseguraría mantener una influencia considerable en la ciudad; pero eso de ninguna manera justifica las elecciones de Estado que implementó un gobierno que debería deberse a la lucha por la democracia que el PRD capitalizó para ser el primer gobierno electo de la capital de la república. Además, al ayudar a eliminar al contrapeso de AMLO en el DF, Marcelo acentúo su dependencia a éste y evitó convertirse en punto de equilibrio que le hubiera dado un margen de autonomía que, como se constató en el reciente nombramiento de Clara Brugada, hoy no tiene.

El sello del equipo arcista se vio con claridad en la actuación sobresaliente de Ruth Zavaleta al frente de la Cámara de Diputados y en la conducción de la IV legislatura de la ALDF que ha sido, sin duda, la más productiva hasta ahora y la que pudo expresar de manera más nítida y contundente el perfil de izquierda libertaria de la capital del país. Víctor Hugo Círigo resistió presiones e intentos golpistas durante los tres años que estuvo al frente del legislativo local por defender la autonomía de ese órgano y no permitir que lo que corresponde según facultades y atribuciones al parlamento se decidiera en las oficinas de gobierno como suele suceder en las demás entidades de la república y como ahora también acontece en el DF. La Ley de Sociedades de Convivencia, la despenalización de la interrupción del embarazo, la tipificación de los crímenes de odio, el divorcio Express, el fortalecimiento del poder judicial, La Ley de protección a los no fumadores más audaz del país e incluso la restauración del patrimonio histórico que representan los recintos que utilizan los diputados locales fueron posibles gracias a que decidió no someterse y supo construir acuerdos con todos los grupos parlamentarios para bien de los capitalinos. La venganza, como vimos, vino después.

El 2012 se ve difícil para la izquierda en virtud de que el ex candidato presidencial prefirió enervar al voto duro y jugar de manera pusilánime y vergonzante a la revolución antes que mantener la enorme base social que lo había apoyado. Más aún cuando decidió “depurar” al movimiento y perseguir a sus críticos. Hoy se van René Arce y Víctor Hugo Círigo porque pagaron las consecuencias de decir “no” a Andrés Manuel López Obrador y a Marcelo Ebrard, de expresar su opinión sin tapujos y no aceptar las facultades metalegales que se adjudican estos poderosos dirigentes. Es una lástima la imposibilidad que tienen tales “prohombres” de coexistir con la pluralidad y, por lo mismo, que sólo acepten una relación de incondicionalidad con el resto de los mortales. Es evidente que pueden congeniar con todo, menos con la independencia de criterio.

René Arce y Víctor Hugo Círigo asistieron al Congreso Refundacional del PRD y participaron de los debates. La legítima y valiosa aspiración de la unidad dejó a un lado la posibilidad de resolver el problema de la estrategia y la identidad partidarias. Esa indefinición acabó por convencerlos de que su ciclo en el PRD había terminado. Se van a construir algo nuevo junto con Ruth Zavaleta y otros valiosos dirigentes de la izquierda. Para los que nos quedamos en el PRD, pero compartimos ideas y aspiraciones de una izquierda que sea congruente con sus banderas democráticas y libertarias, lamentamos esa decisión aunque comprendamos y compartamos muchas de sus razones. No me queda sino desearles suerte, mantener la amistad y esperar que en la brega nos volvamos a encontrar.


De paso…

Reformas. En lugar de plantearse el cambio de régimen para asegurar el cogobierno y la constitución de mayorías estables en las cámaras legislativas a partir de la responsabilidad compartida, Felipe Calderón envío unas iniciativas que en su conjunto buscan reciclar al régimen presidencial. Es verdad que hay propuestas positivas como las candidaturas independientes, el referéndum y la facultad de la Suprema Corte de enviar iniciativas en su ámbito, pero el asunto estratégico es recuperar la preeminencia del titular del Ejecutivo Federal, lo que por cierto ocurre en las entidades de la republica en donde los gobernadores son amos y señores y se han instalado cacicazgos corruptos y autoritarios. El problema político en México sigue siendo la concentración del poder en manos de actores formales e informales. La reelección que se plantea como el centro de la misma no va a lograr un mayor acercamiento con la ciudadanía ideal que sólo existe en los discursos sino va a formar una nata aún más impenetrable que efectivamente va a debilitar los vínculos que representantes y gobernantes tienen con sus respectivos partidos, pero sólo para acercarlos y hacerlos dependientes de los poderes fácticos. La revancha ha buscado instalar en la opinión pública la peregrina e indemostrable idea de que al golpear a los partidos políticos –que efectivamente han estado muy por debajo de los que sus responsabilidades les obligan- por necesidad triunfa la democracia. En lugar de darle respiración artificial al presidencialismo moribundo se debiera buscar establecer una transición hacia un régimen parlamentario que en lugar de hacer que prevalezca una posición sobre todas las demás por mecanismos de adulteración de la representatividad ciudadana obliga a los que discrepan a ponerse de acuerdo… Es una vergüenza la contrarreforma oculta que se quiere hacer en la ALDF respecto a las uniones formales entre personas del mismo sexo. Es verdad que lo que seguía después de la Ley de Sociedades de Convivencia era el establecimiento del matrimonio, pero es inadmisible que se use como pantalla el nombre para introducir un elemento discriminatorio inaceptable y flagrantemente anticonstitucional. A cambio de un triunfo simbólico que no minimizo se legisla un matrimonio de segunda en el que “queda expresamente prohibida la adopción” cuando hoy no existe dicha prohibición. No es posible que en momentos en que el PAN y el PRI están aprobando legislaciones antiaborto en las entidades de la república el PRD permita la introducción de la discriminación a los homosexuales, aunque ésta se le disfrace de “triunfo histórico”. Como daño colateral, el PRI retiró su apoyo a la modificación al artículo 4 constitucional que iba a apuntalar el Estado laico y a establecer el derecho a decidir el número de hijos y espaciamiento de los mismos como respuesta insuperable a lo acontecido en ya casi una veintena de estados de la república, tal y como lo denunció con tino la diputada Enoé Uranga, precursora, por cierto, de la Ley de Sociedades en Convivencia. Círigo: ¡Cómo te extrañamos!... Los cabilderos en los medios de Marcelo Ebrard fueron los que convirtieron el nombramiento de Brugada en una derrota de su jefe. Se encargaron de difundir que vendría un tercero afín al jefe de Gobierno y que eso marcaba un parteaguas en su relación con su antecesor y mostraría, ¡por fin!, que sus aspiraciones a la candidatura presidencial son ciertas y que va en serio. Luego, ante el cambio de señales, apenas y atinaron a razonar que era para no abrir la batalla en dos frentes, puesto que también ya se adelantaron a anunciar antes de tiempo la “inminente” salida de Martí Batres, alfil incondicional del AMLO, de la Secretaría de Desarrollo Social. La verdad es que ese cuento no se sostiene. Si tenía que definir entre dos batallas ¿por qué opta por tomar la que le traería mayores costos políticos y mediáticos al exhibirse como obediente a López Obrador? Además, a Martí lo puede correr cuando quiera, en uno dos, tres, seis meses mientras que a Clara ya no la podrá mover. Además, eso de que va a sacar a Batres está por verse. ¿Qué tal que Andrés Manuel no le parece?... La afirmación de Obama de que hay guerras justas, no obstante las críticas que ha despertado, me parece correcta si es que se entiende por “justa” que sean inevitables, necesarias o indispensables en virtud de las circunstancias. Lo que no concuerdo es en su desplante busheano, propio de las historietas de súper héroes, de que son para combatir “el mal”, lo que acaba convirtiéndose en lo que el criterio interesado califica como eso… No me extraña la gran recepción que ha tenido entre múltiples personas de muy diverso origen y actividad han tenido acerca de una eventual candidatura presidencial de Juan Ramón de la Fuente para representar una opción ciudadana y de izquierda en el 2012. Lo que me ha sorprendido gratamente es que esa aceptación incluyó a algunos buenos amigos pejistas… Por fin Calderón generó consenso. Pero no por sus propuestas de reforma política sino por su aseveración de que lo mejor del 2009 es que ya se va a acabar… Los Rayados del Monterrey jugaron una gran liguilla y por, ello, son merecido y dignos campeones del futbol mexicano. Al menos en la celebración no se notó que fueran lo díscolos que la leyenda afirma…

jueves, 10 de diciembre de 2009

REFUNDACIÓN O TREGUA

Fernando Belaunzarán

El PRD no resolvió sus diferencias; simplemente decidió no pelearse por ellas. En el estrecho marco que dejó la consigna compartida por las fuerzas que representaban más del 90 % del Congreso Nacional de evitar cualquier conflicto es que se dieron algunos cambios de amplio consenso, básicamente en la esfera organizativa, que si bien tienen importancia y podrían servir para proporcionar mayor estabilidad y un trabajo territorial más sistemático y menos clientelar, así como el tener dirigentes y candidatos de mejor perfil y representatividad social, lo cierto es que no hubo ninguna redefinición política, ideológica o estratégica de consideración y que se prefirió cargar con la contradicción, la indeterminación y la ambigüedad antes de poner en riesgo la frágil unidad recién adquirida. Mantenerse juntos a toda costa, guardando las diferencias y lo que los separa, es una apuesta interesante que no debe descalificarse a la ligera aunque algunos hubiéramos preferido una transformación más profunda y radical del principal partido de la izquierda mexicana.

Sin duda que la unidad es un valor y sin duda también que el conflicto interno estridente de los últimos años ha minado considerablemente la credibilidad del PRD. Por eso es que no se puede dejar de reconocer y aplaudir que en el XII Congreso Nacional no haya habido ningún conflicto de consideración y que prevalecieran los acuerdos de mayorías abrumadoras. Pero en cambio y en contrapartida se deben lamentar los costos, entre ellos el de la ausencia de una línea política congruente que sea resultado del análisis crítico y autocrítico de la situación y de la historia reciente y que lleven a la superación de la esquizofrenia mostrada en los últimos años, de tal suerte que puedan rectificarse el rumbo y aprender de los errores cometidos. La única estrategia común es la unidad convertida en fin en sí misma y entendida exclusivamente como cohabitación.

La lógica de esta estrategia parte de la necesidad de garantizar que en el 2012 la izquierda tenga un solo candidato a la presidencia y que éste sea el que esté “mejor posicionado”. Lo demás es lo de menos. Sin negar las ventajas de evitar la ruptura e ir juntos a la elección presidencial, eso resulta totalmente insuficiente, pues la división dista mucho de ser el único problema –ni siquiera es el más importante- que explica la debacle electoral de la izquierda y de sus principales liderazgos.

En tan sólo tres años se pasó de reclamar el triunfo electoral a quedar rezagado en un lejano tercer lugar y encabezar el voto de rechazo. Esa perdida de confianza sólo se puede entender por el viraje que se dio a partir del movimiento postelectoral en el que se promovió la confrontación política, la polarización social y la descomposición institucional como acicates de una hipotética ruptura institucional que pudiera cambiar las reglas del juego y reposicionar al líder desgastado. El resultado está a la vista: la crisis lejos de beneficiar al principal dirigente opositor y a su partido como alternativa se dio el fenómeno pernicioso de la resurrección del partido del viejo régimen que estaba en la lona en el 2006.

Y así como se deben reconocer los avances que hubo en las reglas internas y en las formas de organización y elección de dirigentes y candidatos, también se debe aceptar que la esquizofrenia o bipolaridad que acompañó al partido en los últimos años quedó plasmada y legitimada en el documento de línea política que, más que expresar una estrategia para recuperar a los electores y sectores que se han alejado, es un colage contradictorio en el que posiciones antagónicas pueden encontrar su justificación y, por lo tanto, existe el riesgo latente de que persistan las mismas prácticas que regresaron a la izquierda al reducto de su voto duro. Por eso los diputados federales que al margen de las decisiones del grupo parlamentario toman tribunas, muestran intolerancia y reiteran consuetudinariamente su falta de miedo al ridículo no tiene de que preocuparse, ni tampoco los que creen que el objetivo no son las urnas en el 2012 sino la “tercera gran revolución mexicana” en el 2010. Es decir, lejos de rectificar la estrategia que llevó sacrificar la mitad de la competitividad electoral se asumió tolerarla con tal de preservar la unidad y evitar conflictos entre perredistas. Una tregua inestable, frágil y de pocos compromisos, pero, dirán sus promotores, tregua al fin y al cabo.

A diferencia de lo que se pudiera pensar, las alianzas no polarizaron al Congreso. Después de que Andrés Manuel López Obrador manifestará su oposición a dejar abierta la posibilidad de ir con el PAN o con el PRI para enfrentar cacicazgos locales en las elecciones del próximo año y de que sus seguidores dieran constancia de lo mismo, se aprobó sin debate y por unanimidad una política de alianzas sin candados. Y eso sólo puede explicarse por la anuencia de AMLO a que así sucediera. Y es que el rechazo a esas alianzas es una simulación para quedar como impoluto mientras otros pagan el costo de concretarlas. Por ello es que los principales operadores obradoristas en Oaxaca están impulsando la alianza con el PAN, lo cual, por cierto, considero correcto, pues de otra manera no existiría la menor oportunidad de vencer a Ulises Ruiz.

Ahora bien, el punto fundamental es el papel que debe jugar el PRD en estos momentos tan delicados para el país y eso no lo resolvió el Congreso. Además y por desgracia, a pesar de la crisis y del fracaso del gobierno de Calderón para hacerle frente con éxito, parece difícil que la izquierda partidaria pueda recuperar el terreno perdido por los errores cometidos y disputar el rumbo de la nación en el 2012, lo cual sería terrible para el país pues la disyuntiva se expresaría entre la continuidad desastrosa o el regreso al pasado autoritario y corrupto. Por ello se hace urgente crear una alternativa de cambio responsable e incluyente desde la izquierda y para ello ésta debe romper el cerco de su voto duro y todo parece indicar que sus diversos precandidatos internos no están en posibilidades de hacerlo. El desgaste ha sido terrible y sólo un liderazgo emergente estaría en posibilidades de cambiar la correlación de fuerzas a favor de la izquierda.

Si el razonamiento para mantener la unidad del PRD a toda costa es pelear en serio la presidencia de la república en el 2012, entonces en congruencia se debe abrir la posibilidad de poner el registro a disposición de otras opciones surgidas desde la sociedad, pues dada la inexistencia de candidaturas independientes necesitan que un partido político les dé la posibilidad de competir. Estoy convencido de que el crecimiento del PRI no se debe a que haya cambiado y que los ciudadanos lo vean de manera diferente sino a la ausencia de opciones ante la debacle del gobierno calderonista y la autoanulación en la que desde el cierre de Reforma cayó su ex candidato presidencial arrastrando con él a la izquierda partidaria.

En virtud de lo anterior y también por el descrédito de la clase política es que existen condiciones para que una candidatura ciudadana apoyada por buena parte de la sociedad civil se abra paso y evite el hoy inminente retorno del PRI a Los Pinos. Personajes como Juan Ramón de la Fuente o José Woldenberg pudieran recuperar a los votantes perdidos, disputar a las clases medias e ilustradas, verse como opción ante la molestia social y concitar la esperanza de cambio en las clases populares. Ellos podrían sumar e incluir a un proyecto de transformación a millones de mexicanos sin cargar con el rechazo que por sus errores la izquierda generó. Por lo mismo no se trata de que sean candidatos del PRD sino que siendo impulsados por amplios sectores sociales el partido preste sus siglas como ocurrió con Cuauhtémoc Cárdenas en 1988. Ahora sí que por el bien de todos debemos construir esa posibilidad.


De paso…

Salida. Parece inminente la salida del senador René Arce, del diputado Víctor Hugo Círigo y de otros compañeros valiosos del PRD. Si así ocurriera, quedaría en ese partido un gran vacío muy difícil de llenar, tal y como aconteció con la reciente renuncia de Ruth Zavaleta. Y esto es así porque no se trata sólo de un grupo de personas sino también de una posición política socialdemócrata que con mucho valor se sostuvo no obstante amenazas, presiones e incluso persecuciones. En mi opinión, esa decisión es producto fundamentalmente no de lo ocurrido en el reciente Congreso Nacional sino por la política de Estado que se aplicó en el DF para exterminar a ese equipo político que a contrapelo de usos y costumbres no buscó mantener posiciones e incrementaras a base de lamer suelas… Como muchos, preferiría ver que ese personaje surrealista conocido como Juanito no gobernara Iztapalapa. Pero para lograr ese fin no todo puede estar permitido y es una pena que primero se haya declarado la decisión política de removerlo antes de sostener jurídicamente el proceso de destitución. Tan lamentable como lo anterior es que Clara Brugada en su afán protagónico muestre un acta de nacimiento supuestamente falsificada de Rafael Acosta y le advierta a éste en conferencia de prensa que de no renunciar procederá penalmente contra él, pues eso se llama chantaje y por supuesto que esa conducta está tipificada. Si ella sabe de un delito, máxime si como se reclama es funcionaria pública, debe actuar en consecuencia y no utilizar a la justicia como elemento de coacción para conseguir un objetivo político… Es lamentable que Estados Unidos reconozca las recientes elecciones en Honduras, pues con ello hizo rentable el Golpe de Estado y eso puede alentar experimentos similares. Pésimo precedente que los golpistas se hayan salido con la suya… El triunfo del ex guerrillero Tupamaro, José Mújica, en las elecciones de Uruguay es para celebrarse y también para aprender. Lejos de depurar, el Frente Amplio y su candidato, se dedicaron a sumar. Una victoria contundente de una izquierda cuyas actitudes responden a lo que algunos acelerados en México califican, o mejor dicho, descalifican como “modosita”, “colaboracionista”, “legitimadora”, etc.… Esperemos que la mediación de los llamados “cinco notables”, conformada por el rector de la UNAM, el director del Poli y los coordinadores del PAN, PRI y PRD en la Cámara de Senadores, ayude a dar una solución a los trabajadores electricistas del SME injustamente lanzados al desempleo…

lunes, 30 de noviembre de 2009

EL CONGRESO Y LA RENUNCIA

Fernando Belaunzarán

Es para no dar crédito. Si alguien hubiera entrado en coma tras las elecciones del 2006 y acabara de despertar le sería imposible entender el vuelco que han dado los acontecimientos desde entonces. Se acabó la relación de suma cero entre los dos grandes antagonistas de ese proceso y ambos sufren desgaste y descrédito, a diferencia del tercer actor que se encontraba en la lona y que ahora se vislumbra con una amplia delantera en la carrera de la sucesión presidencial. La situación económica del país es alarmante y los costos para Felipe Calderón y su gobierno son crecientes. Sin embargo, el malestar social no está siendo capitalizado, como ocurriría en cualquier país del mundo, por el principal líder opositor y su partido, cuyo respaldo se reduce hoy al voto duro. Peor aún, el que ha crecido a costa de los polos que se enfrentaron hace tres años es la opción del pasado autoritario. Comprender por qué sucedió este fenómeno para tratar de revertirlo debiera ser la tarea fundamental del próximo Congreso Nacional del PRD que se ha planteado como meta refundar al partido.

Dos valores en tensión definen el difícil acertijo que tiene por delante el PRD de cara a su Congreso Nacional: unidad y cambio. Se podría decir que ambos valores son perfectamente compatibles y que, dada la contundencia de los golpes recibidos, con objetividad y sentido común se podrían sacar lecciones adecuadas y, aunque sea por instinto de supervivencia, las corrientes y los líderes debieran coincidir en los cambios orgánicos y de rumbo que permitieran romper la inercia del aislamiento y al menos intentar que la izquierda sea nuevamente opción en el 2012. Sin embargo, y por desgracia, la situación es más complicada que eso.

Por principio de cuentas, una parte se niega a aceptar, no obstante la evidencia, que una de las causas -en mi opinión la fundamental- de la debacle electoral fue la implementación autoritaria y unilateral de una línea política desastrosa que comenzó con el plantón de Reforma y que alejó al partido y a su excandidato presidencial de millones de mexicanos que les dieron su voto en el 2006. Pero el problema no es que se piense y opine de una u otra manera; en un partido que se pretende democrático se debe coexistir con quienes sostienen discrepancias, así parezcan algunas de éstas más producto de la consigna y del auto de fe que de la convicción sincera. Lo que dificulta enormemente la coexistencia entre posturas y opiniones disímbolas es que el procesamiento institucional de las diferencias no sea aceptado por todos.

El tremendo desgaste en la relación interna, producto del conflicto por la presidencia del partido, y la endeble institucionalidad que desde su nacimiento ha padecido el PRD hacen que la unidad posible –que no es más que mantenerse en la misma organización- eluda la toma de decisiones importantes. Esta situación, en lugar de favorecer los consensos propositivos, que son fruto del dinamismo y la capacidad de respuesta ante los nuevos retos, lleva a asumir como fatalidad en puntos neurálgicos y polémicos el consenso pasivo basado en la indefinición, es decir, en la no resolución, sea porque en relación a ellos se acuerdan fórmulas ambiguas e incluso contradictorias o porque de plano se les ignora. Y es ahí donde se da la contradicción entre unidad y cambio, pues la transformación, así sea ésta necesaria y apremiante, se vuelve riesgo de ruptura.

Por supuesto que pueden darse algunos cambios importantes en el próximo Congreso, pero todo parece indicar que otros quedaran pospuestos, no porque sean secundarios sino porque eso permite seguir caminando juntos aunque sea con hilachos de estabilidad y cargando contradicciones que no dejarán de manifestarse públicamente. Se entiende que tras los desastrosos resultados del 2009 en los que Andrés Manuel López Obrador decidió hacer campaña por otro partido se haya decidido privilegiar frente a cualquier otra consideración buscar contener y revertir la división interna. Pero como AMLO no se va a comprometer con los acuerdos que tome el partido y está fuera de cualquier esperanza que pueda modificar sus posiciones como resultado de una deliberación colectiva, se asumió como algo irremediable la pervivencia de la bipolaridad que Ruth Zavaleta denunció en su carta de renuncia.

La continuidad de la esquizofrenia es el costo que se decidió pagar para evitar la división. Por eso se ignora que una minoría del grupo parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados hace lo que le ordenan desde la presidencia legítima al margen de las decisiones mayoritarias de los legisladores de la bancada perredista y de las orientaciones de los órganos de dirección partidarios. Incluso se ha dado el hecho insólito de que el Coordinador vote diferente a lo acordado por la mayoría –si él no asume lo decidido democráticamente, ¿a quién se le puede pedir que lo haga?

Por eso es que, si bien lamento la decisión de Ruth Zavaleta y considero que hubiera sido importante escuchar su voz en el Congreso, comprendo sus razones y las respeto. Es verdad que podrían darse avances como lo sería una forma de organización a partir de las secciones electorales que trastoque ciertos vicios y excesos al promover un sistema de selección indirecta de dirigentes partidarios que fortalezca y extienda el trabajo territorial, pero también lo es que mientras se siga premiando al clientelismo con elecciones universales –como se plantea para elegir candidatos- los cambios no tendrán la profundidad que requieren ni solucionarán los problemas más graves de la organización.

Ahora bien, es evidente que tanto la autocomplacencia como la ausencia de crítica y autocrítica que suelen acompañarla son igualmente obstáculos para llevar a cabo los cambios debidos. Convertir los errores en virtudes manifiestas dentro de una aventura épica imaginaria, obligan a persistir en ella sin otra esperanza que la catástrofe nacional reacomode las piezas y permitan al líder en su papel de protagonista heroico venderse como el único que puede poner orden al caos, entre otras razones, por tener influencia en él. Se dice que las acciones y actitud tomadas desde el conflicto pos electoral del 2006 evitaron que “desapareciera el movimiento” y que se “diluyera la propuesta”, pero estoy seguro de que eso mismo pudo haberse conseguido sin perder el 60% de los electores y sin cosechar un rechazo ciudadano del 40%.

Sacrificar competitividad electoral por un albur disruptivo es lo que debilitó a la izquierda, provocó su división y la confrontó con sectores importantes de la población. Ese debilitamiento no sólo ha alejado a la izquierda de la disputa por el 2012 y contribuido a la recuperación del PRI sino que abrió la puerta a golpes arteros y autoritarios de la derecha como la “extinción” de Luz y Fuerza del Centro. Si se atrevió Calderón a enfrentar al poderoso SME no obstante la crisis es porque midió el mal momento por el que pasa la izquierda.

Sería pecar de autismo el negar la posibilidad de estallidos sociales provocados por la molestia social ante la crisis, el desempleo, la inseguridad, la falta de expectativas y el descrédito de la clase política. Sin embargo, el hecho de que puedan presentarse no significa que eso beneficie a la izquierda y que está pueda organizar la protesta social. Felipe Calderón vive momentos aciagos, pero no por la existencia de un movimiento social organizado que le reclame su ilegitimidad y su falta de resultados sino por la gravedad de los problemas que han rebasado a su administración, la atrofia del régimen para responder a ellos adecuadamente y sus propios errores e incapacidades. El fracaso del gobierno, aunado al clamor social por el orden y a la debilidad de un movimiento aislado por su extremismo pudieran facilitar una salida autoritaria de derecha.

El reto del PRD es generar confianza en estos tiempos de crisis y zozobra. Recuperar a las clases medias mostrándose responsable y comprometido con las soluciones del país y no con la descomposición política, ni con la misión “centenarista” que sueña con derrocar gobiernos porque en 2010 toca, ni con las ambiciones personales de quien se siente predestinado a gobernar al país y que no se hace cargo del inmenso capital político que ha dilapidado. Por ello, haría bien el próximo Congreso Nacional del PRD en considerar las críticas vertidas por Ruth Zavaleta en su carta de renuncia.


De paso...

Ruth. Ruth Zavaleta es fundadora del PRD y su inicio en la militancia dentro de la izquierda se remonta unos años atrás en la Organización Revolucionaria Punto Crítico que fue creada por dirigentes del movimiento popular de 1968. Como se ve, no llegó a la izquierda para incorporarse al poder sino para enfrentarse a él, a tal grado que fue detenida y encarcelada. Durante su paso como jefa Delegacional en Venustiano Carranza fue elogiada ampliamente por el entonces jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador. Como Presidenta de la Cámara de Diputados actuó siempre de acuerdo a los principios del PRD. Por cumplir con sus responsabilidades institucionales, desde la presidencia legítima se orquestó una campaña de linchamiento moral en su contra de inconfundible tufo estalinista. Por impulsar cambios políticos en el DF que se encuentran estipulados en el Programa del partido se pidió hasta su expulsión -pecado imperdonable eso de querer democratizar una entidad que tu propio partido gobierna. El terrible despropósito de convertir al que discrepa en alguien moralmente repudiable, mismo que está en el corazón de la confrontación fraticida que sufrió el PRD en su última elección de Presidente Nacional, tuvo como principal blanco a Ruth Zavaleta. No faltaron ataques misóginos que fueron ignorados por algunas flamantes feministas perredistas para su vergüenza, demostrando que “secta mata principios”. Andrés Manuel López Obrador la atacó directamente por recibir a Juan Camilo Mouriño en su carácter de Secretario de Gobernación, pero ahora calla sobre las reuniones de Marcelo Ebrard con Felipe Calderón cuando en ese entonces lo elogiaban por ser el único que no lo había hecho. Doble moral, doble discurso de los tartufos presuntamente de izquierda. Por supuesto que Ruth cometió errores y algunos excesos declarativos, pero siempre tuvo el valor de reconocerlos y asumir las consecuencias. Su valor, entereza y congruencia le ganaron importante reconocimiento de sectores de la sociedad, fundamentalmente de aquellos que se alejaron de la izquierda tras el movimiento pos electoral del 2006. Por eso duele más su salida. Da pena ver a los perredistas que se alegran, algunos de ellos salinistas redimidos que haciendo gala de lo que Carlos Fuentes calificó como “el celo del converso” escupen inquina y odio y al estilo de su viejo patrón -lo que bien se aprende nunca se olvida- mueven los hilos para desprestigiarla. Pero no se dan cuenta que con esa actitud lo único que hacen es darle la razón a Ruth. Seguramente en la lucha por la democracia y la justicia en el país nos la volveremos a encontrar. ¡Suerte Ruth!... Andrés Manuel López Obrador afirma tener una encuesta en la que, si hoy fueran las elecciones, obtendría 15 millones de votos, poco más de los que obtuvo en 2006. Dichos resultados distan mucho de los que han dado a conocer empresas reconocidas en la materia. Por eso sería muy importante que AMLO diera a conocer su encuesta completa para que la opinión pública tuviera conocimiento de ella y quedara al descubierto, si lo hubiera, la intención de perjudicarlo. No descarto que pueda existir un complot de encuestadoras promovido por “la mafia de la política”, pero eso se debe acreditar con algo más que con saliva. De otra manera se podría pensar que fue hecha por los mismos que le daban diez puntos de ventaja una semana antes de la elección, lo que no fue sino pura propaganda que tuvo la perversa consecuencia de generar tal exceso de confianza hasta tal punto que se descuidaron las casillas. Además, se debe saber con qué empresas se cuenta para que en su momento den a conocer quién es el que está mejor posicionado para ser el candidato presidencial del PRD… El discurso en defensa del Estado laico pronunciado por Juan Ramón de la Fuente no podía ser más oportuno, dado el embate de la derecha confesional para penalizar a las mujeres que deciden interrumpir un embarazo no deseado. El reconocimiento que le entregó por el partido Convergencia es sin duda merecido. En estos momentos tan difíciles para el país, voces como las del ex rector de la Universidad Nacional son un viento fresco para la República. Es hora de escuchar a la sociedad… Las elecciones en Honduras realizadas bajo un gobierno de facto, producto de un golpe de Estado, no debieran reconocerse por parte de la comunidad internacional… De manera por demás cobarde -porque prefirieron ausentarse para no dar la cara en el debate- se cerró la puerta de la Controversia Constitucional sobre la “extinción” de Luz y Fuerza del Centro por parte de la Cámara de Diputados. Esa era una buena oportunidad por encontrar un cauce legal para dirimir el conflicto y salir de dudas sobre la legitimidad del decreto. Claro, los 40 mil millones que no le dieron a la compañía se lo repartieron los gobernadores del PRI. Lo dicho, al SME sólo le han dejado como alternativas la calle o pactar su rendición… El patético vodevil de Juanito regresó a las primeras planas. Educado en el noroñismo entró a la fuerza a la Delegación que por ley tiene el derecho a presidir sin ninguna necesidad. La responsabilidad de que un sujeto así esté a punto de cumplir su amenaza de gobernar la Delegacional más grande del Distrito Federal es sin duda del Dr. Frankenstein en su versión tropical, el cual llamó a votar por un sujeto que, a decir de Clara Brugada, “padece de sus facultades mentales” en contra de su propio partido al tiempo que comprometía a instituciones y personas que van desde el propio Juanito hasta Marcelo Ebrard. Ojalá pronto se encuentre una solución negociada porque destituir a un jefe Delegacional, aunque se tenga la mayoría para hacerlo, no es algo que se pueda hacer en fast track y sin motivos de peso que estén establecidos en la ley a menos de que importe poco hacer el ridículo nacional… Dicen Juanito que le ofrecieron el Instituto del Deporte y yo pregunto ¿qué culpa tienen los deportistas?... En cumplimiento de una orden un Tribunal Civil, la PGR se disculpó e indemnizó a los familiares de Guillermo Velez Mendoza al que le fabricó pruebas para inculparlo como miembro de la banda de secuestradores “Los Ántrax”. En el operativo de su captura lo torturaron causándole la muerte. El padre de la víctima Guillermo Velez Pelayo dio una lucha ejemplar para limpiar el nombre de su hijo asesinado e injustamente inculpado. Siete años después obtiene una importante victoria moral. La arbitrariedad y la impunidad son las dos caras de la moneda de la justicia en México. ¡Qué bueno que en esta ocasión sí se hizo justicia!… El Barcelona ganó el derby español al Real Madrid jugando casi todo el segundo tiempo con 10 hombres. Los dos grandes estrellas, Cristiano Ronaldo y Leonel Messi, fallaron solos frente al portero… Y en futbol mexicano: ¡Aguilitas a volar!...

martes, 24 de noviembre de 2009

LOS DUEÑOS DEL PAÍS

Fernando Belaunzarán

Los festejos por el 99 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana sirvieron para que diversos y muy variados actores hicieran votos de voluntad transformadora. Así que lo mismo Calderón que López Obrador, el SME que el Consejo Coordinador Empresarial, la Iglesia que muchas ONG’s, el PRI que el PRD se pronunciaron por llevar a cabo importantes cambios en el país. La preocupación se debe no sólo a la evidencia de que muchas de las causas que originaron aquel alzamiento armado están presentes sino también a la grave situación por la que está atravesando México y la consecuente agudización de los problemas sociales.

Sin embargo, existen razones de sobra para ser escépticos frente a la expresión de esos buenos deseos no obstante la elocuencia compartida de tales promotores discursivos del cambio. No me refiero únicamente a la obviedad de que cada uno de ellos piensa en contenidos, sentidos y alcances distintos o a que algunos pudieron haber sido demagógicos al hacer sus planteamientos sino a lo que quedó de manifiesto con la aprobación de la Ley de Ingresos y del Presupuesto de Egresos: la imposibilidad de tomar las decisiones correctas por el predominio del interés particular de quienes han sabido poner al Estado a su servicio, de los que se asumen como dueños del país y que acaban de demostrar su fuerza para someter a las instituciones y hacer prevalecer sus intereses particulares sobre el interés público. ¿Por qué deberíamos pensar que podría suceder algo distinto en los próximos meses?

En las crisis se ve el tamaño no sólo de los políticos sino también de otros grupos económicos y sociales influyentes. Resulta decepcionante ver que en el momento de mayor apremio en décadas se corrobore la poca disposición a sacrificar intereses, privilegios y derechos de facto por parte de los favorecidos del sistema. Hoy cuando se requiere como nunca construir acuerdos nacionales para darle viabilidad a la nación nadie parece querer sacrificar un poco de poder o ganancias a favor del interés general.

El apremio por los “cambios necesarios” en realidad no pasa de ser la petición de que sólo “se haga la justicia en los bueyes de mi compadre”. La oposición a terminar con la avenida de elusión fiscal que es el régimen de consolidación y que se cobren las cuentas pendientes, la exención de derechos en la concesión de frecuencias para telefonía celular que serán otorgadas a empresas con gran solvencia financiera y la repartición del presupuesto a gusto de los gobernadores son algunos botones de muestra de la falta de intención a repartir equitativamente los costos de la crisis y rediseñar al Estado mexicano bajo el principio de equilibrar obligaciones con derechos, responsabilidades con beneficios y poderes con poderes.

La falta de voluntad para el sacrificio parejo y equilibrado refleja la total ausencia de visión de Estado para entender que si se saca a flote al país ganamos todos y que, en ese sentido, las perdidas son de sobra compensadas. El gran escollo mexicano para enfrentar la crisis es la imposibilidad absoluta de buena parte de sus clases política, empresarial y sindical, entre otras, para superar las visiones de facción y dejar tan sólo por un momento de defender privilegios o buscar ventajas particulares. Es notoria la incapacidad de tirios y troyanos para abarcar con la mirada al conjunto de la nación y es claro que no se ha entendido que los costos de la recuperación, para que ésta realmente se dé, deben ser compartidos. Por eso es que se prefiere echar más leña al fuego, exhibir ambiciones y miserias, seguir cultivando molestia social antes que ceder un poco y limitar algunas de las ventajas que algunos grupos tienen o aspiran a tener, así sean éstas obstáculos para el crecimiento económico, la democratización del país y la consecución de un verdadero Estado de Derecho.

Hasta el momento se ha mostrado la imposibilidad de partidos, corporaciones, líderes, gobernantes, empresas, sindicatos, organizaciones, etc., de ponerse por encima, aunque sea por un momento, de la lucha de facciones y aceptar que el único camino cierto es el del gran acuerdo, amplio e incluyente entre distintos, que parta del hecho de que todos deben hacer concesiones y asumir costos y responsabilidades para poner los nuevos cimientos de un edificio que está derrumbándose; de no hacerlo a la brevedad se corre el riesgo de que la salida democrática se cancele y se abra paso a un golpe autoritario. La apuesta por prevalecer sobre los otros e imponer el proyecto de una parte sobre el resto entraña la continuación de la lucha despiadada por el poder, el aumento de la descomposición política y la obstrucción del cambio institucional. Sería forzar una definición en momentos poco propicios para la izquierda no obstante la creciente inconformidad y molestia social que existe con la situación del país. Paradoja que sólo se entiende por los tremendos errores cometidos justo después de haber tenido el mejor resultado electoral desde 1988.

El que debiera ser el principal interesado en generar los acuerdos nacionales necesarios para darle viabilidad al país con bases sólidas ha hecho poco por conseguirlos. De hecho, hasta los ha obstaculizado al ceder ante los poderes fácticos y tomar decisiones autoritarias que polarizan a las fuerzas políticas como fue la liquidación de Luz y Fuerza del Centro. Felipe Calderón, en lugar de poner sobre la mesa el problema de la falta de competitividad, la corrupción y el mal servicio de la compañía para buscar un acuerdo entre las partes que evitara poner a más de 40 mil trabajadores en el desempleo, dio un golpe de mano que ante los hechos consumados no dejaba más alternativa al SME que la rendición o la guerra.

No se puede estar en contra de buscar el cambio profundo y pacífico para México. Propiciarlo debiera ser la primera prioridad de todo aquel que se sienta comprometido con la lucha por la democracia en el país. Sin embargo resulta difícil ser optimista. Gobierno débil e incapaz, izquierda dividida que elude tomar una definición y duda entre comprometerse con la transformación desde el sistema o fomentar la ruptura institucional y el PRI que siente que el mantenimiento de la situación los beneficia y se aproximan caminando a recuperar la presidencia. Se ve más próxima la regresión autoritaria que el cambio democrático. Eso es lo que los dueños del país nos han recordado. Quizás un liderazgo emergente pueda cambiar el panorama.


De paso.

Ausencia. Siempre es virtuoso poner propuestas e ideas por delante. Por eso me parece sano y pertinente que Andrés Manuel López Obrador haya puesto las suyas y lo que procede es reflexionarlas, analizarlas y discutirlas, tal y como debe hacerse con otras de otros personajes políticos. A reserva de que después con mayor detenimiento me dedique a ello en un texto específico, me parece relevante señalar una ausencia notable en el decálogo de AMLO que -con matices, observaciones y en lo general- comparto en alguna medida. López Obrador no habla del cambio de régimen no obstante la evidente disfuncionalidad del sistema presidencialista que tenemos y la perversa concentración de poder que se ha propiciado, cuya muestra más palpable son los gobernadores devenidos en señores feudales. No hay democracia sin equilibrios y contrapesos institucionales y es profundamente conservador el pensamiento de que alguien todopoderoso redimirá al país desde sus ruinas. Para ser congruente consigo misma la izquierda debe hacer honor a sus postulados democráticos y libertarios. Si la frase “sólo el pueblo puede salvar al pueblo” significa algo y no es pura demagogia, entonces se debe fortalecer al Poder Legislativo, pues es ahí y no en el gobernante donde debe descansar la representación popular. Para evitar dolorosas experiencias trágicas como las que se dieron en nombre del “socialismo real” nunca más debe olvidarse que el pueblo es plural y diverso y no homogéneo y monolítico… No hay expresión que muestre de manera más dramática lo que ha pasado la izquierda que la de congratularse por haber resistido cuando hace apenas tres años se reclamaba para sí el triunfo electoral. Ahora bien, ¿a quién ha resistido? Por supuesto, en estos años no ha sufrido ni de cerca la persecución que padeció en los tiempos de Salinas, ni tampoco una embestida legaloide como la del despropósito foxista del desafuero. Es verdad que algunos medios de comunicación no la han tratado bien, pero nada comparado a lo que sucedía en otras épocas y si bien la editorialización puede ser cuestionable, la televisión no inventó el cierre de Reforma o las tomas de tribuna. No obstante lo anterior, estoy de acuerdo en que la izquierda ha resistido estos últimos tres años…pero a sí misma –si se quiere, tómese también como autocrítica… Que los Estados Unidos no cierran Guantánamo y en Honduras permanecen en el poder los golpistas. Malas noticias… Por una lamentable omisión no había comentado el nombramiento del nuevo Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Es una lástima para el país que el excelente trabajo, reconocido internacionalmente, que hizo Emilio Álvarez Icaza al frente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal no la haya podido continuar a nivel federal. Queda la sospecha de que por un absurdo ajuste de cuentas, expresión de intolerancia medieval, se le haya obstruido el paso por parte del poder confesional como represalia por no haberse opuesto a la despenalización del aborto en la capital del país. Una muestra más de cómo abordan los asuntos de Estado el gobierno y su partido. Por su parte, el PRI en lugar de lavarse la cara por su complicidad en las leyes antiaborto que se han dado en el país decidió apoyar al candidato oficial, Raúl Plascencia, que deberá hacer mucho para quitarse la imagen de continuidad de la gestión gris pálida que tuvo José Luís Soberanes al frente de la CNDH… Se ha presentado en la ALDF la iniciativa para permitir los matrimonios gay en la Ciudad de México, lo cual debe apoyarse no sólo por el contraste que significa con la ofensiva conservadora que hay en el país sino fundamentalmente por tratarse del reconocimiento y la conquista de un derecho legítimo y el triunfo de la libertad sobre el prejuicio y la discriminación. Espero de verdad que logré aprobarse y de esta manera la V Legislatura de continuidad al avance significativo que logró en esa materia la IV y no acabé convirtiéndose en moneda de cambio, ahora que ese órgano parlamentario ya no goza del grado de autonomía que tuvo entonces… La mano de Thierry Henry en tiempo extra que le dio el pase al mundial a Francia de manera sucia sobre Irlanda que había hecho un gran partido al hacer hombrada de ganarle en tiempo reglamentario a los galos en su propia casa no hará que se repita el encuentro, que sería sin duda lo justo, pues crearía el precedente indeseable de repetir partidos por causa de errores humanos. Lo que sí sería posible y provechoso es que este lamentable acontecimiento abriera la posibilidad de instalar la repetición instantánea para resolver sobre jugadas dudosas en partidos trascendentes… Bret Favre sigue consiguiendo marcas en su inexorable camino al Salón de la Fama y hace soñar a los vikingos de Minnesota con regresar a un Super Bowl… Y para cerrar el artículo, qué mejor que hacerle honor al Barcelona que sin Messi le puso un baile al Inter de Milan de Morinho. ¡Qué manera de tocar la pelota, abrir espacios, recuperar el balón y jugar bonito! El arte se impuso al catenagio…

lunes, 9 de noviembre de 2009

20 AÑOS

Fernando Belaunzarán

Muchas cosas se han escrito sobre la caída del Muro de Berlín y no es para menos. Es el símbolo más claro, figurativo y elocuente del derrumbe del totalitarismo burocrático en Europa del Este, mismo que dio fin a la era geopolítica que se abrió tras el término de la Segunda Guerra Mundial, conocida como “Guerra Fría”. Ese acontecimiento no acabó con la historia, ni embelleció al capitalismo, ni pudo establecer a la democracia liberal como paradigma único en aquellas y en otras naciones, ni terminó con las ideologías, ni con las utopías, ni cumplió con las expectativas creadas por otras tantas cuentas alegres que en el paroxismo de la algarabía post URSS se llegaron a proclamar. Cayó un sistema político dictatorial que negaba los ideales de libertad, justicia y democracia que lo inspiraron y por los cuales millones de personas dieron incluso la vida. Murió para bien un engendro, pero no por eso se acabaron las contradicciones.

La verdad es que no necesitaron pasar dos décadas para que el optimismo se viniera abajo, no sólo por las duras consecuencias sociales que trajo aparejado el advenimiento del capitalismo salvaje en Europa del Este y en la ex Unión Soviética sino también por el resurgimiento enardecido de los nacionalismos vueltas guerras de exterminio étnicas como aconteció en la antigua Yugoslavia, y de fundamentalismos e integrismos que avivaron las prácticas terroristas mediante atacantes suicidas que incluso se atrevieron a golpear el corazón de los Estados Unidos aquel infausto 11 de septiembre.

Pero no es sólo la desestabilización y el regreso de atavismos que se supondría superados ante la implantación del proclamado “Nuevo Orden Mundial” y el establecimiento hegemónico de la democracia occidental que parecía alzarse con una victoria cultural indiscutible lo que lleva al desengaño sino también los altos grados de pobreza, hambruna, abuso, carencia de servicios médicos elementales, falta de educación que, entre otros males, sufre gran parte de la población en el mundo. El anhelo de justicia sigue siendo legítimo, necesario y apremiante.

Por eso ha tenido razón el Dr. Adolfo Sánchez Vázquez al reiterar desde aquellos años, y de manera magistral en el Encuentro Vuelta de 1990, que la derrota del llamado “socialismo real” no exime al capitalismo de sus males, que además de seguir siendo una fuente de desigualdad y opresión para buena parte de la humanidad amenaza con causar daños irreparables al planeta por la sobreexplotación y el derroche que llevan a cabo los países más industrializados. También acierta el eminente Filósofo marxista del exilio español al decir que lo que se acabó es un experimento desafortunado que tiene su origen en tratar de construir un sistema en un país que no tenía las condiciones para ello, pues Marx siempre pensó que la nueva sociedad sólo podía construirse en donde el capitalismo estuviera más desarrollado. Pero el fracaso de ese contrasentido social, fruto del estalinismo, que se convirtió en lo opuesto de lo que se había propuesto no significa que se haya agotado la posibilidad de arribar a una sociedad diferente en la que, a diferencia del “socialismo real”, sea más libre, más democrática y más justa que la actual, misma que se hace más necesaria cuanto que los problemas sociales y ecológicos provocados por el capitalismo actual se agudizan.

Ahora bien, es preciso revisar los medios para buscar esa otra sociedad mejor. Las revoluciones violentas parecen estar condenadas a ser traicionadas por una parte de la elite que las dirigió. La experiencia nos dice que de las armas no surgen las democracias y si alguna lección se debe aprender de la caída del Muro de Berlín es que la izquierda autoritaria es una contradicción en sí misma de funestas consecuencias. Los métodos deben ser congruentes con lo que se desea conseguir, lo cual debe verse como garantía de que el ejercicio del poder será consecuente con los valores esgrimidos. Por eso la vía debe ser pacífica y democrática, tolerante e incluyente, buscando el convencimiento y la construcción de mayorías, llevando la democracia a espacios en donde ahora está vedada. En lugar de que el fin justifique los medios, éstos deben traslucir el fin valioso y deseable que se persigue.

La crisis económica obliga a revisar paradigmas y los riesgos del calentamiento global a moderar ambiciones propias del capitalismo salvaje. El mundo unipolar parece haber llegado a su fin con Bush Jr.. Los retos globales, la fortaleza de economías emergentes como China, India y Brasil, la conmoción de Wall Street y la mala experiencia de la guerra de Irak favorecen el multilateralismo.

Veinte años han pasado desde la caída del Muro de Berlín; algo digno de celebrarse por lo que desapareció: una estructura en sí misma aberrante que separaba pueblos y familias y que expresaba muy bien el carácter de esa sociedad que lejos de ser socialista podría definirse mejor como estatismo cuartelario en poder de una burocracia privilegiada y corrupta. Pero nadie debería estar contento con lo que tenemos ahora. Por eso, el recuerdo de ese acontecimiento debe llevar a no cometer los mismos errores y de ninguna manera a asumir las cosas como son. Por eso es que sigue siendo vigente lo establecido por Marx en la archiconocida XI tesis sobre Feuerbach: “…de lo que se trata es de transformar al mundo”



De paso.

Paro y amparo. La decisión unilateral y autoritaria de Felipe Calderón para decretar la “extinción” de Luz y Fuerza del Centro dejó poco margen de maniobra a los trabajadores legítimamente indignados. Por fortuna, la vía jurídica camina y esperemos que los tribunales reviertan el golpe dado, obligando con ello al diálogo que debió ser el punto de partida para buscar solución al problema de la eficiencia y la productividad de la empresa. La entrega de la suspensión definitiva respecto a la terminación de la relación laboral en tanto se defina el fondo del asunto es sin duda una buena señal. Pero como a final de cuentas se trata de un camino tortuoso e incierto es evidente que los trabajadores deben combinar la estrategia legal con la movilización en el marco de la Constitución para no perder cohesión ni ánimo de lucha y mantener el problema vivo en el imaginario social y en la opinión pública. Es en ese sentido que el SME decidió escalar el conflicto con un paro general el próximo miércoles 11 de noviembre. Medida por demás arriesgada, pero que, como dijimos, los trabajadores no tienen muchas opciones para mantenerse en la lucha y evitar el desgaste de este movimiento que podría alargarse en el tiempo. Con ello, empatan la estrategia con el obradorismo, esperando que el descontento social por la crisis, el desempleo, los impuestos y la incapacidad y desprestigio de la clase política encuentre en el conflicto de los electricistas el detonante, razón por la cual se busca además calentar el ambiente rumbo a lo que se piensa será un momento estelar de la insurrección civil anhelada; me refiero al mitin del 22 de noviembre que encabezará Andrés Manuel López Obrador. Por desgracia, grandes y graves errores debilitaron política, electoral y socialmente a la izquierda que acarició la presidencia hace poco más de tres años y no llega de la mejor manera a estos momentos decisivos. Sin embargo, quién puede negar que la pradera está seca y que muchas cosas pueden ocurrir. Esperemos, eso sí, que no haya violencia y que se encuentre el espacio para que la política resuelva las cosas, lo cual fortalecería la vía democrática para transformar al país. Apostar al colapso podría significar el servir involuntariamente a la regresión autoritaria en el país… A la ultraderecha también le estorba la endeble institucionalidad democrática de la república. Para muestra basta el botón de Mauricio Fernández, Alcalde de San Pedro Garza García, Nuevo León, que se enteró antes que la policía de la ejecución de un presunto secuestrador y que amenaza con violar la ley para combatir el crimen… Si la participación en el Congreso de la Unión debe servir para exaltar el ánimo belicoso de los propios, entonces la estrategia de la bancada del PT sería la correcta. Pero estoy convencido de que es mucho más importante tratar de convencer a los que no están con uno, de persuadir al público desprejuiciado acerca de la razón que se tiene, en síntesis, de ganar el debate. En ese sentido, los insultos, las bravatas y la descalificación burda resultan contraproducentes, generan aislamiento, rompen puentes y hacen perder el respeto de propios y extraños. Por donde se le vea, es mucho más redituable el argumento que la grosería… A la población en general se le piden sacrificios para tapar los huecos que la caída de la producción petrolera y de los precios del hidrocarburo dejó en los ingresos del Estado, pero se le otorga una exención de pago de derechos a compañías con altos ingresos para que entren a un mercado seguro y rentable. Cómo se ve, nuevamente las pérdidas son públicas, pero las ganancias serán privadas. El país al servicio de unos cuantos. Una razón más para la indignación y no puedo ocultar mi asombro ante el autismo de los que juegan con fuego bajo la creencia de que el pueblo mexicano lo soporta todo… Sólo podremos aspirar seriamente a un futuro diferente y mejor si se invierte en educación, ciencia y tecnología. Por eso en el presupuesto se deben ver a estas áreas con la prioridad que tienen y no seguir sacrificando el largo plazo en nombre de los caprichos presupuestales de los gobernadores que esperan mantener la plaza comprando votos… Obama se apuntó un importante y simbólico triunfo al ganar la votación de manera apretada en la Cámara de Representantes su polémica propuesta de reformas al sistema de salud que ha sido tan cuestionada por los sectores conservadores y que ha dado pie a manifestaciones execrables de racismo. Menos mal que los republicanos no tomaron la tribuna. Falta el Senado… Los Pumas salvaron el honor al derrotar al América con un penal justísimo en el último minuto…

lunes, 2 de noviembre de 2009

EL PATÉTICO DRAMA DE LOS IMPUESTOS

Fernando Belaunzarán

México ha vivido casi 30 años de una paradoja perversa. Los márgenes de ganancia de unos cuantos consorcios han sido estratosféricos, al grado de que algunos de sus principales accionistas han entrado a la lista selecta de la revista Forbes por la magnitud de sus fortunas. Sin embargo, el país no ha crecido en términos reales en este lapso, razón por la cual mientras la riqueza se fue concentrando, la pobreza en cambio se ha extendido, trayendo como resultado una nación de profundas y evidentes desigualdades.

Ambos fenómenos se deben, por supuesto, al seguimiento dogmático de un modelo de desarrollo que ha fracasado y que lejos de permitirnos enfrentar la actual crisis global con éxito nos ha sumido en un escenario catastrófico. Dicho modelo ha mantenido como “incentivo a la inversión” una legislación que favorece la elusión de impuestos, lo cual ha hecho de nuestro país no sólo un paraíso fiscal para el sector más rico de la economía sino uno de los que menos recursos capta por esa vía en el mundo, menos del 10% del PIB. En ese sentido es que se puede sostener que los ingresos petroleros subsidiaban lo no recaudado a ese sector.

Si de por sí la baja recaudación tenía maniatado al Estado mexicano, tanto para realizar políticas de inversión pública y programas económicos anticíclicos, como para llevar a cabo una política social que pudiera realmente redistribuir la riqueza, ahora con la disminución de la producción petrolera y la baja en los precios del hidrocarburo se decidió cargar el peso de la compensación por lo perdido a los contribuyentes cautivos y al consumo generalizado, y sólo --y de manera titubeante-- se toco a las grandes empresas modificando el régimen de consolidación fiscal para cerrar esa carretera de elusión fiscal y estableciendo un cobro retroactivo que finalmente se aprobó con facilidades de pago.

No obstante lo anterior, las cámaras empresariales pusieron el grito en el cielo, lo cual llevó al “presidente constitucional”, Felipe Calderón, a coincidir con el “presidente legítimo”, Andrés Manuel López Obrador, en la denuncia de que los grandes consorcios únicamente aportan el 1.7% de sus ganancias al fisco mientras que los demás contribuyentes pagarán hasta el 30% de las mismas. El argumento de que ese privilegio ayuda a la inversión y ésta a su vez a la creación de empleos se cae a la luz de la experiencia, pues a tres décadas de aplicar ese esquema de “incentivos” el país, como dijimos, no ha crecido. Está visto que el acrecentar ganancias vía la elusión de impuestos no ha generado el nivel de inversión que se podría esperar y que, en cambio, el Estado mexicano por la falta de recursos se ha visto imposibilitado de actuar con la contundencia y profundidad que la situación demanda –lo cual no quiere decir que no haya también falta de capacidad, exceso de gasto corriente, despilfarros, privilegios inaceptables, corrupción y ausencia de planeación que agravan el problema--.

Con ganancias más moderadas, el empresariado de otros países arriesga comparativamente mucho más que el nuestro, quizás porque eso los obliga a tener su dinero en movimiento para ganar lo suficiente, razón por la cual no les conviene jugar de manera conservadora, manteniendo simplemente lo que tienen. Por esa razón también, los monopolios que tienen asegurado un público cautivo no benefician ni a los consumidores ni al sector del que se trate. Parece ser que es la competencia y la necesidad de invertir –no el gusto o el cálculo de lo seguro- el verdadero estímulo para el crecimiento y la generación de empleos por parte de la iniciativa privada.

La mejor vía para redistribuir la riqueza es a través del gasto público que se nutre por los impuestos. Esa es la razón por la cual en el mundo la izquierda suele sostener una recaudación alta y la derecha su disminución. No es casual que el grito populista favorito de Thatcher, Reagan y los dos Bush en sus campañas haya sido el de “No más impuestos” y que incluso se hayan comprometido a reducirlos. Por todo ello no deja de ser curioso que sectores de la izquierda mexicana reproduzcan esa posición, cuando la lucha debiera ser incrementar la captación de impuestos, pero bajo la base de la equidad y evitando tanto la evasión como la elusión, lo cual obliga a reformas legales. Y es que el Consejo Coordinador Empresarial acierta cuando dicen que los grandes consorcios cumplen con la normatividad, pues el problema es que la ley se hizo para ellos. Si se quiere realmente llegar a un Estado Social Democrático de Derecho en México, entonces debe plantearse aumentar la recaudación fiscal en el mediano plazo al menos al doble, y eso no será posible mientras se mantengan los privilegios jurídicos que permiten a los que más ganan pagar míseros impuestos o de plano no pagarlos.

La puerta fácil para conciliar con los sectores económicamente más poderosos es la del IVA pero, al afectar con ello la economía del conjunto de la población, tiene el inconveniente del costo electoral que, según la experiencia de 1997, se puede endosar al partido que lo promueva. Esa es la razón por la que, no obstante haberlo pactado con el gobierno federal por presión de sus gobernadores que necesitan recursos para operar con discrecionalidad recursos cuantiosos de cara a las elecciones del próximo año en sus estados, el PRI montó la pantomima de salirse de la sesión en el Senado para que el PAN asumiera todo el costo como si los mexicanos fueran estúpidos y se les pudiera engañar con un montaje burdo y cobarde. Tan malo como lo anterior es que finalmente se hayan salido con la suya los que buscarán licitar nuevas frecuencias de telefonía celular al condonarse el pago de derechos a personas morales con alto poder económico precisamente en estos tiempos en que más se necesitan recursos. Una vez más prevalece la perversa costumbre de que las ganancias son privadas, pero las perdidas públicas, y una vez más quedó de manifiesto el poder fáctico de las televisoras que, como todos sabemos, ya tienen bancada legislativa.

Después de las declaraciones de Calderón, el mensaje parece claro: se les cobran más impuestos a los consumidores o a los contribuyentes cautivos para no tocar a los grandes consorcios privilegiados. Sin embargo, el problema no es tan simple. México necesita una reforma fiscal de raíz y esa no debe verse como una propuesta de un partido o dos, y menos como producto de chantajes o promesas presupuestales, sino como un objetivo estratégico y primordial del Estado mexicano, ya que haría viables los diversos programas de gobierno, sean éstos del partido que sean. Para ello, resulta indispensable que la visión facciosa que no tiene más horizonte que la próxima elección constitucional se guarde para que en un gran acuerdo entre todas las fuerzas políticas y sectores de la sociedad se asuma una posición compartida que establezca una recaudación sustancialmente superior a la de ahora, con base en la equidad, la extensión máxima del número de contribuyentes y el compromiso de implementar importantes políticas sociales que atiendan la desigualdad desde sus causas. Eso significaría que el país tuviera nuevamente un Proyecto de Nación.

Lo anterior sólo será posible si se entiende que todos tienen que sacrificar parte de sus intereses inmediatos para el beneficio del conjunto. Mientras perdure la posición de que “se haga la voluntad de Dios pero en los bueyes de mi compadre” seguiremos estancados. Eso implica dejar a un lado prejuicios y analizar opciones con la mente abierta. Por ejemplo, es importante dejar sin IVA a aquellos alimentos y medicinas que sean necesarias para la nutrición y la salud de las clases necesitadas; pero no encuentro razón alguna para que ese beneficio lo tengan los “alimentos chatarra” o los productos que se conocen como “milagro” y que con charlatanería prometen curar todo tipo de males y dolencias. Por supuesto, la solución deberá acompañarse de medidas de austeridad, rendición de cuentas, transparencia, eficacia presupuestal y combate a la corrupción.

En fin, en estos momentos aciagos para el país, la clase política mexicana se encuentra a prueba: o muestra visión de Estado para salir a flote o persiste en pelearse a muerte por la conducción de un barco que se va a pique. Las formas y el contenido en la aprobación de la Ley de Ingresos 2010 justifican de sobra el pesimismo.


De paso…

Muro de Berlín. Se cumplen 20 años de la caída del Muro de Berlín que simboliza el fin del experimento de dictaduras burocráticas que en nombre del socialismo establecieron sociedades que eran la negación de los ideales de libertad, justicia y democracia que inspiraron la lucha de millones de personas por el comunismo en el siglo pasado. La lección evidente es que el socialismo, o como se le quiera llamar a la sociedad alternativa, no puede significar menos libertades o menor vida democrática o menos respeto por los derechos humanos que las que hoy tenemos sino más bien todo lo contrario. Algo que la izquierda debe siempre tener presente cuando gobierna, pero también cuando es oposición. De ahí que la intolerancia y el autoritarismo deben verse como actitudes conservadoras que tienen que ser combatidas dentro y fuera de sus organizaciones… Javier Lozano deberá regresar a comparecer a la Cámara de Diputados. Tiene muchas cosas que aclarar y esperemos que en esta ocasión el Grupo Parlamentario del PT, también conocido como “la johnybancada”, no le haga el favor de agredirlo nuevamente y con ello, además de convertirlo en víctima, le abra otra vez la puerta de salida para que vuelva a huir sin dar la cara por sus actos. Son los argumentos y no los insultos la mejor forma de enfrentar a ese Secretario de muchos pleitos y pocas luces… Todo parece indicar que se le va a restituir el cargo de presidente de Honduras a Manuel Zelaya, quien había sido derrocado mediante un golpe de Estado. Un triunfo sin duda de la democracia latinoamericana en la que, justo es decirlo, contribuyó de manera decisiva la actual administración norteamericana… El nuevo Presidente Municipal de San Pedro Nuevo León, Mauricio Fernández, anunció la muerte en la Ciudad de México de un presunto secuestrador conocido como “El Negro Saldaña”. El problema es que lo hizo cuatro horas antes de que apareciera el cuerpo sin vida en una camioneta abandonada en la Delegación Miguel Hidalgo. O el señor Fernández tiene facultades psiquicas esotéricas o contaba con información privilegiada. Es obvio que el edil tiene mucho que aclarar… Bret Favre regresó a Green Bay para vencer al equipo que condujo durante 16 exitosas campañas. Lo dulce de la victoria está en que con un archirival de la división, los Vikingos de Minnesota, hizo tragarse al Gerente General de los Empacadores sus palabras que hace un par de temporadas lo inducían al retiro… Los Filis necesitan un milagro para evitar el campeonato número 27 de los Yankees, pero como es del dominio público, “esto no se acaba hasta que se acaba”…

lunes, 26 de octubre de 2009

LOS 10 PUNTOS IMPRESCINDIBLES DE LA REFUNDACIÓN DEL PRD

Fernando Belaunzarán

1.- Instrumento de transformación. El PRD debe volver a ser el motor de los cambios en el país. Resulta una contradicción insostenible que un partido de izquierda se convierta en elemento del status quo en lugar de servir como instrumento de la sociedad para la transformación de la realidad en el contexto de autoritarismo, pobreza, injusticia, crisis, corrupción, inseguridad, privilegios insultantes, impunidad, concentración de la riqueza que, entre otros males, padecemos como nación. Por eso es que el Programa del partido debe orientar a gobiernos, legisladores y dirigentes perredistas sin excepción para orientar la actividad transformadora. Y también, por ello, es imprescindible dirigir esfuerzos para el cambio de régimen, pues es evidente que el actual favorece el inmovilismo y se ha mostrado incapaz de enfrentar con mínima eficacia los graves problemas nacionales. La República sufre por un lado el estancamiento de un sistema que dificulta la conformación de mayorías estables en los órganos parlamentarios y por el otro la implantación de verdaderos cacicazgos estatales por parte de gobernadores que asumen el papel de verdaderos señores feudales que deciden en sus entidades sobre todo y no le rinden cuentas a nadie. México debe encaminarse hacia la construcción de un régimen parlamentario, si bien de manera transitoria podría avanzar hacia allá mediante la implementación de uno semipresidencialista o semiparlamentario.

2.- Acuerdos Nacionales. Sólo será posible redefinir al Estado mexicano en la lógica de su democratización construyendo acuerdos nacionales con las demás fuerzas políticas e involucrando a la sociedad civil y a la opinión pública en la discusión de los diversos temas. Es evidente que la atrofia y disfuncionalidad del régimen no le sirve a nadie y que, por lo mismo, los grandes acuerdos se han vuelto no sólo deseables sino también necesarios y apremiantes. Se requiere mostrar visión de Estado y estar a la altura de las circunstancias, tal y como, por citar dos ejemplos conocidos, se observó en España o en Chile tras sus respectivas dictaduras. Es por la ruta del diálogo, la negociación y el acuerdo como se puede cambiar al país y no por la vía de los decretazos que nos regresan al presidencialismo arcaico y autoritario. Pero para ello, el PRD debe acreditar que puede hacer a un lado la lucha facciosa y anteponer el interés nacional al deseo de satisfacer agravios, cobrar cuentas pendientes o pensar en rentabilidades electorales bajo el cálculo de que otros paguen los costos de asumir decisiones difíciles. Por tanto, debe ser parte de las soluciones y no utilizar la puerta falsa y perversa de alentar la descomposición política y social del país para luego cosechar hipotéticos beneficios. En la medida en que actuemos con responsabilidad, pensando en primer lugar en la gente y en el país, los ciudadanos valorarán positivamente nuestra actuación y se incrementará nuestra competitividad en los comicios.

3.- Izquierda moderna. El PRD debe representar una izquierda moderna que aprende de la historia, que deja atrás prejuicios y resabios y se atreve a pensar de manera distinta y novedosa, que, lejos de aislarse, interactúa con el mundo y le da seguimiento a otras experiencias para sacar de ellas enseñanzas. En ese sentido, su compromiso con las libertades y la democracia debe ser contundente e inequívoco. Eso significa pugnar por la desconcentración del poder y el establecimiento de equilibrios y contrapesos; promover la transparencia y la rendición de cuentas; no alentar o promover caudillismos; combatir la intolerancia y la persecución de cualquier persona por sus ideas -sea militante o no del partido-, defendiendo en todo momento su derecho a expresarlas aunque no las compartamos; enarbolar la defensa de los Derechos Humanos en todos los rincones del planeta; expresar sin ambages nuestra convicción de que la única vía legítima para acceder al poder es por el voto ciudadano; y manifestar el repudio a toda forma de clientelismo y corporativismo, absteniéndonos de reproducir esos vicios en nuestro beneficio. En el plano económico se debe asumir que la forma más efectiva de redistribuir la riqueza es mediante el gasto social proveniente del presupuesto público, el cual necesita de impuestos y crecimiento económico para contar con recursos suficientes. Por ello, el PRD debe pelear por la desaparición de privilegios fiscales; por conciliar los derechos laborales con las necesidades de productividad y competitividad; por acabar con los monopolios y que la competencia favorezca a los consumidores; por democratizar los sindicatos y transparentar sus recursos; por impedir la intervención política del gobierno en agravio de la autonomía sindical; por impulsar políticas que favorezcan la inversión nacional y extranjera; por erradicar la corrupción y la impunidad de delincuentes de cuello blanco. Brasil y Lula bien puede ser un modelo para el PRD en muchos aspectos. En como la izquierda accede al gobierno nacional y ejerce el poder con responsabilidad y visión de futuro, combatiendo la pobreza, garantizando alimentación para los sectores desprotegidos, tomando medidas abiertas y heterodoxas para generar crecimiento económico y respetando en todo momento las reglas y el espíritu de la democracia. Así mismo, sería conveniente que PEMEX estableciera convenios de vinculación e intercambio con PETROBRAS y aprendiera de la exitosa experiencia de está empresa.

4.- Nueva imagen. Resulta indispensable que el PRD busque convencer y recuperar a amplios sectores del centro político y de las clases medias que se alejaron después de la elección presidencial, pues de lo contrario el PRI con Peña Nieto u otro candidato serán los que disputen la conducción del país con la derecha en el poder. Para ello se hace indispensable cambiar la imagen del partido que se ha hecho predominante en el imaginario social y que ha traído como consecuencia el crecimiento del rechazo ciudadano. Para dejar de ser visto como una organización rijosa y conflictiva es indispensable el compromiso absoluto de moverse en el plano de legalidad y la lucha institucional. En ese sentido, el PRD no puede avalar acciones de fuerza que contradigan su convicción democrática. Por ello, debe guiar las manifestaciones de protesta que permite la Constitución por el sendero que siguió la lucha contra el desafuero, en la cual se evitó en la medida de lo posible la afectación a terceros, no se tomaron oficinas públicas ni se obstruyó el funcionamiento de las instituciones ni se cerraron vialidades. Las imponentes manifestaciones, los actos valientes de personas que mostraban pancartas al paso del Presidente y el avance de nuestros argumentos en la opinión pública lograron una victoria contundente. En cambio, los bloqueos y plantones en avenidas, la toma de tribunas y el lenguaje pendenciero e inflamante sólo ha logrado debilitar al partido. En la resistencia civil pacífica no todo puede estar permitido y sus márgenes deben marcarse por la legalidad y el sentido de ganar simpatías y no perderlas. El PRD debe poner acento en sus ideas y concentrarse en ganar debates de cara a la nación antes que presionar con la fuerza y el chantaje. Respetar las reglas de la democracia y reconocer un resultado adverso al perder una votación no debilita. Finalmente la ciudadanía evaluará la actuación de cada una de las fuerzas con su voto y es ahí donde se demuestra que es más importante convencer que vencer.

5.- Alianzas. La estructura clientelar de muchos gobernadores que han construido verdaderos feudos en sus estados hace imposible derrotarlos electoralmente si no se unifica la oposición para hacerles frente. La alternancia en dichas entidades sería una oportunidad para impulsar la transición democrática hasta hoy desconocida en esas tierras. El poder de los gobernadores es tal que controlan a los demás poderes del estado, a los órganos llamados autónomos, a diversos medios de comunicación y hasta partidos de oposición. Por eso se hace apremiante tener una agresiva política de alianzas que permita disputar las gubernaturas al partido oficial de la entidad mediante la conformación de una coalición opositora lo más amplia posible que le haga frente cacicazgo local en el poder. En todos los casos, las alianzas construidas deberán suscribir públicamente un programa de gobierno de transición que incluya tanto reformas democráticas como medidas de política social para proteger a los sectores más necesitados de la población.

6.- Congruencia. El PRD debe tener mayor control sobre las políticas de sus gobiernos y el desempeño de sus legisladores. Todos deben cumplir con el Programa del partido sin excepción. Los perredistas tenemos la obligación de ser congruentes. Lo que exigimos como oposición lo debemos dar como gobierno y se tiene que terminar con la vergonzosa reproducción de las viejas prácticas priístas. Por eso, nuestras administraciones tienen el compromiso de ser más democráticas, más tolerantes, más incluyentes que las de otros partidos, así como erradicar privilegios, autoritarismo, corrupción e impunidad. El PRD debe gobernar de manera diferente y sus legisladores defender con firmeza las posiciones del partido sin dejarse seducir por el poder. Por tal motivo, el Consejo Nacional deberá efectuar en una sesión especial realizada cada tercera semana de febrero la evaluación anual del desempeño de gobernantes y representantes populares, a partir de informes que por obligación presenten los Consejos Estatales, excepto en el caso de los legisladores federales que deberán ser evaluados directamente por el órgano nacional. Aquellos que no cumplan con el Programa y los Principios del PRD se les debe impedir que vuelvan a ser candidatos del partido, a menos por un par de elecciones constitucionales.

7.- Educación. La formación política debe pasar de ser una prioridad en los discursos para serla en los hechos. El Instituto de Formación Política debe fusionar a todas las escuelas y centros de investigación partidarios y establecer cursos obligatorios para gobernantes, dirigentes y legisladores. Es preciso mejorar el perfil de nuestros líderes, representantes y miembros de la administración pública, así como generar identidad y cohesión a través de la comunión de visiones y propuestas. No es posible que el partido siga cayendo en subejercicio en el rubro de Actividades Específicas que por obligación de ley está obligado a utilizar en educación política. La formación debe ser vista como una obligación doble: del partido para proporcionarla y de los militantes para acceder a ella. Por tanto, una vez establecidos los mecanismos para ponerla a disposición del que la solicite será un deber tomar los cursos y quien no lo haga tendría que ser sancionado al punto de impedírsele ser candidato.

8.- Elección de dirigentes y candidatos. La principal fuente de conflictos en el partido es la celebración de elecciones universales, directas y secretas para elegir dirigentes y candidatos. Además, está visto que ese método no garantiza tener ni a los mejores abanderados ni a los mejores dirigentes partidarios. Se requiere, por tanto, tener mecanismos que en lugar de premiar el clientelismo promueva la valoración del mérito, la trayectoria, el compromiso y la capacidad. Por eso, no sólo la unidad del PRD sino también su correcto desempeño pasa por revisar sus formas de elección. Nuestra propuesta toma a la sección electoral como punto de partida de la estructura del partido y de la conformación de los respectivos Colegios Electorales. Por cada sección electoral se constituiría una asamblea, la cual elegiría un consejero municipal que a su vez tendía un voto en el colegio electoral del municipio. El Consejo Estatal se conformaría por los consejeros elegidos en los municipios, los cuales además serían delegados al Congreso Nacional. El Consejo Nacional se integraría con los consejeros elegidos a su vez en los Consejos Estatales más aquellos nombrados por el Congreso Nacional. Los presidentes, secretarios generales y miembros de las direcciones municipales y estatales se elegirían en los consejos respectivos mediante representación proporcional, excepto el presidente y el secretario general nacionales, quienes serían electos en el Congreso Nacional. Los candidatos uninominales se elegirían por un método mixto: 50% encuesta y 50% votación del Colegio Electoral en el ámbito del que se trate. La selección del candidato a la Presidencia de la República seguiría el mismo procedimiento, pero en ese caso el Congreso Nacional fungiría como Colegio Electoral. Los candidatos plurinominales se elegirían por los consejos respectivos.

9.- Unidad. El Partido Frente es la mejor opción para coexistir en la diferencia y reconocer a cada parte su derecho a realizar su propia política y mantener un margen considerable de autonomía, sin que eso signifique renunciar a la posibilidad de acordar una línea política común y enfrentar juntos los procesos electorales. Por eso es que mantenemos esa propuesta. De no prosperar, se debe asumir entonces que la mayoría tiene el derecho y la obligación de conducir al partido y si bien las minorías deben ser integradas, éstas no pueden contrariar públicamente -mucho menos obstaculizar o llevar a la práctica posiciones distintas- a las políticas decididas por los órganos de dirección. Las minorías tienen derechos y pueden expresarse con toda libertad al interior del partido, pero están obligadas a cumplir las resoluciones que se tomen por mayoría. En cualquier caso, con Partido Frente –que es lo ideal- o no, se deben fortalecer los órganos colegiados para garantizar la dirección colectiva del partido en todos sus ámbitos y en todo el territorio nacional.

10.- Legalidad. El cumplimiento de la legalidad no puede seguir siendo arbitrario y caprichoso. No puede haber justicia cuando las normas se aplican discrecionalmente y algunos gozan de impunidad. Los primeros obligados a respetar el Estatuto son los líderes, dirigentes, gobernantes y representantes populares. Si ellos no cumplen con la legalidad entonces no tendrán autoridad moral para hacerla cumplir en la militancia. Quien inflija las reglas debe ser sancionado trátese de quién se trate. Los privilegios son propios de la derecha y con justa razón ofenden a la sociedad. ¿Cómo podemos decirle a los mexicanos que vamos a hacer cumplir la Constitución y las leyes si ni siquiera eso hacemos con las normas propias? De la misma manera que debemos mostrar ante la sociedad nuestra convicción de movernos siempre en el marco de la legalidad, así también debemos dejar clara constancia de que eso mismo debemos hacer al interior del partido. La unidad debe partir de la convicción compartida de que la regulación de la convivencia está determinada por reglas asumidas por todos, cuyo cumplimiento no puede estar sujeto a chantajes o a presiones de ningún tipo y, en consecuencia, se eviten complicidades para violarlas. Por ello, la Comisión Nacional de Garantías y el Servicio electoral deben dejar de estar conformadas por cuotas de las distintas corrientes que hacen que sus miembros tengan como misión principal defender los intereses facciosos de quienes los propusieron antes de vigilar el cumplimiento estricto del Estatuto. Es en ese sentido que tales órganos deben conformarse por una sola persona de honorabilidad incuestionable que sea aprobada con un porcentaje mínimo del 75% de los votos del Consejo Nacional. Además, sería de gran utilidad permitir que organismos de la sociedad civil verifiquen la aplicación de la legalidad interna sin distingos.

martes, 20 de octubre de 2009

EL JUICIO DE ULISES

Fernando Belaunzarán

Ulises Ruiz ya fue juzgado y aunque se niegue a dejar el cargo y logre terminar su gestión gracias al respaldo nacional de su partido no podrá quitarse nunca el peso de una resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que lo censura política y moralmente. Pero lo de menos –que no quiere decir sin importancia- es la suerte de este personaje que con sus acciones y omisiones contribuyó a la exacerbación del conflicto y el penoso viaje a la deriva de Oaxaca por un lapso de tiempo que pareció una eternidad frente al futuro de este estado que no puede seguir por el mismo derrotero de cacicazgos autoritarios que administran tanto la represión como la cooptación de opositores vía el erario.

Los que aducen los excesos de la APPO para tratar de exculpar a Ulises Ruiz dicen verdades, pero se equivocan. Sí hubo actos injustificables por parte del movimiento como las muestras de la llamada “justicia popular” en la que denigraban, humillaban y exhibían los despojos de supuestos delincuentes torturados en nombre del “pueblo”, mismos que amarraban, pintaban y sobajaban en plaza pública con letreros de autoinculpación que recordaban los métodos de la inquisición, o la agresión al periodista Ricardo Rocha, o los abiertos llamados a la violencia desde radiodifusoras “expropiadas”. Sin embargo, además de que ni eso ni nada otorga licencia a gobernante alguno para violar la ley que juró cumplir y hacer cumplir, se trata de planos diferentes. Cualquiera que haya pasado por una clase de Civismo sabe que una cosa son los derechos y obligaciones de los ciudadanos y otra muy distinta las de los que ejercen atribuciones de gobierno.

Ulises Ruiz estaba obligado a enfrentar las protestas con las armas de la política en el marco de la ley, estando impedido de ir más allá de eso. La creación de grupos paramilitares que hostigaron y asesinaron a mentores y appistas y que sólo lograron exacerbar los ánimos y crispar al movimiento hasta grados superlativos, así como la creación de “radios piratas” oficialistas que amenazaban y atizaban la polarización social, recuerdan las estrategias de contrainsurgencia en los países de Centroamérica en los años 80 y es muy difícil pensar que se hayan llevado a cabo sin al menos el consentimiento tácito del Ejecutivo estatal. La violencia de la APPO –de alguna manera provocada, pero no por ello menos reprobable- no justifica la violencia gubernamental, mucho menos aquella que siendo alentada por las autoridades se dio bajo las sombras del clandestinaje y la ilegalidad.

Ahora bien, Ulises Ruiz no sólo no pudo dar solución a la inconformidad magisterial y luego social de Oaxaca sino que incluso él se convirtió en El Problema. Eso fue así porque siguiendo el manual de comprar o reprimir renunció a la política y quiso acabar con la protesta mediante un golpe de fuerza que se le revirtió, escalando el conflicto al punto de ser rebasada su capacidad de respuesta. Y ante esa situación lo que predominó en el gobierno estatal fue la idea de que el fin justifica los medios, olvidándose de manera premeditada de los límites y las responsabilidades que todo gobierno tiene en la utilización del poder público, como es velar por el respeto a los derechos humanos de los detenidos y mantener su actuación, pública y soterrada, en el marco de la ley, de tal suerte que contribuyó como nadie a la descomposición política y social de la entidad. Por eso es que se le juzgó y condenó al todavía gobernador de Oaxaca.

No se trata de enaltecer a un movimiento cuya radicalización lo condenó al aislamiento, el desgaste e incluso la repulsión de importantes sectores sociales, además de que permitió con extrema facilidad la infiltración de provocadores que dieron pie a la estigmatización mediática y desprestigio nacional de la APPO, lo que a su vez preparó el terreno para la intervención policiaca. Mucho menos de exculpar a Vicente Fox que estaba tan preocupado por derrotar a como diera lugar a López Obrador que dejó al garete a Oaxaca para no afectar a su candidato. Pero hay que decir lo obvio: las responsabilidades que tiene como gobernante Ulises Ruiz no se eximen ni por los excesos de un grupo de inconformes ni por la negligencia del gobierno federal.

La sociedad de la capital oaxaqueña vivió en la zozobra durante meses por el desgobierno y la polarización atizada por los ultras de uno y otro bando. El aferramiento al poder por parte de Ulises Ruiz desnudó al grupo gobernante del estado que prefirió optar por la descomposición y el incremento de la violencia antes de buscar salidas institucionales que devolvieran la tranquilidad y estabilidad a Oaxaca. Las heridas siguen abiertas, el tejido social permanece dañado y está pendiente la deseada reconciliación. Ésta sólo será posible con el cambio anhelado y hasta ahora pospuesto, que termine con el autoritarismo caciquil, combata la pobreza y la marginación y sea capaz de incluir y sumar para construir mayorías.

En el país de la impunidad indigna, pero no extraña que los culpables estén como si nada. Es muy posible que por más exigencias de la opinión pública Ulises Ruiz permanezca en su puesto hasta entregar el poder al triunfador de la elección del próximo año y después se dedique sin sobresaltos a administrar sus negocios. Pero sin desdeñar la demanda de justicia lo fundamental es derrotarlo con votos y que la alternancia abra la posibilidad del cambio profundo y verdadero que requiere Oaxaca. Para ello no hay otro camino que la alianza, la cual, por desgracia, se ha complicado por la autoritaria decisión del gobierno federal panista de acabar con la Compañía de Luz y Fuerza del Centro mediante un decretazo que puso a más de 40 mil trabajadores en el desempleo. Sin embargo, sería una gran calamidad para los oaxaqueños cerrar la puerta a esa posibilidad.


De paso…

¡Qué bonita familia! El gobernador de Tlaxcala, Héctor Ortiz, que tiene un férreo control de la Universidad del estado desde 1983, decidió modificar la Ley Orgánica de esa institución en el Congreso Local para que su hermano Serafín pueda reelegirse por un nuevo periodo. Previamente había extendido su mandato por dos años de manera ilegal aduciendo que se había decidido por “aclamación”. En un primer intento la pretensión del gobernador fue rechazada, pero, luego, como su partido el PAN tiene la mayoría absoluta del órgano parlamentario, apretó para volverla a someter a votación. La segunda fue la vencida, pero tuvo como visitante a otro de sus hermanos, Rodolfo, que sin ser diputado se metió al salón de plenos, subiendo incluso a la tribuna en donde comenzó una trifulca lamentable. Cabe añadir que la Universidad de Tlaxcala es de las peores calificadas del país y la autonomía lejos de servir para el desarrollo académico, como está concebida, ha sido el parapeto para que un grupo político lo tenga como botín. Es hora de recordarle al gobernador que la Universidad es de la sociedad tlaxcalteca y no de su familia… Con el autoritario decretazo de Calderón extinguiendo la Comisión de Luz y Fuerza del Centro, Andrés Manuel López Obrador encontró la bandera que venía buscando desde hace tres años y que se le frustró con la reforma energética de (casi) consenso que se cocinó en el Congreso. Sabe, y su inobjetable derrota en Tabasco se lo recordó –hasta en su pueblo perdió-, que sacrificó la competitividad electoral a cambio de la apuesta a favor de una hipotética revolución que revocara el mandato de titular del Ejecutivo y que le permitiera reposicionarse en medio de la crisis política. Siente que esa oportunidad se presenta ahora y que la lucha del SME puede detonar el descontento social por la crisis, el desempleo, la inseguridad y el descrédito de la clase política. Es verdad que la radicalización del movimiento de los electricistas puede llevar a éstos al aislamiento y que en lugar de ayudarlos a concitar simpatías se incremente el rechazo. Pero a AMLO no le queda más que una carta y la va a jugar sin medir consecuencias, entre ellas la prolongación de la caída en las preferencias electorales de la izquierda y que se siga fortaleciendo el PRI. Por eso va a buscar tensar en todos los frentes, lo que incluye, otra vez y entre otras cosas, la toma de tribunas que no sirven para nada excepto para cultivar el desprestigio de quienes las llevan a cabo… Haciendo a un lado el pudor por la flagrante violación a la ley, el vocero de la Catedral Metropolitana, Hugo Valdemar, vetó a Emilio Álvarez Icaza para ser el ombusman nacional. La razón que aduce es que el ex presidente de la Comisión de Derechos humanos del DF no se opuso a la despenalización de la interrupción del embarazo en la capital del país, es decir, que no tomó una moral religiosa particular como moral de Estado. La temeraria declaración del sacerdote pone en evidencia, una vez más, la necesidad de defender el Estado laico… Maradona se equivocó. Un jugador que era un deleite verlo como se echaba a las espaldas la conducción de su equipo y lograr grandes cosas no ha demostrado su valía como director técnico. Con muchos esfuerzos consiguió la calificación de Argentina y en lugar de tomarlo con calma y mostrar que tiene los pies en el suelo, se puso a insultar de manera burda y prosaica a sus detractores. Vamos a ver si la sanción que viene por su incontinencia verbal no lo saca del Mundial… México clasifico a la Copa del Mundo, pero el nivel que ha mostrado hasta ahora no parece presagiar un buen papel. Tendrá que mejorar mucho…

lunes, 12 de octubre de 2009

LIQUIDACIÓN Y RESISTENCIA

Fernando Belaunzarán

Por medio del clásico sabadazo y en plena algarabía futbolera por la ansiada y por momentos sufrida clasificación al Mundial de la Selección Mexicana, Felipe Calderón ha dado un golpe de mano con dudosas facultades legales y toma la apuesta más arriesgada de su sexenio. En momentos de gran volatilidad social por la extensión de la pobreza, el creciente desempleo, el consecuente aumento de la inseguridad y la falta de perspectivas a corto plazo se animó a golpear al sindicato con mayor tradición de lucha en el país y terminar la relación laboral de casi cincuenta mil trabajadores.

Tanta temeridad de un gobierno débil y abrumado por la crisis nos habla de la necesidad del titular del Ejecutivo de asumir un liderazgo que no le dio su guerra contra las drogas y así darle alguna esperanza de continuidad en el poder a su partido. La carga económica y la deficiente productividad, sin restarles importancia, no bastan para explicar la actitud del que juega con cerillos en una pradera seca, a menos que sufra de autismo criminal.

No están retando sólo a la fuerza del Sindicato Mexicano de Electricistas, pues éste tiene la capacidad de articular a una cantidad de organizaciones sindicales, sociales, campesinas, vecinales, etc., de tendencias muy variadas de un espectro tan amplio que vaya desde el filozapatismo hasta sectores de PRI y que van a ver en el encontronazo un punto definitorio sobre el rumbo del país. Es decir, el SME puede aglutinar a su alrededor a toda la izquierda y a una parte del centro. Calderón no sólo proporcionó una bandera de movilización sino también aquella que puede servir de detonante a otras tantas luchas e inconformidades que están latentes en el país.

El SME, pese a vicios y fallas inocultables, cuenta con prestigio no sólo en el movimiento social sino también en capas importantes de la población por su perfil nacionalista, su actitud antiprivatizadora, su lenguaje de izquierda, su solidaridad con diversos y muy variados movimientos y luchas a lo largo de su historia y el contraste que tiene con el sindicalismo blanco oficial; posee la ascendencia y el oficio para construir un amplio frente político. Ya se verá en la próxima movilización su poder de convocatoria y la cantidad de organizaciones y ciudadanos que están (estamos) dispuestos a defender a Luz y Fuerza del Centro no obstante su irrebatible mal servicio y la necesidad incuestionable de mejorar sustancialmente su eficiencia, pues además del apoyo solidario con quienes pierden su fuente de trabajo, no hay duda de que la derrota de los electricistas significaría abrir las puertas a la derechización del país y favorecería la regresión autoritaria.

Como era obvio, la democracia sindical no es la preocupación del gobierno. Se aprovechó de la disputa intergremial para desprestigiar al sindicato y de paso cerrarles el acceso a sus recursos económicos para mermar su capacidad de resistencia. En virtud de la pervivencia de la cultura priísta en el país resulta difícil dudar sobre acusaciones de trampas electorales que además tienden a volverse una pesadilla cuando el resultado entre los contendientes es muy apretado y cualquier anomalía es objeto de escándalo. Pero aún siendo ciertos los señalamientos, al lado charrismo sindical del tipo de Carlos Romero Deschamps, Elba Esther Gordillo o Joaquín Gamboa Pascoe el SME que realiza elecciones universales y competidas, integración proporcional en sus órganos directivos y asambleas periódicas de manera obligatoria parece Suiza. Por supuesto que eso no justifica las irregularidades que pudieron haberse cometido en su proceso interno, pero desenmascara a Javier Lozano, Secretario del Trabajo pendenciero y protagónico que abandonó la sobriedad, si alguna vez la ha tenido, para servir de ariete contra un sindicato por motivos que lo tienen sin cuidado en otros casos. La negativa a otorgar la toma de nota fue el pretexto para abrir una campaña de linchamiento mediático para preparar el golpe de la liquidación mediante requisa.

La debilidad del SME está en la opinión pública en virtud del mal servicio, los costos elevados, la creciente necesidad de recibir transferencias cuantiosas de la federación y lo que algunos editorialistas han llamado “privilegios” del sindicato; elementos que seguirán siendo utilizados para desprestigiarlo. En ese sentido fue poco prudente y menos afortunada la reciente inauguración que con bombo y platillo hizo Martín Esparza de un gimnasio que costó más de 100 millones de pesos. En contraste resulta positivo que los dos bloques confrontados dejen a un lado sus diferencias y se presten a defender unidos a la compañía, cerrando así el frente interno que sería premeditadamente exaltado. Alejandro Muñoz reconoció a Esparza como Secretario General y ambas partes marcharán juntas el próximo jueves.

Junto a la fuerza movilizada que de seguro se mostrará en las próximas semanas, el SME tiene el reto de ganar el debate público y, por lo mismo, de poner en la mesa propuestas de solución a problemas que preocupan legítimamente a los consumidores, de tal suerte que eso le permita revertir, al menos en un grado, la campaña de desprestigio de la que ha sido objeto. En lugar de defender lo indefendible sería de utilidad mostrar voluntad de transformación y sensibilidad ante los justos reclamos. Existen conquistas laborales que consiguió el sindicato cumpliendo su función de pelear por los derechos de los trabajadores y si son desproporcionadas, dada la escasa productividad de la empresa, no es culpa de la organización que reclama prestaciones sino de la empresa que las acepta sin tener solvencia para cumplir las obligaciones adquiridas. De cualquier manera es fundamental para ganar simpatías en la población que tiene pocos motivos en el servicio que reciben de solidarizarse con los trabajadores el que el SME se muestre como parte de la solución de problemas que no se pueden negar.

Para nadie es un secreto que lo que está en juego es el potencial de los cables de fibra óptica que bien utilizados podrían servir para el saneamiento financiera de la empresa, pero también para cocinar jugosos negocios privados que, por cierto, no necesitan que se privatice la empresa como tal sino tan sólo que se les otorguen concesiones para utilizar la red. Luz y Fuerza bien podría ofrecer servicio del llamado triple play en telecomunicaciones (teléfono, internet y televisión), pero ese es el anzuelo del gobierno hacia grandes consorcios que no está mal que compitan, pero sí que lo hagan a costa de tomar por asalto a la empresa, acabar con un sindicato incómodo para la voracidad de algunos potenciales inversionistas y cerrando la posibilidad de que la empresa pública pueda también competir en ese ramo.

Es probable que Calderón le haya hecho un gran favor a la oposición que lo combate, sobretodo a aquella que ansiaba la ruptura institucional como resultado de un amplio movimiento social. Para los “centenaristas” que pronostican para el 2010 la tercera revolución mexicana, la medida de extinción mediante requisa y liquidación será vista como la reedición de Cananea y Río Blanco y verán en el conflicto una oportunidad preciosa para que se presente el estallido social antisistémico que llevan tres años anhelando y que sería un error desestimar, pues efectivamente la crisis, el desempleo, el descontento y el desprestigio de la clase política conforman un cocktail explosivo que hasta antes del anuncio del decreto presidencial pensaba que el gobierno federal estaba preocupado por evitar que estallara. Si eso ocurre, si la crisis económica se convierte en crisis política y el escenario principal de ella son las calles, entonces será muy fácil recordar cómo comenzó todo pero difícil saber cómo va a terminar.

Para desgracia de los consejeros del presidente, esto no será la reedición del celebre “quinazo”. Aquí no es el control corporativo sostenido por la fuerza y la corrupción de un líder impresentable que puede ser sustituido por el elegido del presidente tras un golpe de mano como ocurrió con el sindicato petrolero hace poco más de veinte años. En este caso habrá respuesta social y no le será tan sencillo ni tan barato ni tan rentable a Calderón como lo fue para Salinas dar el golpe. Ahora es el gobierno federal el que contribuye a la polarización política y social del país, generando un escenario en gran medida impredecible. Gana para sí a sectores influyentes de la clase empresarial, pero se arriesga a que el enorme descontento social que existe encuentre una vía para manifestarse y que en poco tiempo la demanda principal ya no sea la derogación de un decreto. A Calderón le dio por jugar con fuego. Por lo pronto, nos vemos el jueves en la marcha.


De paso…

Paz. Barack Obama reaccionó con humildad y modestia ante el otorgamiento del premio Nobel de la paz. Los sectores conservadores de Estados Unidos que han arreciado sus críticas al presidente y que son alentados por poderes fácticos muy influyentes que están molestos porque ven amenazados sus intereses ante la voluntad reiterada de Obama de cumplir su ofrecimiento de cambio a los electores, cuestionaron duramente el otorgamiento del reconocimiento a la luz de los resultados en los pocos meses que lleva al frente de la presidencia, exactamente el mismo cuestionamiento que hizo recientemente el presidente venezolano, Hugo Chávez. Sin embargo, considero que fue correcta la decisión, pues el cambio del unilateralismo de la política exterior de Bush hacia el retorno del multilateralismo que está promoviendo Obama es fundamental para que prive el derecho internacional y no la fuerza. Ese simple hecho ha generado grandes esperanzas en la población mundial y ha cambiado el rostro amenazante de los Estados Unidos por uno más noble y amigable. Por eso, si bien debemos esperar y demandar resultados de la política exterior norteamericana que hoy encabeza una mujer con gran capacidad como es Hillary Clinton el inicio de esta nueva administración ha sido muy prometedor. Por lo mismo, yo celebro el nombramiento y comparto que al recibirlo adquiere Obama una gran responsabilidad para cumplir las grandes expectativas que ha generado en el mundo… Daños colaterales: el golpe al SME complica enormemente las eventuales alianzas entre el PRD y el PAN para enfrentar a los Señores Feudales del PRI por lo que los caciques de este partido en Oaxaca, Puebla y Veracruz tienen motivos para volver a sonreír… Emilio Álvarez Icaza realizó una labor impecable al frente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, al grado de convertir a dicha comisión en referente internacional. Si el fuera elegido para ser el ombusman nacional de seguro que devolvería la proyección, respeto y ascendencia que la CNDH perdió durante el gris periodo de Soberanes… Vale la pena celebrar la clasificación al mundial de la selección mexicana. Por fortuna las excesivas declaraciones contra El Salvador hechas por un hombre normalmente ecuánime y profesional como Javier Aguirre no tuvieron consecuencias que lamentar. Pero se debe tener mucho cuidado con inflamar el espíritu patriotero en el futbol porque eso puede abrir paso a la violencia. En fin, ¡Nos vamos al mundial!... ¿Nos vamos, quimosavi?...