jueves, 28 de octubre de 2010

BARBARIE O TERRORISMO

Fernando Belaunzarán
Twitter: @ferbelaunzaran

Fin de semana sangriento –uno más- en el que tres decenas de jóvenes en dos masacres criminales fueron arteramente ejecutados. La atrocidad ya es parte del paisaje mexicano y la capacidad de indignación se ejercita todos los días, sea por los crímenes cometidos o sea por su consecuente impunidad. Las enfáticas condenas, los elocuentes discursos que prometen justicia, las advertencias públicas a los asesinos de que se les perseguirá con toda la fuerza del Estado, los autos de fe patrioteros para sostener que no hay otro camino que el elegido y que las vidas humanas perdidas son costos dolorosos, pero necesarios de una epopeya en la que la nación se juega su destino, pierden efectividad y ya sólo emocionan, y eso sólo en apariencia, a quienes los pronuncian. Y frente a la impotencia de las instituciones para detener las ejecuciones o consignar a los responsables, el crimen se aprovecha de la debilidad del Estado mexicano y utiliza a su favor las contradicciones de éste, haciendo política con la violencia, con las mantas, con el video, con la corrupción e incluso con el terror.

No nos enfrentamos a organizaciones agazapadas que prefieren no llamar la atención para que su negocio se lleve a cabo sin sobresaltos. Tampoco con aquellas que administran la violencia para circunscribirse a ajustes de cuentas o a dar golpes no digamos quirúrgicos sino aunque sea centrados en los intereses de sus enemigos. Tienen una clara intención de demostrar su poder de destrucción e incluso pretenden incidir en la opinión pública mediante mantas y videos. Es una delincuencia que reta exultante a la autoridad y mata prolijamente, secuestra y extorsiona sin economizar violencia y sin preocuparse por llevarse entre las patas a inocentes. Para estas bandas, los “daños colaterales”, aunado al salvajismo e impiedad notorias, son parte intrínseca de su forma de operar. Pero ¿se trata de una sed incontenible de sangre y muerte, expresión de la barbarie provocada por el rencor de una juventud que se cobra con vidas la falta de opciones en una sociedad que siente hostil, o estamos ante una estrategia que busca premeditadamente maximizar la violencia para generar inestabilidad política y terror en la población?

El asesinato indiscriminado de personas es una característica del terrorismo y eso es lo que ha venido ocurriendo con mayor frecuencia en diversas acciones del crimen organizado asociado al narco. El punto es dilucidar si tales actos asociados al terrorismo persiguen un fin o si las masacres y muestras de patente salvajismo son solamente producto de la irracionalidad de quienes gozan de enorme poder de fuego e impunidad, del simple gozo de matar por matar. Me inclino por la primera opción, pues la intención manifiesta de diversos cárteles de incidir a su favor en la opinión pública culpando a sus rivales y a los gobiernos de connivencia en lo que podríamos llamar, en sus códigos, “prácticas desleales” denotan intereses políticos y un conocimiento que saben usar a su favor: la división y confrontación en el sistema de partidos, enrarecimiento del ambiente político y la debilidad y corrupción de las instituciones. El enemigo está también dentro.

Con los hechos atroces sucedidos resalta y adquiere apremio una verdad sostenida por toda la evidencia disponible: la estrategia de combate al narco de Calderón es un fracaso. En esta cruzada que ya rebasó los 30 mil muertos, el presidente va solo y asume los réditos -“el valiente”-, pero también los costos: “está rebasado y se le salió ‘su guerra’ de control”. Y lo peor de todo es la continuidad de un proceso constante de descomposición institucional por la penetración del narco y la jactancia con la que éste comete sus fechorías, siempre con notoria impunidad. Cada evento de desbocada violencia mina la fuerza del presidente y hace crecer las voces que exigen un cambio de estrategia a sabiendas de que Felipe Calderón tiene decidido mantenerla hasta la ignominia. El terror usado por el narco agudiza las contradicciones en el seno de la clase política y pone a las autoridades a la defensiva.

Ante ello, el gobierno no puede decir simplemente que todos nos sumemos a una estrategia fallida que no disminuye ni el consumo ni el tráfico de drogas, pero que en cambio sí ha elevado los niveles de violencia hasta grados inimaginables y convertido en materia de disputa sangrienta con el Estado y con otras bandas el control de zonas importantes de la república. Si Felipe Calderón insiste en no replantear su estrategia para que ésta sea un elemento de cohesión nacional contra el enemigo común, entonces irá solo hasta el final de esa aventura mal planeada desde un inicio.

El asunto es muy serio y riesgoso como para decidirse en desplantes de machismo político que creen ver debilidad frente a cualquier tipo de rectificación. Regular producción, distribución, venta y consumo de drogas no resolverá el problema de la noche a la mañana, pero sin duda puede ser parte de la solución si se le acompaña con una política integral que se centre en disminuir el consumo, prevenir adicciones y atender a los adictos. Se trata de apostar a la educación como instrumento para ejercer responsablemente la libertad en lugar de la lógica punitiva y represiva que hoy domina. Disminuir los recursos económicos de los cárteles es condición indispensable para que el Estado los enfrente con éxito

El terrorismo es ya un expediente abierto por el narco en México. Sería conveniente que, como sucede en España, la sociedad manifieste a lo largo y ancho del país, sin distinción de partidos, su repudio a la barbarie y al terror.

De paso…

Kichner: Murió prematuramente una de los políticos más significativos de América Latina en la última década, hombre fuerte de la Argentina y candidato pintado para regresar a la presidencia. Un mandatario que asumió la responsabilidad de gobernar en el peor momento de la crisis económica argentina y salió airoso, razón por la cual se le reconoce en su país y fuera de éste. Sin duda, una dolorosa pérdida para su pueblo y para Latinoamérica… Oportuno y apremiante llamado a la unidad de la izquierda hizo el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas en el aniversario del fallecimiento del General. Por responsabilidad, todos los actores de ese signo deben manifestar su disposición a concretarlo, con independencia de las divergencias electorales de coyuntura… En Estados Unidos se acercan las elecciones de mitad de periodo, las cuales determinaran en cierta medida la política de Obama en los siguientes años. Ojalá los norteamericanos hayan percibido el papel destructivo que por consigna ha jugado el Partido Republicano en los últimos dos años y no los premie a pesar del no cumplimiento de importantes expectativas… California podría ser el primer estado de la Unión Americana en legalizar la marihuana. Si eso se logra se vendrá una presión importante para que el gobierno mexicano modifique la lógica punitiva que prevalece en el país… Los Rangers eliminaron a los favoritos Yankees y se enfrentan en la Serie Mundial a los Gigantes de San Francisco. Si bien me alegró el desempeño del equipo texano en la Serie de Campeonato, voy con el equipo californiano… Sígueme en Twitter: @ferbelaunzaran

miércoles, 13 de octubre de 2010

IZQUIERDA MODERNA

Fernando Belaunzarán
Twitter: @ferbelaunzaran

La autocrítica es valiosa si hay capacidad de rectificar. Esa corrección del rumbo hace pertinente separar etapas, resaltar las diferencias entre un antes y un después. No se trata de empezar de cero. Por el contrario, parte de reconocerse en el pasado, de identificar con claridad al referente primordial que le da sentido al inicio del nuevo momento, que lo liga con un ser preexistente, con su historia, con su tradición, con su carga ideológica e incluso mítica, pero que a la vez hace un deslinde notorio y meridiano con lo que ya no puede o no quiere seguir siendo. La expresión “izquierda moderna” reclama contenido y justificación, pero de entrada vislumbra permanencia y cambio, continuidad y ruptura, raíz y movimiento. Lo fundamental no es llamarse actual sino remarcar la diferencia. El primer término afirma identidad y el segundo hace distinción con algo, más que caduco o extemporáneo –la historia es caprichosa y está visto que en ella puede revivir lo que se creía desahuciado-, que debiera resultar indefendible y hasta vergonzoso para quienes luchan por transformar al mundo con ideas de democracia, justicia y libertad, es decir, para los que se asumen de izquierda.

El concepto “izquierda moderna” nace de una autocrítica indispensable, de la toma de conciencia del error, de la impostura, de la desviación que significaron el estalinismo y el establecimiento del llamado “socialismo real”; del cultivo de antivalores nugatorios de los ideales emancipatorios; de la contradicción entre fines y medios; de la incongruencia al sostener una práctica que no se corresponde con la propaganda que se hace de sí misma. La “izquierda moderna” es la reacción ante el fracaso de un experimento perverso que deformó el rostro y las entrañas de un proyecto que en realidad era su opuesto. Es en ese sentido que una izquierda moderna debe buscar no sólo innovar sino también retomar el camino extraviado.

El tamaño del acontecimiento simbolizado inmejorablemente con la caída del Muro de Berlín no era para menos. Dictaduras burocráticas que se construyeron sobre los anhelos y la sangre de millones que pelearon por libertad y justicia caían desmoronadas. Una Era geopolítica llegaba a su fin. Las críticas necesarias a esos regímenes pervertidos fueron consuetudinariamente acalladas en amplios sectores “progresistas” bajo el argumento de “no hacerle el juego al Imperialismo”. La izquierda debía revisarse, incluso aquella que se había deslindado y denunciado la impostura.

Quedó claro que cuando en nombre de la justicia se sacrifica la democracia y las libertades, tampoco se obtiene aquella. El autoritarismo “de izquierda” no sólo es aberración sino una imposibilidad. La izquierda es democrática o no es. El estatismo que incuba burocracias como un estamento privilegiado –“hay unos más iguales que otros” (Orwell)- ya no puede ser paradigma. Entre las grandes corporaciones y el Estado propietario existe una tercera opción que puede coexistir con la propiedad privada y la estatal: la propiedad social.

El culto a la personalidad promovió los peores despotismos, no sólo en los países que se reivindicaban comunistas sino también en los regímenes de corte nacionalista encabezados por caudillos que fueron respaldados acríticamente por sectores de la izquierda. Al igual que en el estalinismo, en este tipo de Estados la disidencia no se tolera y cultiva el sometimiento absoluto al hombre fuerte. Por eso, la izquierda moderna se plantea ser congruente con su convicción democrática y libertaria y por eso promueve contrapesos y equilibrios institucionales, oponiéndose a la concentración del poder. Busca complementar la democracia representativa con mecanismos de participación ciudadana, pero no cae en el error bolchevique de pensar que éstos pueden suplir a aquella.

La izquierda moderna entiende que la redistribución de la riqueza para generar justicia social requiere no sólo de una eficiente recaudación fiscal y de programas eficientes de seguridad y asistencia social sino también de fomentar el crecimiento económico, fomentando la inversión pública, privada y trasnacional. Como lo fundamental es mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos no es esclavo de los mitos y se atreve a pensar en voz alta soluciones inovadoras, aún a riesgo de sufrir el estigma de los perros guardianes de la fe y la ortodoxia.

Para decirlo claro, la izquierda moderna no acepta ninguna forma de “pensamiento único”. Acepta la crítica y la autocrítica y entiende que la discrepancia es sana e indispensable en el partido y en la sociedad. Por eso no se calla ante supuestas “autoridades morales” o poderes fácticos y considera inadmisible la intolerancia frente al disidente o al distinto y se opone fervientemente a cualquier forma de discriminación. Es promotora de derechos civiles y políticos y busca incluir a las minorías, respetando sus diferencias.

La izquierda moderna se reencuentra con su pasado remoto al reivindicar la libertad y luchar por profundizarla y hacerla realidad para todos los seres humanos. En ese sentido entiende que hay condiciones materiales y culturales que deben extenderse al conjunto de la población para que sus miembros tengan opciones y puedan considerarse libres.

En América Latina, el exponente más notorio de una izquierda moderna es, sin duda, el todavía presidente de Brasil: Lula

Es verdad que no porque una izquierda se asuma como “moderna” lo es. Hay inercias culturales difíciles de revertir. Pero es un avance decir lo que se piensa y quiere para que a la luz de ese parámetro medir y ser medido, y que eso sirva para saber si hay acercamiento o alejamiento de la meta elegida. Y por supuesto, es fundamental combatir resabios como es el poder autoritario y caprichoso de los caudillos, así como de los vicios que provoca, tales como la incondicionalidad al líder, los linchamientos morales a los críticos, las verdades absolutas que así se certifican ellas mismas, la utilización vulgar y demagógica de “El Pueblo” para buscar prevalecer y amagar a los adversarios, etc.

No entiendo el intento de mofa que Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores hacen reiteradamente sobre la izquierda moderna. Aunque el origen del tabasqueño no es una organización de izquierda sino el PRI, le reconozco todo el derecho para opinar y tratar de convencer sobre el tema. Sin embargo, no le conozco una sola crítica seria sobre el tema y se queda en el chistorete y el sarcasmo barato. Es evidente que busca defender una tradición, pero no nos dice cuál ni por qué. Si la respuesta la vamos a encontrar en su práctica, la cual revive no pocos elementos del caudillismo latinoamericano, pues entonces, con mayor razón, se hace necesaria esa izquierda moderna que reivindique frente a esas desviaciones la democracia, la inclusión y la tolerancia. Me rehúso a pensar que el motivo de su sorna sea que la noticia de la caída del Muro todavía no llega a Macuspana.

De paso:

Don Adolfo. El pasado 17 de septiembre, un día después de la conmemoración del Bicentenario, cumplió 95 años el eminente filósofo marxista del Exilio Español, Adolfo Sánchez Vázquez. Sus críticas al “socialismo real” y la lucidez con la que defiende la necesidad y posibilidad de transformar al mundo hacen de él un pensador actual y apasionante y, sin duda, indispensable para una izquierda perdida en disputas sectarias y mezquinas. A pesar del retraso, felicidades querido y admirado Maestro!!!... Merecido premio Nobel de Literatura para Mario Vargas Llosa. Sus novelas son realmente excepcionales. Si me tuviera que quedar con alguna, elegiría “La guerra del fin del mundo”… El mundo se conmovió con razón por el rescate de los mineros en Chile. 33 historias entrañables en un drama humano con final feliz y una metáfora existencial que no puede dejar de sacudirnos: el volver a nacer… El Consejo Estatal del PRD en Estado de México aprobó por clara mayoría calificada (193-88) la exploración sobre una alianza que pueda incluir al PAN para enfrentar al delfín de Enrique Peña Nieto el próximo año. Esa posibilidad es precisamente lo que ha tratado de evitar el gobernador mexiquense por todos los medios a su alcance, primero negociando el incremento al IVA con el gobierno panista y luego modificando la ley para complicarla. Pero de manera inexplicable, quien parece ser su adversario, Andrés Manuel López Obrador, se convirtió en el principal activista a favor de su misma causa: evitar la alianza. Es aún más sorpresivo si se toma en cuenta que en Oaxaca, si bien AMLO desautorizó la coalición con la palabra, lo cierto es que no la obstruyó y permitió que el PT se sumara a ella. Lo peor de todo es que sin buscar el diálogo con la dirección de su partido o siquiera asistir a exponer y a debatir su posición en contra de la alianza en el Consejo Estatal, López Obrador optó por amenazar a ese órgano con sacar a otro candidato a través del PT si, como sucedió, votara a favor de buscar el acuerdo con el PAN para enfrentar a la poderosa maquinaria del Grupo Atlacomulco que no cabe de contento con los “principios” del ex jefe de Gobierno… La Selección Mexicana está haciendo un papelón. Si lo que se pretende es llevar a cabo el necesario “control de daños”, la verdad es que están haciendo todo por seguir escalando el problema… Síganme en Twitter: @ferbelaunzaran