viernes, 13 de febrero de 2009

LOS SPOTS DE AMLO

Andrés Manuel López Obrador está acostumbrado a apostar fuerte. La novedad es que ahora arriesgue tanto por tan poco. Además, no puede mas que tener dificultades para explicar en términos heroicos, en consonancia con su discurso épico con el que pretende justificar su actuar frente a sus seguidores e incluso frente a la historia, su afán por salvar no a México sino el registro legal de dos partidos de obscura procedencia y con liderazgos de reputación más que dudosa en momentos críticos para el país. Y es que el objetivo real salta a la vista no obstante su pequeñez: conservar para esas franquicias el dinero público que reciben aunque no tengan la representatividad para tener derecho a ello.

Claro, también está el castigo a su partido a pesar de que le debe su carrera política, pues éste se atrevió a votar mayoritariamente por una dirección autónoma a sus decisiones. Para nadie es un secreto que la jihad pejista ha llamado al voto de castigo contra el PRD desde que el resultado de la elección interna quedó firme. Es decir que mientras la nación naufraga y el PRI amenaza con controlar la Cámara de Diputados, encaminándose con paso firme hacia Los Pinos, quien se jacta de ser el principal liderazgo de la oposición está absorto en el ajuste de cuentas y en las arcas del erario.

Lo que llama la atención es el abrupto declive. Después de ser el personaje central de la política mexicana, de establecer por años la agenda nacional, de haber salido airoso de una embestida perversa fraguada desde las más altas esferas del poder público y llevar a la izquierda a su mayor votación histórica se achica hasta el grado de pelear por conservar mínimos. No hay ningún objetivo estratégico en ello, pues si bien puede pensar que logrando mantener con vida a ambos partidos ya aseguró su candidatura presidencial, lo cierto es que éstos han dado muestras a lo largo de su historia de que sus decisiones las toman con base a los intereses pragmáticos del momento. Pero aunque así fuera, es lamentable que todo se subordine a un proyecto personal, que AMLO opte por dividir el voto de la izquierda por soñar con el 2012 y que en lugar de preocuparse por ganar el mayor número de distritos se concentre en abrirle boquetes al PRD por unas cuantas pluris, coadyuvando de esa manera el retorno del PRI al poder.

Es verdad que el deterioro de la situación nacional y la incapacidad de la administración calderonista para responder a las exigencias de la emergencia que se vive han hecho renacer las esperanzas por la ruptura social y la caída del régimen político en el círculo lopezobradorista -como si esa circunstancia efectivamente los pusiera en la antesala del poder-, pero incluso en ese hipotético escenario sería conveniente contar con la representación más amplia posible en el parlamento por parte de la izquierda comprometida con la democracia. Ahora que resulta francamente paradójico que por un lado se piense en la toma del Palacio de Invierno y por el otro en los pesos del sistema que se busca derribar.

Ver a la crisis como si fuera la Divina Providencia que devolverá a su legítimo depositario el poder arrebatado es tan irresponsable como fantasioso, pues se juega con la vida de millones de familias que se las verán muy negras y a quienes la inestabilidad política lejos de ayudarles las condenará a prolongar su deteriorada condición. México no necesita ningún “salvador”, idea contraria a una izquierda con convicción democrática. Requiere sí de hombres con visión de Estado que sean capaces de unir y transformar, de evitar el caos y cerrarle el camino a los pescadores del río revuelto. Restaurar el equilibrio y hacer que la sensatez y la altura de miras predominen es el único camino para dar certidumbre en estos tiempos aciagos. En ese sentido resulta indispensable contar con una izquierda fuerte que deje a un lado el resentimiento y ponga por delante el interés general; precisamente la izquierda a la que AMLO torpedea y apuesta a disminuir para mantener con vida artificial a los dos partidos que, engañándose, piensa que son de su propiedad.

Las razones esgrimidas para arrogarse el derecho de chaqueteo y, aunque parezca mentira, hasta presentarlo como una acción loable son, para decirlo suave, poco serios e insostenibles. Nos dicen que es para contrarrestar a “la mafia de la política” y al gobierno de Calderón que se ha planteado desaparecer al PT y a Convergencia como si con el país hecho pedazos no tuvieran cosas más importantes en qué pensar. Dejando a un lado que Dante Delgado y Alberto Anaya tienen todos los meritos para ser considerados “capitos” de esa llamada mafia y que no todos los políticos hacen del hígado su brújula, finalmente son los ciudadanos los que deciden cuáles partidos se mantienen y cuáles no deben seguir sosteniéndose con el dinero de los contribuyentes. Si su registro está en riesgo y no encuentran más solución que tratar de piratearle electores al PRD es que algo habrán hecho mal y asumen que no son opción por sí mismos.

Lamento el enojo y la decepción de muchos perredistas que se están tragando los spots de su ex presidente nacional y ex candidato presidencial a favor de otros partidos y se preguntan por qué está ayudando al PRI a ser la primera fuerza en el país. En cambio, celebro que las máscaras se caigan.


Catastrofismo. Los mejores promotores del pesimismo ante la crisis son sin duda los voceros del gobierno federal. Carlos Slim tiene todo el derecho de manifestar su opinión y la reacción desproporcionada y alucinante contra ésta por parte de funcionarios que por algún misterio se sienten muy listos le dio una prominencia mediática al enfrentamiento que en lugar de tranquilizar tuvo el efecto contrario… Y hablando de respuestas torpes, la del Secretario de Salud contestando con simpleza y prejuicios propios de Serrano Limón -mientras los ríos de sangre corren por el país- a los ex presidentes latinoamericanos que propusieron legalizar el consumo de marihuana para combatir el narcotráfico está de campeonato y nos demuestra que cualquiera, cual-quie-ra, puede llegar al gabinete presidencial… Después de tapizar con bardas la Delegación de Iztapalapa para promocionar la inauguración de un centro recreativo y una vez que llegó a éste el jefe de Gobierno a destaparlo, Jesús Valencia renunció al DIF capitalino para buscar una diputación en aquella demarcación. Afuera los mariachis cantaban: “Te pareces tanto al PRI, que no puedes engañarme…”…Junto al repartidor de becas, cobijas y despensas, otra funcionaria que aplica programas sociales renunció a su cargo para contender por la candidatura a la Jefatura Delegacional de Iztapalapa. Clara Brugada dejó la Procuraduría Social y una operadora de ella, de nombre Shantal, ofrece cinco mil pesos a los administradores de las unidades habitacionales que se atendieron con recursos públicos por parte de dicha dependencia para que le lleven a la gente a votar a favor de la ex procuradora… Por ello, con todo respeto, es demagógico que Marcelo Ebrard se jacte de que no hay ningún secretario de su gobierno como precandidato, como si eso acreditara su no intervención en la contienda. Además de que la razón por la cual Jose Ángel Ávila, su secretario de Gobierno y a quien había perfilado para coordinar la ALDF, no se lanzo a buscar la candidatura se debió sinceramente a que René Bejarano no lo dejó pasar, el DIF y la PROSOC manejan más presupuesto que la mayoría de las secretarías… Y hablando de “El Profesor”, aunque la suya es la corriente más favorecida en las planillas palomeadas por Marcelo aquel no se da por satisfecho. Por eso, para estirar la liga, IDN registró en el folio 15 una lista que en parte coincide y en parte discrepa de la propuesta oficial. No tengo dudas de que Bejarano se saldrá con la suya. El precio fijado a Ebrard para enfrentar y tratar de disminuir a René Arce, al que ve como fuerte contendiente para sucederlo en el cargo, es entregarle la ciudad a René Bejarano y lo va a hacer… Tomo nota del mensaje que en El Peñon me diera un operador de Alfredo Hernández Raigosa, alto funcionario del gobierno de la Ciudad y mejor conocido como “El Camarón”: “En el distrito XIX no te vamos a dejar pasar, sea por las buenas o por las malas”… Pues como ya se dieron cuenta, buscaré la candidatura a la diputación local de ese distrito de Iztapalapa no obstante las amenazas…

martes, 3 de febrero de 2009

CARTA A MARCELO

3 de febrero de 2009

Lic. Marcelo Ebrard Casaubón
Jefe de Gobierno del Distrito Federal
Presente







Estimado Marcelo:


Tu actitud me desconcierta. Acabamos de pasar la peor crisis en la historia del PRD y te prestas a cometer los mismos errores. No es posible que después de las experiencias recientes, en lugar de ponerte por encima, de ser garante y árbitro de la contienda, hayas decidido involucrarte como facción en la próxima elección interna del partido, al grado de procesar candidaturas oficiales. Tu parcialidad carga los dados, sepulta al principio de equidad, enrarece el proceso y presagia el conflicto.

Al hacer estos señalamientos no descubro nada. Todo se ha hecho con absoluto desparpajo y sin asomo de pudor. Los medios de comunicación han dado cuenta puntual de las intensas negociaciones que los diversos grupos de Izquierda Unida realizan en tus oficinas y bajo tu coordinación, pues los participantes en las mismas declaran o filtran sobre los avances, dificultades y conflictos suscitados en la mesa, buscando presionar para obtener más candidaturas o, en su defecto, compensaciones. Supongo que eres consciente de que, siendo jefe de Gobierno, participar en la determinación de precandidatos -y en sus subsecuentes apoyos-, así como en los ofrecimientos de acomodo en la administración pública de los que no caben en el acuerdo, es política y moralmente inaceptable, además de ilegal.

Te recuerdo que los conflictos electorales, tanto el de las elecciones presidenciales del 2006 como el de las internas del partido en el 2008, se ocasionaron por la intervención de quienes debían mantenerse al margen de la disputa. Si insistes en involucrarte vas a contribuir a la polarización de la elección y pondrás en duda la legitimidad del resultado. Y no es para menos. ¿Qué equidad puede haber para el resto de los militantes, es decir, para lo que no sean palomeados por ti, si para lograr la candidatura del PRD en el DF tienen que vencer al jefe de Gobierno?

La verdad es que no te entiendo. Además del riesgo que tiene una eventual elección cuestionada, ésta era una oportunidad para que te constituyeras como factor de unidad y equilibrio de todo el PRD, para que pudieras acreditar un sano y razonable margen de autonomía frente a tu antecesor y para que ganaras autoridad moral ante el conjunto de la militancia. De hecho ya habías avanzado en ese sentido porque mantuviste una posición conciliadora durante el conflicto del año pasado y mostraste compromiso institucional al aceptar a la nueva dirigencia nacional del partido. Pero ahora saltas para atrás y vuelves al redil. Te enfrentas a una parte del partido para encumbrar a otra, a Izquierda Unida, de la que por cierto no eres su principal dirigente.

Tal y como lo confirman múltiples testimonios, muchos de los cuales han sido recogidos por los medios de comunicación, Izquierda Unida acepta que tú propongas tres de cuarenta precandidatos a diputados locales, tres de veintisiete a diputados federales y dos de dieciséis a Jefaturas Delegacionales, éstas últimas las más difíciles, Miguel Hidalgo y Benito Juárez que hoy están en poder del PAN. Cifras raquíticas que contrastan con las de la corriente de René Bejarano que está decidiendo sobre prácticamente la mitad de las candidaturas internas a todos los puestos por parte de ese mismo bloque. Ignoro por qué decidiste volverte operador y promotor de ese grupo al grado de pretender hacerlo el más fuerte e influyente de la ciudad. También ignoro por qué te quieres poner en las manos de tu contendiente a la candidatura presidencial del 2012 cuando no eres en mínimo grado ingenuo como para tragarte el cuento del “mejor posicionado”. Pero me resulta aún más inverosímil que pongas en riesgo las posibilidades reales de la izquierda para competir con éxito en este año, pues es obvio que el PRD no resiste otro proceso como el del 16 de marzo pasado y lo grave es que en lugar de servir a la solución estás optando por convertirte en el problema.

Es muy probable que pienses que todo se arregla tomando los caminos ya andados de circular oficios, advertir abiertamente a funcionarios públicos y ordenar a la contraloría que investigue y actúe contra desvíos. Pero me darás la razón de que no es gran cosa que te vigiles a ti mismo. Es verdad que esas medidas no sobran; sin embargo, si nos atenemos únicamente a ellas, quedará en el ambiente un tufo a simulación.

Te parecerá inconcebible lo que te voy a decir, pero éste no es un problema mediático. Es también de principios, legalidad y congruencia, de dejar de reproducir al viejo régimen; pero no sólo. Resultaría contraproducente tratar de engañar a la opinión pública si el desequilibrio y los excesos se manifiestan en los territorios incubando conflictos.

Así que en lugar de jactarse con “el crimen perfecto” y atender a la voz del cínico que reta con soberbia “que me lo comprueben”, mientras mira en los techos buscando cámaras de video, la única posibilidad para salir bien librados de este trance es que reconsideres, des un paso atrás y más que decir que no te vas a meter, efectivamente no te metas. Apostar a “taparle el ojo al macho” es, a final de cuentas, jugar con fuego. Es cierto que todos tenemos que contribuir a que las elecciones internas salgan bien, pero sin duda alguna el principal responsable de que eso suceda y, por lo mismo, de preservar al PRD en su bastión eres tú.

Estoy enterado de que el argumento principal para que tu gobierno se involucre en la elección de candidatos -con todos los riesgos que implica- es para que obtengas por fin el control de la Asamblea Legislativa, mismo que no has tenido a pesar de que nuestro partido es ahí la fuerza mayoritaria. Pero lo cierto es que nuestro parlamento no pudo haber sido más productivo. En la Ciudad de México se demostró que la división de poderes puede ser un pistón en lugar de un freno. Si de algo puedes estar orgulloso es del sello libertario que el órgano legislativo encabezado por Víctor Hugo Círigo le dio a la capital del país. La Ley de Sociedades en Convivencia, la despenalización del aborto, el divorcio Express, la eutanasia, el cambio de nombre de los transgéneros, el fomento a los transplantes de órganos y la discusión de la legalización de la marihuana como alternativa para combatir al narcotráfico y atender las adicciones mediante la información, la educación y la responsabilidad son, entre muchas otras iniciativas surgidas de los legisladores; medidas de avanzada que enorgullecen al PRD, pues cumplen con su programa y responden a sus valores. Se engaña el que piensa que el mejor diputado es el obediente.

En fin, espero que reflexiones sobre las repercusiones nocivas que tiene para nuestro partido y para la ciudad que gobiernas el que te involucres en la elección de candidatos. Es de sabios detener el paso al borde del abismo. Por lo pronto te voy a ayudar denunciado todas las irregularidades que pueda constatar. Frente a ellas serán los hechos, más que las palabras o la propaganda, los que hablen por tu administración.

No quiero despedirme sin antes reconocer en lo que vale la ayuda, comprensión y profesionalismo de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal en un asunto difícil y doloroso para mi familia. Un fuerte abrazo y mis consideraciones.




Fernando Belaunzarán
Consejero Nacional del PRD
Comisionado para la Reforma del Partido