lunes, 2 de noviembre de 2009

EL PATÉTICO DRAMA DE LOS IMPUESTOS

Fernando Belaunzarán

México ha vivido casi 30 años de una paradoja perversa. Los márgenes de ganancia de unos cuantos consorcios han sido estratosféricos, al grado de que algunos de sus principales accionistas han entrado a la lista selecta de la revista Forbes por la magnitud de sus fortunas. Sin embargo, el país no ha crecido en términos reales en este lapso, razón por la cual mientras la riqueza se fue concentrando, la pobreza en cambio se ha extendido, trayendo como resultado una nación de profundas y evidentes desigualdades.

Ambos fenómenos se deben, por supuesto, al seguimiento dogmático de un modelo de desarrollo que ha fracasado y que lejos de permitirnos enfrentar la actual crisis global con éxito nos ha sumido en un escenario catastrófico. Dicho modelo ha mantenido como “incentivo a la inversión” una legislación que favorece la elusión de impuestos, lo cual ha hecho de nuestro país no sólo un paraíso fiscal para el sector más rico de la economía sino uno de los que menos recursos capta por esa vía en el mundo, menos del 10% del PIB. En ese sentido es que se puede sostener que los ingresos petroleros subsidiaban lo no recaudado a ese sector.

Si de por sí la baja recaudación tenía maniatado al Estado mexicano, tanto para realizar políticas de inversión pública y programas económicos anticíclicos, como para llevar a cabo una política social que pudiera realmente redistribuir la riqueza, ahora con la disminución de la producción petrolera y la baja en los precios del hidrocarburo se decidió cargar el peso de la compensación por lo perdido a los contribuyentes cautivos y al consumo generalizado, y sólo --y de manera titubeante-- se toco a las grandes empresas modificando el régimen de consolidación fiscal para cerrar esa carretera de elusión fiscal y estableciendo un cobro retroactivo que finalmente se aprobó con facilidades de pago.

No obstante lo anterior, las cámaras empresariales pusieron el grito en el cielo, lo cual llevó al “presidente constitucional”, Felipe Calderón, a coincidir con el “presidente legítimo”, Andrés Manuel López Obrador, en la denuncia de que los grandes consorcios únicamente aportan el 1.7% de sus ganancias al fisco mientras que los demás contribuyentes pagarán hasta el 30% de las mismas. El argumento de que ese privilegio ayuda a la inversión y ésta a su vez a la creación de empleos se cae a la luz de la experiencia, pues a tres décadas de aplicar ese esquema de “incentivos” el país, como dijimos, no ha crecido. Está visto que el acrecentar ganancias vía la elusión de impuestos no ha generado el nivel de inversión que se podría esperar y que, en cambio, el Estado mexicano por la falta de recursos se ha visto imposibilitado de actuar con la contundencia y profundidad que la situación demanda –lo cual no quiere decir que no haya también falta de capacidad, exceso de gasto corriente, despilfarros, privilegios inaceptables, corrupción y ausencia de planeación que agravan el problema--.

Con ganancias más moderadas, el empresariado de otros países arriesga comparativamente mucho más que el nuestro, quizás porque eso los obliga a tener su dinero en movimiento para ganar lo suficiente, razón por la cual no les conviene jugar de manera conservadora, manteniendo simplemente lo que tienen. Por esa razón también, los monopolios que tienen asegurado un público cautivo no benefician ni a los consumidores ni al sector del que se trate. Parece ser que es la competencia y la necesidad de invertir –no el gusto o el cálculo de lo seguro- el verdadero estímulo para el crecimiento y la generación de empleos por parte de la iniciativa privada.

La mejor vía para redistribuir la riqueza es a través del gasto público que se nutre por los impuestos. Esa es la razón por la cual en el mundo la izquierda suele sostener una recaudación alta y la derecha su disminución. No es casual que el grito populista favorito de Thatcher, Reagan y los dos Bush en sus campañas haya sido el de “No más impuestos” y que incluso se hayan comprometido a reducirlos. Por todo ello no deja de ser curioso que sectores de la izquierda mexicana reproduzcan esa posición, cuando la lucha debiera ser incrementar la captación de impuestos, pero bajo la base de la equidad y evitando tanto la evasión como la elusión, lo cual obliga a reformas legales. Y es que el Consejo Coordinador Empresarial acierta cuando dicen que los grandes consorcios cumplen con la normatividad, pues el problema es que la ley se hizo para ellos. Si se quiere realmente llegar a un Estado Social Democrático de Derecho en México, entonces debe plantearse aumentar la recaudación fiscal en el mediano plazo al menos al doble, y eso no será posible mientras se mantengan los privilegios jurídicos que permiten a los que más ganan pagar míseros impuestos o de plano no pagarlos.

La puerta fácil para conciliar con los sectores económicamente más poderosos es la del IVA pero, al afectar con ello la economía del conjunto de la población, tiene el inconveniente del costo electoral que, según la experiencia de 1997, se puede endosar al partido que lo promueva. Esa es la razón por la que, no obstante haberlo pactado con el gobierno federal por presión de sus gobernadores que necesitan recursos para operar con discrecionalidad recursos cuantiosos de cara a las elecciones del próximo año en sus estados, el PRI montó la pantomima de salirse de la sesión en el Senado para que el PAN asumiera todo el costo como si los mexicanos fueran estúpidos y se les pudiera engañar con un montaje burdo y cobarde. Tan malo como lo anterior es que finalmente se hayan salido con la suya los que buscarán licitar nuevas frecuencias de telefonía celular al condonarse el pago de derechos a personas morales con alto poder económico precisamente en estos tiempos en que más se necesitan recursos. Una vez más prevalece la perversa costumbre de que las ganancias son privadas, pero las perdidas públicas, y una vez más quedó de manifiesto el poder fáctico de las televisoras que, como todos sabemos, ya tienen bancada legislativa.

Después de las declaraciones de Calderón, el mensaje parece claro: se les cobran más impuestos a los consumidores o a los contribuyentes cautivos para no tocar a los grandes consorcios privilegiados. Sin embargo, el problema no es tan simple. México necesita una reforma fiscal de raíz y esa no debe verse como una propuesta de un partido o dos, y menos como producto de chantajes o promesas presupuestales, sino como un objetivo estratégico y primordial del Estado mexicano, ya que haría viables los diversos programas de gobierno, sean éstos del partido que sean. Para ello, resulta indispensable que la visión facciosa que no tiene más horizonte que la próxima elección constitucional se guarde para que en un gran acuerdo entre todas las fuerzas políticas y sectores de la sociedad se asuma una posición compartida que establezca una recaudación sustancialmente superior a la de ahora, con base en la equidad, la extensión máxima del número de contribuyentes y el compromiso de implementar importantes políticas sociales que atiendan la desigualdad desde sus causas. Eso significaría que el país tuviera nuevamente un Proyecto de Nación.

Lo anterior sólo será posible si se entiende que todos tienen que sacrificar parte de sus intereses inmediatos para el beneficio del conjunto. Mientras perdure la posición de que “se haga la voluntad de Dios pero en los bueyes de mi compadre” seguiremos estancados. Eso implica dejar a un lado prejuicios y analizar opciones con la mente abierta. Por ejemplo, es importante dejar sin IVA a aquellos alimentos y medicinas que sean necesarias para la nutrición y la salud de las clases necesitadas; pero no encuentro razón alguna para que ese beneficio lo tengan los “alimentos chatarra” o los productos que se conocen como “milagro” y que con charlatanería prometen curar todo tipo de males y dolencias. Por supuesto, la solución deberá acompañarse de medidas de austeridad, rendición de cuentas, transparencia, eficacia presupuestal y combate a la corrupción.

En fin, en estos momentos aciagos para el país, la clase política mexicana se encuentra a prueba: o muestra visión de Estado para salir a flote o persiste en pelearse a muerte por la conducción de un barco que se va a pique. Las formas y el contenido en la aprobación de la Ley de Ingresos 2010 justifican de sobra el pesimismo.


De paso…

Muro de Berlín. Se cumplen 20 años de la caída del Muro de Berlín que simboliza el fin del experimento de dictaduras burocráticas que en nombre del socialismo establecieron sociedades que eran la negación de los ideales de libertad, justicia y democracia que inspiraron la lucha de millones de personas por el comunismo en el siglo pasado. La lección evidente es que el socialismo, o como se le quiera llamar a la sociedad alternativa, no puede significar menos libertades o menor vida democrática o menos respeto por los derechos humanos que las que hoy tenemos sino más bien todo lo contrario. Algo que la izquierda debe siempre tener presente cuando gobierna, pero también cuando es oposición. De ahí que la intolerancia y el autoritarismo deben verse como actitudes conservadoras que tienen que ser combatidas dentro y fuera de sus organizaciones… Javier Lozano deberá regresar a comparecer a la Cámara de Diputados. Tiene muchas cosas que aclarar y esperemos que en esta ocasión el Grupo Parlamentario del PT, también conocido como “la johnybancada”, no le haga el favor de agredirlo nuevamente y con ello, además de convertirlo en víctima, le abra otra vez la puerta de salida para que vuelva a huir sin dar la cara por sus actos. Son los argumentos y no los insultos la mejor forma de enfrentar a ese Secretario de muchos pleitos y pocas luces… Todo parece indicar que se le va a restituir el cargo de presidente de Honduras a Manuel Zelaya, quien había sido derrocado mediante un golpe de Estado. Un triunfo sin duda de la democracia latinoamericana en la que, justo es decirlo, contribuyó de manera decisiva la actual administración norteamericana… El nuevo Presidente Municipal de San Pedro Nuevo León, Mauricio Fernández, anunció la muerte en la Ciudad de México de un presunto secuestrador conocido como “El Negro Saldaña”. El problema es que lo hizo cuatro horas antes de que apareciera el cuerpo sin vida en una camioneta abandonada en la Delegación Miguel Hidalgo. O el señor Fernández tiene facultades psiquicas esotéricas o contaba con información privilegiada. Es obvio que el edil tiene mucho que aclarar… Bret Favre regresó a Green Bay para vencer al equipo que condujo durante 16 exitosas campañas. Lo dulce de la victoria está en que con un archirival de la división, los Vikingos de Minnesota, hizo tragarse al Gerente General de los Empacadores sus palabras que hace un par de temporadas lo inducían al retiro… Los Filis necesitan un milagro para evitar el campeonato número 27 de los Yankees, pero como es del dominio público, “esto no se acaba hasta que se acaba”…

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