Se está dando un viraje radical en la política de Estados Unidos hacia México, el cual no se explica por el cambio en la administración norteamericana -aunque éste sea un elemento relevante- sino por la grave situación por la que atraviesa, según lo perciben en los centros neurálgicos de aquel país, nuestra nación y cuya manifestación más elocuente es la violencia incontenible del narco.
México no fue tema relevante en la contienda por la presidencia de Estados Unidos, ni para los demócratas ni para los republicanos, ni tampoco figuraba dentro de las prioridades en la agenda del que resultó electo. Barack Obama encendió la esperanza dentro y fuera de Estados Unidos por su compromiso contra los privilegios, por su electrizante retórica a favor del cambio, por su capacidad de incluir y unificar, de volver a hacer creer a una sociedad escéptica, de cambiarle la cara prepotente al imperio y de ser en sí mismo un prueba de integración y promesa de justicia histórica para las minorías. Irak y Afganistán fueron, en todo caso, los puntos de referencia del debate sobre política exterior durante la campaña y la transición, pero incluso éstos fueron minimizados ante la creciente gravedad de la crisis económica que impuso la primacía de los asuntos domésticos. En ese sentido, México es hoy, para el gobierno de Obama, una emergencia.
Los focos de alerta en Estado Unidos se encendieron desde el año pasado, pero no fue hasta hace muy poco que esos dominaron la visión oficial. Es verdad que la preocupación de algunos funcionarios por no herir susceptibilidades en México y la indolencia de otros a ese respecto han producido mensajes equívocos, contradictorios y confusos –lo que demuestra también que se trata de un tema que no tenían contemplado-, pero los hechos de las últimas semanas no dejan lugar a dudas sobre la relevancia que el problema de la inseguridad y violencia vinculadas al narcotráfico han adquirido en la administración Obama. Recordemos los informes del Pentágono y del ex Zar Antidrogas Barry Mc. Caffrey que hablaban del riesgo inminente de que el Estado mexicano se tornara fallido y más recientemente la declaración de Dennis Blair, Director General de Inteligencia, que apuntaba que la violencia y el poder corruptor del narco tenían partes del territorio nacional sin ley ni gobierno.
No necesitan decirlo o reiterarlo –conforme pase el tiempo el gobierno de Obama unificará el discurso en concordancia con el de Calderón-, es obvio que la posibilidad de un colapso político –llámese Estado fallido, ingobernabilidad o crisis institucional- ante la imposibilidad de contener al poder corruptor y de fuego del narco, la extensión indiscriminada de la violencia, la profundidad todavía incierta de la crisis económica, el desgaste de la incipiente democracia mexicana y el desprestigio de la clase política en su conjunto, modificó el cuadro de las prioridades norteamericanas, pues lo último que quisieran es el estallido de un conflicto social y político al sur de su frontera. Ya tienen demasiados problemas como para quedarse mirando como se incendia la casa del vecino.
Muestras de la nueva relación con México abundan. No es casual que en menos de un mes tengamos la visita de altos funcionarios norteamericanos, como son, la brillante Secretaria de Estado, Hillary Clinton, Eric Holder, Secretario de Justicia, Janet Napolitano, Secretaria de Seguridad Nacional, y el propio Presidente Barack Obama. Pero además, el mensaje es novedoso. Como nunca, el gobierno norteamericano expresa la corresponsabilidad con el problema. La Canciller lo dijo claramente: “se trata de una avenida que corre en ambos sentidos”.
Por fortuna –aunque eso le genere decepción al gobierno panista- dicha corresponsabilidad no parece significar la aplicación de algún sucedáneo del Plan Colombia. El mismo Obama nos da algunas claves en su muy comentada entrevista del domingo 29 de marzo para la cadena CBS. El mandatario norteamericano entiende, y lo dice con todas sus letras, que su país tiene que disminuir la demanda de drogas y detener el paso de armas y dinero al crimen organizado en México. Pero, y esto es fundamental, parece que no piensa que la solución de fondo al problema sea militar o siquiera policiaco, a pesar de que resulte ineludible y a todas luces necesario vigilar con mayor rigor la frontera.
Al comparar a Felipe Calderón con Elliot Ness, Obama no sólo dijo lo que él considera un cumplido para su contraparte mexicana sino que expresó su visión del problema. Y es que el la analogía no se detuvo en el personaje que se hizo serie de televisión junto con el grupo de policías que conformó, conocidos como Los Intocables, para hacer patente su reconocimiento a la decisión y valentía del gobierno mexicano para enfrentar al narco. El Presidente norteamericano también aludió a que las bandas de narcotraficantes estaban “fuera de control”, tal y como sucedía con las de los legendarios gangsters, y que al enfrentarlas, así como lo hizo aquel policía de Chicago, “ha provocado más violencia”, de la misma manera que aconteció en esas épocas. Pocos dudan de que la guerra contra el alcohol, como se libró en Estados Unidos durante la tercera década del siglo pasado, fue inútil, dolorosa y contraproducente y que resultó correcto acabar con La Prohibición. Por eso sus palabras ponen en la mesa una eventual despenalización o legalización de algunas drogas como forma para golpear al negocio y apostar más a la educación y la prevención que a la política punitiva para atender a las adicciones.
Hay trece estados de la Unión Americana en los que está permitido sembrar, distribuir y vender marihuana con receta médica y, a diferencia de Bush, todo indica que Obama no va a hacer nada para tratar de revertir esa situación. La corresponsabilidad, por tanto, no significa que llevará dentro de su país la misma guerra que se libra en México sino que peleará de otra manera, menos traumática y más inteligente. Esto debiera llevar a su vez al gobierno mexicano a replantear la estrategia de combate en nuestro país, a pesar de que eso signifique modificar la estrategia de campaña electoral del PAN.
Elliot Ness encerró a Al Capone, pero perdió la guerra. Y eso fue así no porque la haya peleado mal sino porque no se podía ganar. Lo mismo sucede ahora. El problema es, antes que policiaco, educativo y cultural. Y es que sólo en esos ámbitos se puede enfrentar con éxito la demanda de drogas. No se necesita saber mucha teoría económica o dominar los principios del capitalismo para caer en cuenta que mientras haya demanda habrá negocio, y si hay negocio siempre encontrará los caminos para prevalecer. Pero lo que urge ahora, como urgía en Estados Unidos de fines de los años 20 del siglo anterior es detener la espiral de crimen y violencia que amenaza la convivencia social y la viabilidad misma del Estado mexicano.
Por último y en virtud de que Barack Obama parece realmente comprometido con el cambio que prometió –para vergüenza de Fox- ojalá se aproveche esta coyuntura para que la nueva relación entre los dos países que se está dando se traduzca también en una nueva forma de asociación que favorezca la equidad entre los socios, tal y como sucede en la Comunidad Económica Europea. Y eso se puede hacer sin atentar contra la soberanía nacional.
De paso…
Andrés y Marcelo. Colmo la tradición de la distancia e incluso enfrentamiento entre antecesor y sucesor está muy arraigada en la cultura política nacional se insiste en creer que habrá confrontación entre López Obrador y Ebrard rumbo al 2012, no obstante en que todos concuerdan en que en esa lógica no hay nada más absurdo que la operación activa y financiera del GDF a favor de los candidatos obradoristas, particularmente los de René Bejarano, en la elección interna del 15 de marzo. Pero no sólo es eso. Marcelo es un caso anómalo desde el momento en que es el único político del país que se esfuerza por llamar la atención haciendo públicas sus aspiraciones presidenciales, a pesar de que está hecho con el mismo molde y materia que sus eventuales y más discretos competidores. Pero con ello le es funcional y sirve a la estrategia de AMLO que, por el contrario, se desgañita porque lo dejen de ver como candidato y se le considere un luchador social que no se muere por ser Presidente de la República -aunque eso nadie se lo crea. Su reiterado autodestape beneficia más al Peje que a él. Estamos ante un reflejo inverso. Mientras Andrés Manuel, una vez que tomó posesión de la jefatura de Gobierno, se dedicó a borrar todo vestigio que oliera a Cuauhtémoc Cárdenas y Rosario Robles que veía como posibles adversarios en el 2006 –aunque su triunfo apretado se lo debía en buena medida a ella que le implementó durante su campaña un sistema de gestión con el gobierno central idéntico al que Marcelo le puso en la elección interna a Clara Brugada- o bien, si quedara algún sobreviviente, como Cesar Buenrostro, dejarlo tan solo “como un poeta en el aeropuerto” (Sabina), al tiempo en que se movía de manera discreta, sin retos y sin aspavientos, negando en todo momento sus aspiraciones, “que me den por muerto”. En cambio, Marcelo dice y dice que ya llegará el momento, que él será “el mejor posicionado”, que ni crean que es un subordinado y, como dice la propaganda de mi partido, bla, bla, bla; mientras tanto, el obradorismo bejarantista se fortalece en las estructuras y en los cargos de elección popular gracias a la intervención del que dice que le va a competir la candidatura al ex jefe de Gobierno, eso sí, “sin distanciarse”… No sé por que me acordé de un cuento que habla de un mico que se entrenaba todos los días para enfrentar a León y destronarlo. Así que pasaban los diferentes animales y le preguntaban: –Changuito, qué estás haciendo. A lo que él respondía: –Haciendo ejercicio para partirle la madre al León y ser el nuevo Rey de la Selva. Así se lo dijo al Elefante, a la Jirafa, al Tigre, a la Cebra, entre muchos otros, por lo que no es extraño que la noticia le llegara al mismísimo León que decidió visitarlo y hacerle la misma pregunta: -Changuito, que estás haciendo. –Pos nada, aquí de pinche hocicón… Para los que dudan de la vena salinista de Marcelo Ebrard que vean como utiliza a medios y periodistas oficialistas para desinformar y denostar a los disidentes. Aunque dicho en su descargo, lo de las grabaciones que pretenden demostrar la contratación de supuestos golpeadores por parte de Nueva Izquierda el día de la elección es algo tan evidentemente fabricado, tan torpe, burdo, absurdo e inverosímil que únicamente pudo ser obra de José Ángel Ávila, Secretario de Gobierno del GDF. No de gratis se le conoce en la dirección nacional del PRD como “El Congruente”. Y es que no sólo tiene la cara… Por otra parte, tengo que reconocer que las playas chilangas en época de crisis son una buena opción para miles de capitalinos que no pueden salir por falta de recursos y una acción correcta del gobierno de Ebrard… Debiera llevar a reflexión a todos, pero en especial a los medios lo acontecido con Neri Castillo. Este futbolista que juega en el extranjero sin pena ni gloria y que ha tenido algunas buenas actuaciones con la selección mexicana, pero que está muy lejos de ser un crack, después de meter la pata y engancharse con los reporteros y que, por tal motivo, sufrir un linchamiento mediático de altas proporciones, fue aclamado por la casi totalidad de los más de cien mil espectadores que en el Estadio Azteca pedían que ingresara a jugar contra Costa Rica. Evidentemente no fue producto de un carisma que no tiene, ni tampoco que se extrañara su habilidad en un partido bien jugado por México, ni mucho menos que compartieran sus desplantes y arrogancia. Mi hipótesis es que fue una reacción al excesivo y desproporcionado ataque que sufrió por parte de los medios, fue un acto de solidaridad ante los que creen que pueden encumbrar o condenar a cualquiera. Sin duda la afición ahí reunida demostró no ser una masa manipulable… Jesús Ortega cumplió sus compromisos y fue fiel a su idea unitaria no obstante las dificultades. Con la fuerza de Nueva Izquierda no sólo concretó alianzas importantes y puso a personalidades en las listas de candidatos plurinominales sino que, en virtud de que en Izquierda Unida ningún grupo quiso “cargar” a Alejandro Encinas, le dio a su contendiente en las polarizadas elecciones pasadas el primer lugar de la circunscripción cuatro. No dudó en sacrificar a compañeros cercanos con tal de fortalecer la unidad y la propuesta del PRD. Espero que esa actitud encuentre reciprocidad… La insidia proveniente de las cañerías del GDF difundió la especie de un rompimiento entre Jesús Ortega y René Arce. Pero los hechos lo desmintieron. Víctor Hugo Círigo será diputado federal plurinominal por que contó con el apoyo de toda Nueva Izquierda…La idea de que no debe ser conocido el domicilio de los que combaten al crimen organizado porque se expone a ellos y a sus familia debe ser considerada y debatida con seriedad; sin embargo, nada justifica la detención por más de quince horas de reporteros que cumplían con su trabajo al ubicar la casa de Genaro García Luna cuyo origen lícito de los recursos para construirla ha sido puesto en duda por un medio de comunicación…
Nery. Casa de Genaro García Luna. Encinas.Cìrigo
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