lunes, 24 de marzo de 2008
LA CRISIS DEL PRD
Mismos ingredientes, mismo resultado: el presidente Fox intervino, igual que el presidente legítimo; la guerra sucia que calificó como “peligro para México” a López Obrador no es de mayor calado que la que acusa de “traidor” y “colaboracionista” a Jesús Ortega; a uno se la vinculó con Hugo Chávez y a otro, vilmente, con Felipe Calderón; en ambos casos se ejercieron ingentes presiones contra el órgano electoral que poco puede hacer frente a los poderes institucionales que actúan de manera facciosa y los fácticos que desdeñan la legalidad; hasta la difusión cínica de propaganda ilegal elaborada por terceros (CCE y AMLO respectivamente) fueron una constante de los dos procesos. Por eso nadie debe sorprenderse de la polarización, la incertidumbre y el espectro de la ruptura que hoy ronda al partido, ni tampoco que ahora retumbe dentro de sus muros la consigna de “voto por voto y casilla por casilla”.
Pero más preocupante que la crisis es la falta de visos para salir de ella. La inyección de odio y el abandono de todo atisbo de institucionalidad en sus órganos de dirección han generado una verdadera guerra sin prisioneros en la que no hay ánimo ni puentes para acordar siquiera mecanismos y reglas mínimas de convivencia para desahogar lo pendiente ante el perverso desdén por la norma. El presidente del partido se ausentó tras dar a conocer conteos rápidos que, tal y como ha quedado demostrado, inventaron resultados –los responsables del fraude son las empresas, no Leonel Cota-, y haber suspendido abruptamente el programa de resultados preeliminares. Por su parte, el poder real, el principal liderazgo del PRD, al haber intervenido en la contienda, incluso violentando la norma, no es hoy factor de unidad, pero tampoco tiene ganas de serlo. Por el contrario, ha sido el más parcial de los actores, el que tras bambalinas ha manejado los hilos de una cruzada de exterminio contra los que han osado sostener públicamente una estrategia diferente a la que trata de imponer. Lo hace a su estilo, promoviendo con grupos atrasados y personajes incondicionales de algunos medios de comunicación el linchamiento moral y la ingesta insaciable de reputaciones de sus adversarios, tratando, en todo momento, de no ensuciarse las manos.
Por desgracia, no depende de los candidatos encontrar una salida a la crisis. Jesús Ortega y Alejandro Encinas suelen elevar la mira, actuar responsablemente y construir acuerdos con base en principios, anteponiendo los intereses del proyecto a las consideraciones personales y de grupo. El problema es que todo indica que Andrés Manuel López Obrador ya decidió que es preferible -para él, por supuesto- la ruptura a renunciar al control del PRD. Quizás piense que con la tan esperada reforma energética tendrá la oportunidad de tomar El Palacio de Invierno y, por lo mismo, que le estorban “las medias tintas” y necesita de la absoluta subordinación política y financiera del partido -la revolución a cargo del erario.
Se construyó, pues, una situación en la que nadie puede ceder. La solución natural, el apego a la legalidad y la aceptación de los resultados, se torna utopía por la apuesta de todo o nada, ellos o nosotros, patria o muerte. El veto a Jesús Ortega, tan deleznable como el que prevaleció contra AMLO en el 2006, determinó la descomposición creciente de la elección y hoy se expresa en la imposibilidad de concluir con los cómputos a tiempo y de acuerdo con la norma, no obstante la multiplicación de los costos políticos por la incertidumbre y la exhibición pública de irregularidades, violencia y trampas que se magnifican y generalizan, entre otras cosas, por la irreductible polarización que prevalece.
Además, resulta notorio como la estrategia mediática de uno de los candidatos se basa en acusar al otro de ser más cochino, sin darse cuenta que eso es escupir al cielo y que alienta la guerra de descalificaciones en la que todos pierden. Pero la instrucción desde El Olimpo es insistir en la monserga de buenos y malos, y en evitar a toda costa que salga adelante el candidato de Nueva Izquierda. Si el cómputo favorece a Ortega, mejor que no haya cómputo. Bueno, si es que antes no puedan cambiar las reglas del conteo mediante un golpe de mano del CEN, convertido por sus pistolas en legislador, para establecer la anulación de casillas fast track y a la carta de una de las partes, aunque eso tiene el enorme inconveniente para los promotores de ese adefesio jurídico que cualquier criterio debe ser aplicado de manera general.
Por todo lo anterior, reconstruir la relación y tender puentes parece casi imposible, pero no se debe renunciar a ello. La crisis no es producto de la elección, ya estaba en ciernes y sólo necesitaba un detonante para expresarse en toda su crudeza. No estaba oculta, nadie dudaba de ella, pero se hizo muy poco para atajarla y no faltó quien jugó desde su influyente posición para exacerbarla.
Ahora bien, toda esperanza de unidad pasa indefectiblemente por la legitimidad de la próxima dirección. Si se quiere evitar el camino de los tribunales y, por tanto, que sea el TRIFE el que decida al próximo presidente, se tienen que cumplir dos condiciones: transparencia en el resultado y cero impunidad para los que cometieron tropelías. El voto por voto y casilla por casilla es a todas luces ineludible y debe realizarse una vez que concluya el cómputo bajo el compromiso de ambos candidatos de aceptar el resultado, tal y como fue, en su oportunidad, el ofrecimiento de AMLO a Calderón. Lo otro, referente a las sanciones, no requiere de comisiones. El CEN debe actuar inmediatamente y con toda energía contra los responsables de la violencia y anomalías comprobadas durante el proceso con independencia de la corriente a la que pertenecen.
El PRD debe mirarse al espejo y reaccionar. No basta con evitar la división. Requiere transformarse y acabar con la cultura del todo se vale para ganar, ésa que nos derrotó en el 2006.
De paso…
Provocación. Son inaceptables las agresiones que sufrió Dolores Padierna durante el cómputo de Tabasco. A pesar de las diferencias que tengo con ella, repruebo los insultos y que le hayan aventado ligas en clara referencia a su marido. Es verdad que su corriente, IDN, es constante promotor de actitudes similares y la mayoría de los hechos de violencia en la jornada electoral están ligados –perdón- a esa expresión, pero no se debe ser intolerante ni siquiera con los intolerantes. Ahora bien, de ninguna manera justifica lo que vino después, pero tampoco Padierna tenía ningún derecho a arrancar las cartulinas colocadas por grupos inconformes con los resultados, así tuvieran críticas contra AMLO. ¿O qué está prohibido cuestionarlo? Fue una provocación en la que nadie debió haber caído…Por cierto, en el Estado de México se abrieron todas las casillas que indicó Fernández Noroña y el saldo hasta las diez de la noche del domingo era que Alejandro Encinas había recuperado 500 votos y Jesús Ortega 2,500. Después de eso, retiró a los delegados encinistas del CTE para que no firmaran el acta respectiva y tener así congelado el cómputo…Según las actas, más de la mitad de las casillas del Distrito Federal utilizaron más de mil boletas. ¿Pues no que eso sólo había ocurrido en Chiapas?...En Zacatecas los delegados oficialistas madrugaron con un acta de cómputo sin que éste se hubiera realizado. ¿Qué esconderá la gobernadora y compañera de tours internacionales de Felipe Calderón?...Una semana después de hacerlo en el Zócalo el 18 de marzo, AMLO ungirá otra vez al nuevo presidente nacional del PRD en un mitin masivo. ¡Viva el PRI!...
martes, 18 de marzo de 2008
EL PRD DEBE SER CONGRUENTE
Las encuestas han dejado de ser un instrumento de medición para volverse el oráculo del mundo político. No se necesita mayor constatación que un muestreo y todos cruzan los dedos y guardan el aliento para esperar la revelación inobjetable de la verdad en gráficas y porcentajes. Es el paraíso de la realidad virtual porque se torna la única realidad. Cuestionar la certeza de una encuesta resulta anticlimático y suena tan precientífico y atávico como sostener que
El CEN contrató dos conteos rápidos para que, al evitar la incertidumbre, ayudaran a bajar la presión política y a garantizar la estabilidad partidaria. Esa fue la intención de Leonel Cota cuando insistió en su aplicación. Y eso se cumplirá si es que esas mediciones se corroboran por los resultados oficiales. En cambio, si eso no es así y la contienda es cerrada o da otro triunfador, entonces la eventual crisis que se evitó al conocerse las tendencias de las mediciones estadísticas el domingo por la noche regresaría con mayor fuerza y colocaría bajo sospecha toda la elección. Es difícil imaginar un escenario más patético que el de dos presidentes: uno virtual anunciado por las encuestadoras y otro legal sostenido por las actas. De ahí a ser calificados como “legítimo” y “espurio” sólo hay un paso. Si a eso le agregamos la intervención del presidente legítimo, la guerra sucia y, ahora, las encuestas cuestionadas, pues ya esta casi el cuadro completo del 2006. Si esto se confirma, ¿quién podría regatearle a Marx el tino de decir que cuando la historia se repite la primera es como tragedia y la segunda como farsa? Bueno, eso sería así si el espectáculo chusco que puede escenificarse no acrecentara la división, el encono y el riesgo de escisión, amén del descrédito público que traería consigo. Es decir, bien puede convertirse en una tragicomedia.
Obviamos, lo digo como autocrítica, lo difícil que es medir estadísticamente los procesos internos del partido, en virtud de la heterogeneidad y, por lo mismo, volatilidad de los electores en el territorio. En una manzana puede tener un grupo mayor fuerza y en la de junto otro. Es difícil encontrar continuidades estadísticas Ya habíamos tenido la experiencia en Michoacán cuando Consulta Mitofsky no quiso dar resultados en la elección interna para candidato a gobernador y Leonel Godoy terminó ganando con un margen de superior al 8%. Y ahora, en cambio, se lanza a proporcionarlos con vacíos importantes en la información de Chiapas y Oaxaca y, según ellos mismos, complementando con proyecciones lo que les faltaba de datos.
Resulta un evidente contrasentido que las encuestas terminen contrariando resultados en lugar de apuntalarlos. Y lo que sería ya el absurdo es que la preocupación sea como acomodar las cifras para que coincidan con los números de las empresas.
Frente a esa delicada situación no queda más que la transparencia y garantizar aquello que negó el IFE y el Tribunal Electoral. Me refiero, por supuesto, al recuento de votos. El PRD tendrá que darle a la sociedad mexicana el voto por voto y casilla por casilla que tanto coreó y demandó en calles y plazas. Eso significa una oportunidad, pero también un riesgo. En un país con vida democrática consolidada no habría duda que lo que estaría en duda sería el rigor y exactitud del muestreo, pero tratándose de la cultura nacional en la que la presunción del fraude es casi un axioma, entonces no hay duda que el que está en el banquillo es el partido.
Ahora que esto de que el PRD, literalmente, le abra sus entrañas a la sociedad puede ser a mediano y largo plazo muy bueno, y si pasa la prueba y se demuestra que las irregularidades son menores en el universo de la votación, no hay duda que saldrá fortalecido y tendrá autoridad moral para seguir impulsando la democratización del país. Claro, si es que pasa la pasa la prueba de la unidad. Ahí tendrá mucho que ver la responsabilidad de los dos candidatos principales, Alejandro Encinas y Jesús Ortega, lo cual debería tranquilizar, pues ambos han dado muestras de sobra de actuar así a lo largo de sus trayectorias. El problema es que no sólo depende de ellos. Andrés Manuel López Obrador tendrá que hacer su parte para atemperar ánimos. Para nadie es un secreto que él es el único que puede llamar al orden al grupo de René Bejarano.
De paso…
Tibieza. Está más que demostrado el asesinato de mexicanos a manos del ejército de Colombia en territorio ecuatoriano. Al margen de la opinión que se tenga de las FARC y de que éstas utilizan métodos deleznables como el secuestro, no puede obviarse que se trató de un ataque contrario al derecho internacional. No se trata sólo de reafirmar la convicción a favor del multilateralismo y de la solución pacífica de controversias entre países sino de asumir el papel de defensa de nuestros compatriotas en el extranjero. Aunque el presidente Uribe sea aliado del gobierno mexicano, éste tiene la obligación política y moral de condenar el hecho y pedir satisfacciones al país agresor...Nadie debe espantarse de que en
miércoles, 27 de febrero de 2008
CARTA PARA ENCINAS
Lic. Alejandro Encinas Rodríguez
Candidato a la Presidencia Nacional del PRD
P r e s e n t e
Estimado Alejandro:
Te escribo porque, más allá de la coyuntura, siempre nos hemos entendido con razones y hablado con franqueza. Por ello, reiterando mis respetos y el reconocimiento que te guardo, permíteme expresarte, de manera directa y sin más preámbulos, una serie de preocupaciones sobre tu posición política actual. Como sabes, las agresiones perpetradas contra los coordinadores de nuestros grupos parlamentarios, Javier González Garza y Carlos Navarrete, son de la mayor gravedad y merecen ser enfrentadas sin ninguna ambigüedad por todos los actores del PRD, sin excepción, para evitar que la violencia tome carta de ciudadanía en la vida del partido. Reconozco y valoro que hayas condenado los hechos; pero ese gesto es, por tratarse de ti, absolutamente insuficiente.
No se puede pasar por alto que los agresores, según todas las crónicas, se refirieron explícita y ostentosamente a la contienda interna, a tal grado que coreaban consignas a tu favor mientras denostaban a otra de las opciones. Pero, más grave aún, lo acontecido es un síntoma, una manifestación más, del ambiente crispado y enrarecido por una campaña de odio claramente inducida por grupos y personas que te apoyan. Y en eso, aunque sea por ser permisivo y dejar hacer, tienes una responsabilidad ineludible.
En lugar de desautorizar a los que en tu nombre descalifican a los adversarios internos como “traidores”, “colaboracionistas”, “azules”, “que se dejan tocar la pierna”, has guardado un silencio cómplice, cuando no colaborado con adjetivos de tu propia cosecha que dan una idea igual o similar: “modosita”, “legitimadora”, “dócil”. Por cierto, palabras que, para los que te conocemos desde hace tiempo, nos parecen forzadas, totalmente ajenas a ti, impostadas. El Alejandro Encinas incluyente, promotor del diálogo respetuoso y los acuerdos posibles, ahora se ve eclipsado por otro que es candidato, y por tanto representante, de un bloque rabioso, intolerante, persecutor de herejes, profundamente atrasado y que tiende a la violencia. De poco sirve que tu discurso sea unitario si no pones orden en quienes te apoyan.
El punto es el siguiente: ¿Cuál es la responsabilidad del candidato respecto a lo que hacen sus seguidores? No pierdo de vista que, cuando uno está en campaña, se busca sumar y nadie puede tener garantía de la buena conducta de todos los que lo apoyan. Sin embargo, al presentarse hechos injustificables por parte de ellos, el candidato tiene la obligación de deslindarse; y eso es precisamente lo que tú no quisiste hacer por los hechos del domingo pasado, alegando que eso sería aceptar alguna responsabilidad, a pesar de que, como es del dominio público, la agresión la perpetraron encinistas confesos.
Por cierto, tampoco te has deslindado frente otros actos de intolerancia protagonizados, no por seguidores desconocidos sino por connotados promotores de tu candidatura, y que fueron generando el escenario que hizo posible lo ocurrido. Personajes como Gerardo Fernández Noroña, Dolores Padierna o Alejandra Barrales han podido hacer notoria y pública campaña a tu favor infundiendo odio y acusando a los que no están contigo de estar con la derecha sin que te hayas permitido corregirlos. Tampoco te ha merecido ningún comentario las amenazas e insultos en contra de dirigentes y legisladores del partido en el famoso Sendero del Peje, a pesar de que ahí anuncian tu propaganda y tienen un link de tu página en Internet.
Si todo lo anterior no basta para convencerte, déjame darte una razón más. Hay quienes han tenido el descaro de justificar las agresiones y que te son muy cercanos. La corriente Izquierda Social, encabezada por Martí Batres, manifestó en su comunicado del día 25 de febrero que los hechos son producto de una “irritación natural” contra aquellos que “han declinado la firmeza en los objetivos en busca de una conciliación con la derecha”. La crónica del mitin de la Torre de PEMEX escrita por Jaime Avilés, obradorista militante y elocuente promotor de tu candidatura, es una abierta y desmesurada apología de las agresiones (La Jornada, 25 de febrero de 2008).
Tienes que aceptar, Alejandro, que los hechos del domingo no fueron aislados ni fortuitos. Apenas la semana pasada, gente perfectamente identificada con el jefe Delegacional de Xochimilco, Uriel González Monzón, el cual apoya tu candidatura, agredió físicamente a la diputada Nancy Cárdenas frente a los medios de comunicación. Esto tiene que ver, insisto, con el clima de intolerancia que provoca la guerra sucia desatada contra tu principal adversario en la contienda. ¿No has visto las caricaturas de tufo estalinista que IDN está repartiendo casa por casa, que insisten en la teoría del “traidor” y que sólo les falta la leyenda “Jesús Ortega es un peligro para el PRD”?
En política no hay linchamientos espontáneos. ¿Te acuerdas de San Miguel Canoa, donde se envenenó a la gente de odio contra un “enemigo” ficticio y terminó en tragedia? Dirás que es exagerada la comparación, pero te adelanto que si no queremos que se llegue a extremos irreparables debemos detener ahora, con toda energía y sin ambages, la violencia, lo que sólo es posible si acabamos con la lógica perversa de persecución a los disidentes que están promoviendo, perdón por la insistencia, grupos que te apoyan. La historia demuestra que el odio puede volverse una inmensa bola de nieve y la violencia una espiral incontenible si se les deja crecer, si se sigue permitiendo que se incube el huevo de la serpiente.
Pero tenemos un problema. El grupo más estructurado de los que te apoyan y que, por cierto, es el más vehemente en la intolerancia, está dirigido por alguien que fue expulsado del partido y, por lo mismo, es más difícil llamarlo a cuentas –resulta totalmente vano que niegues el respaldo de René Bejarano, pues es tan sabido como el de López Obrador. Me pregunto, tú que has hecho tanto hincapié en acabar con la simulación, ¿qué planteas hacer frente al conocido dirigente que opera desde el closet, más ahora que se sabe que él está operando personalmente la distribución de las cartas firmadas por el ex candidato presidencial? Estoy enterado que, de lo que sí te has deslindado, es de la repartición de esas misivas, lo cual contradice a lo expresado y consignado en grabación por el propio protagonista de los video escándalos. De cualquier manera es insostenible, aunque exprese un dilema difícil de responder: ¿Qué es peor, que las cartas ilegales las distribuya Bejarano o que esa labor se haga con los recursos que la gente dona al gobierno legítimo para defender el petróleo?
Ahora bien, no rehuyo el núcleo argumentativo en el que se basan y tratan de “justificar” los ataques y las insidias, la guerra sucia, contra uno de los candidatos: es falso que “la izquierda que ve bien la derecha” sea la que dialoga, apuesta a transformar el país dentro de las instituciones y en el marco de la legalidad. Para la derecha, no hay mejor izquierda que la que pierde elecciones y, por tanto, la que se auto aísla, la que es incapaz de generar confianza en los distintos grupos sociales y construir mayorías.
Por lo anterior, me preocupan algunos de los “acuerdos” a mano alzada que se tomaron en la asamblea del domingo pasado. Si bien estoy a favor de medidas firmes y enérgicas para defender el petróleo, me parece que bloquear aeropuertos y tomar carreteras, lejos de hacer que mantengamos la simpatía contra las ansias privatizadoras y logremos conseguir más adeptos, seguramente nos confrontarán con amplios grupos de la población y servirán para propagar la leyenda negra que, desde el salinismo, se dirigió contra el PRD, señalándolo como violento, desdeñoso de la legalidad y desestabilizador. Deberíamos aprender de lo ocurrido con el cierre de Reforma que no pudo lograr que se realizara una medida a todas luces justa y democrática como el recuento de los votos y, en cambio, sólo sirvió para reducir el impresionante apoyo popular que en julio del 2006 tenía Andrés Manuel López Obrador. Te invito a que reflexionemos colectivamente cuáles serían las medidas más eficaces para lograr nuestro objetivo de impedir la privatización, pues falta que el PRD, como resultado de su resolución del Congreso Nacional de no subsumirse a los acuerdos de la Convención Nacional Democrática, tomé sus decisiones. Los que te conocemos sabemos que eres buen negociador, por lo que estoy seguro de que si hay voluntad podemos construir un plan de acción de consenso.
No busco minimizar las diferencias. Al contrario, como sé que son importantes y de fondo, considero que es fundamental que la elección de marzo nos salga muy bien y se diriman de manera democrática. Te invito a que apoyemos con todo al Comité Técnico Electoral para que puedan tener una labor exitosa y le demostremos al país que, contra los agoreros del desastre, salimos unidos de una contienda real e intensa. Y es que coincido plenamente contigo cuando dices que “sería un gravísimo, un error histórico, apostar al debilitamiento o a la división del PRD. El PRD es el patrimonio más importante que ha construido la izquierda partidaria en este país”. Entonces, Alejandro, actuemos en consecuencia, paremos la campaña de odio y apostemos a la decisión libre de los militantes.
Te hago un último comentario. De la disyuntiva ficticia de los “leales” frente a los “traidores” devino otra que sí es real. Las infamias, las persecuciones, los ataques viscerales y desmedidos abrieron pasó a una verdadera definición trascendente entre dos opciones antagónicas, la cual tiene que ver con la cultura, con las formas de convivencia entre lo diverso, con la congruencia. El PRD definirá el 16 de marzo entre la Tolerancia y la Intolerancia. Lamentó de verdad el capricho trágico de la insondable Historia que quiso que, en esta ocasión, no obstante tus convicciones, no obstante tus buenas intenciones –de las cuales no dudo- y no obstante tu trayectoria democrática, objetivamente trabajaras para lo que has combatido durante toda tu vida. Encinas contra Encinas. La ventaja es que si gana Jesús Ortega, también ganas tú.
Te mando un gran abrazo, no sin antes enviarte mis consideraciones y manifestarte mi sincero aprecio.
¡Democracia ya, patria para todos!
Fernando Belaunzarán
Secretario de Formación Política del CEN del PRD
jueves, 21 de febrero de 2008
CARTA PARA AMLO
Lic. Andrés Manuel López Obrador
Presidente Legítimo de los Estados Unidos Mexicanos
P r e s e n t e
Estimado Andrés Manuel:
Decidí escribirte porque no te entiendo. Ahora que es tan importante sumar a todos los que consideramos al petróleo y otros energéticos como vitales para el desarrollo del país y existe la necesidad de hacer un gran frente para defender la propiedad de la nación sobre estos recursos, te involucras en la contienda por la dirección del PRD y, peor aún, lo haces trasgrediendo la norma interna. Estarás de acuerdo conmigo en que nada ayudaría más a las ansias privatizadoras que se ciernen sobre PEMEX que la división en el seno del movimiento democrático. Eso nos debilitaría y podría hacer que muchos se equivocaran de adversario. De ahí la importancia de que el proceso de elección en tú partido, en nuestro partido, sea intachable y que todos aceptemos el resultado de una contienda equitativa, transparente, legal y democrática.
Estoy convencido de que habría sido mejor para ti, para el partido y para el movimiento que te hubieras puesto por encima de la contienda y mantenido la distancia propia del dirigente indiscutible que, llegado el caso, puede hacer valer su autoridad y ascendencia sobre los contendientes para que el proceso no se salga de los causes permisibles -un árbitro aceptado por todos. Porque, a final de cuentas, fuiste el candidato de todos, todos te defendimos durante el desafuero y con todos contaste para acompañarte en los días difíciles que siguieron al 2 de julio para exigir el recuento de los votos y luego, aunque algunos pensamos que no era la mejor decisión, también todos te apoyamos como Presidente Legítimo. Pero en lugar de ser factor de unidad en un momento tan delicado, preferiste involucrarte en la contienda para buscar el control del partido. Respeto tu decisión y no escamoteo en lo más mínimo el derecho constitucional que tienes de expresar tu opinión. Sin embargo, la opción que tomaste debe respetar el marco legal que rige la contienda y expresarse de manera consecuente con los principios y valores que enarbolamos.
A ti que te gusta la historia, tendrás muy presente que, cuando el PRD se fundó, combatíamos al “régimen de Partido de Estado” que, entre otras cosas, se caracterizaba en que el Presidente elegía a su sucesor y controlaba al “partido oficial” y a sus bancadas. De ahí que nuestro Programa sea tan enfático en el acotamiento del poder presidencial como elemento indispensable de la democratización del país. Es cierto que desde el PAN se hacían también esas críticas al viejo régimen, pero está visto que ya en el poder no han hecho otra cosa que reproducir esas prácticas. La intervención descarada de Vicente Fox en la elección presidencial y la imposición de Germán Martínez al frente de ese partido son muestra de ello. Así son, inconsecuentes. Pero lo que para nosotros debe ser inadmisible es que en el seno de nuestro partido se haga lo mismo, sobre todo después de la experiencia reciente. Disculpa el atrevimiento, pero considero que el Gobierno Legítimo no se constituyó para intervenir en una elección interna del PRD.
Es un contrasentido inexplicable que el Presidente Legítimo se permita hacer lo que hizo en contra suya Vicente Fox, al que con razón llamas “traidor a la democracia”. Recuerda que la intervención de éste personaje no se limitó a expresar una opinión favorable de su candidato sino que hizo abierta propaganda a favor de Calderón y en contra tuya, violando la ley y faltando a su deber como gobernante. Esa actitud demeritó la investidura presidencial, enrareció el proceso electoral y atentó contra la equidad de la contienda. Por eso lo mandaste callar -es verdad que con una frase por demás desafortunada, pero con la legítima intención de que dejara de intrometerse indebidamente y respetara la norma electoral.
¿Por qué esa actitud de hacer abierto proselitismo que fue censurable con el Presidente Fox, no debe serlo con el Presidente Legítimo? ¿Es correcto que el Presidente Legítimo y dirigente de un amplio movimiento social apoye abierta y activamente a una facción perredista? ¿No responde esa actitud a la lógica del viejo régimen de querer controlar al partido desde fuera? ¿Si alguien debe estar comprometido con el respeto a la legalidad no es precisamente el Presidente Legítimo, al que despojaron de su triunfo con trampas e ilegalidades? De cualquier forma, las consecuencias están a la vista: mayor polarización, un vacío difícil de llenar para cualquiera que quiera mediar entre los candidatos y la equidad está hoy puesta en tela de juicio. Y lo peor de todo es que se complica la de por sí difícil tarea de los órganos electorales y jurisdiccionales, puesto que no es fácil llamar al orden al principal activo y líder del partido y, por otra parte, ya vimos con el IFE lo que sucede cuando la autoridad se hace ojo de hormiga.
Al margen de consideraciones políticas sobre la decisión que legítimamente tomaste de expresar tu apoyo a un candidato, la carta que firmaste, y que se está distribuyendo en los domicilios de los militantes en todo el país, viola claramente el artículo 45, numeral 6, inciso d) que dice: “Igualmente queda prohibida la distribución, afiliación (sic) o empleo de cualquier tipo de propaganda distinta de la producida y proporcionada en condiciones de igualdad a todos los por la autoridad electoral partidista”. Y del acuerdo tomado por el Comité Técnico Electoral el pasado 14 de febrero que en el numeral quinto: “Queda totalmente prohibida la contratación de todo tipo de propaganda impresa distinta a la que imprima y distribuya la Comisión Técnica Electoral con los recursos puestos a su disposición”. La argumentación, como tú dirías, huizachera, de que esa norma no vale para los simpatizantes es insostenible, pues, además de querer justificar burdos fraudes a la ley, olvida que una de las razones que originaron ese artículo del Estatuto fue evitar la propaganda de terceros, la cual, por cierto, sufrimos en el 2006 con los spots del Consejo Coordinador Empresarial que, para perplejidad de la sociedad mexicana, quedaron vergonzosamente impunes.
Por si eso fuera poco, la simple impresión de seis millones de cartas y su distribución rebasa los topes de gastos de campaña que es a razón de 20 centavos por afiliado. Para que no se malentienda, quiero dejar inequívocamente establecido que no veo dolo ni mala fe en tu actuación y adjudico los hechos a tu desconocimiento de esa parte del Estatuto, y además considero inconveniente sancionar a cualquiera de las fórmulas. Pero ahora que sabes de la ilegalidad, estoy seguro de que actuarás en consecuencia. Como bien le escribiste a Vicente Fox el 22 de mayo de 2006: “La defensa de la ley es una asamblea permanente”.
Estoy convencido, Andrés Manuel, que todavía puedes jugar un papel fundamental por la unidad partidaria y la estabilidad del proceso. Nadie, dentro del PRD, puede desconocer tu liderazgo ni el avance que significó para la izquierda tu candidatura. Por eso, la aportación que hagas en ese sentido sería invaluable. Y es que, por desgracia, también se está reproduciendo la guerra sucia en la contienda interna. Como de seguro estás enterado, hay quienes con perversidad quieren presentar la elección como una confrontación entre “leales” contra “traidores”. Imagínate hasta donde ha llegado la inquina, que la infamia de la traición se ha extendido a personas que han estado cerca de ti en momentos claves de tu trayectoria política. Tú puedes ayudar mucho, si quieres, a que sean las ideas, y no la vileza, las que prevalezcan.
Es de sobra conocido que al interior del partido existen diferentes puntos de vista respecto a la estrategia que debe seguir el PRD, y eso es, como tú lo has apuntado, normal y legítimo. Pero falta tolerancia y respeto por el otro. De manera indebida suelen usar tu nombre para perseguir y denostar a los que discrepan. Y eso afecta no sólo al movimiento que al “depurarse” mediante persecuciones y cacerías de brujas se aísla y proyecta una imagen autoritaria sino también a ti mismo, pues sirve a nuestros adversarios para caricaturizar tu liderazgo y presentarlo como si éste fuera intolerante. Te invito a que acabemos con las campañas de odio entre compañeros y mostremos que es posible coexistir con respeto y unidad a pesar de las diferencias.
Así mismo, coadyuvemos con las labores del Comité Técnico Electoral y de la Comisión de Garantías. Ambas instancias están conformadas por personas honorables, integras y profesionales, pero dada la conocida debilidad institucional del partido requieren de todo el apoyo posible para que puedan cumplir con éxito la difícil tarea que se les encomendó. Démosles confianza y respaldo, y no generemos espacios de impunidad para quienes transgredan las normas. Te propongo que hagamos causa común con todas las fuerzas para que la elección sea limpia y vigilada, y se acepten los resultados, sean cual sean. Estoy cierto de que cualquiera que gane tendrá una relación cordial y cercana con la Convención Nacional Democrática y con el Gobierno Legítimo, y que no le reconocerá legitimidad alguna a quien se impuso mediante el fraude. Perdón si me excedo, pero no creo que ayude, a ti o al partido, que lo encabece alguien que a todo te diga que sí.
Como ves, Andrés Manuel, sólo te pido congruencia. Me despido, no sin antes expresarte mi aprecio y admiración por tu trayectoria. No tengo dudas de que la mejor forma de expresar respeto es hablando con franqueza. No soy de los que prendo incienso, adivino gestos para complacer deseos ni recito alabanzas. Pero créeme que para defender el petróleo de la nación y mantener unido al PRD puedes contar conmigo. Recibe un abrazo y mis consideraciones.
¡Democracia ya, Patria para todos!
Fernando Belaunzarán