miércoles, 16 de septiembre de 2009

FIN DE UNA LEGISLATURA HISTÓRICA

Fernando Belaunzarán


A diferencia de las anteriores, la IV legislatura de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal será recordada durante muchos años por lo que hizo. En lugar de darle la vuelta a temas espinosos como se acostumbra en estos tiempos de pragmatismo ramplón en que vivimos, donde lo único que cuenta es la próxima elección y, por lo mismo, nadie se mete con “las buenas conciencias” ni con las “creencias profundas del pueblo”, ni tampoco con la alta jerarquía Católica que se asume como defensora de ambas, la legislatura que recién concluyó decidió abordarlos con mucha seriedad. Y, algo que es muy importante, lo hizo sin pedir permiso.

La Ciudad de México cambió de rostro en estos tres años con relación a las demás entidades de la república. El DF es hoy símbolo de libertades, de derechos conquistados, de inclusión, de tolerancia, de no discriminación, de reconocimiento a las minorías, de aceptación al ser distinto. Lo que en muchos países no pasarían de ser legislaciones y reformas moderadas, en México han sido toda una conmoción, no sólo porque el primer paso siempre es el más difícil, el que más resistencias tiene que vencer y el más trascendente sino también porque para darlo se tuvo que actuar de otra manera. Por primera vez en su historia, la ALDF fue realmente autónoma y privó la división de poderes, hecho notorio en un país en el que los gobernadores son todopoderosos.

Esa arrogancia de asumir plenamente las atribuciones que la ley le otorga a la ALDF tuvo sus consecuencias y el acoso oficial y oficioso se sintió desde principio, al grado de que parece proeza que Nueva Izquierda mantuviera la conducción de ese órgano parlamentario. Recordemos que el diputado Agustín Guerrero, operador del jefe de Gobierno, anunció públicamente la remoción de Víctor Hugo Círigo desde el primer mes hasta el último de la legislatura. Si no lo consiguió es porque el presidente de la Asamblea Legislativa supo generar espíritu de cuerpo en todos los grupos parlamentarios desde el momento en que privilegió los consensos, renunció al tradicional mayoriteo del partido que cuenta con mayoría absoluta, estableció la equidad como principio de convivencia de la pluralidad ahí representada, supo colocar el interés general del ciudad por sobre los intereses facciosos y demostró congruencia con la lucha democrática de la izquierda al llevar a la práctica una relación republicana con el jefe de Gobierno.

Fue notorio que todo el peso de la administración del GDF se utilizó para buscar aniquilar al grupo político encabezado por el Senador René Arce que mantuvo la conducción del legislativo local asumiendo lo que es una verdadera osadía en México: que la regla escrita debe prevalecer sobre la que no lo está. Además, dicho equipo se avocó a cumplir el programa del PRD tanto en el contenido como en las formas. La Ley de Sociedades en Convivencia, la despenalización del aborto, el divorcio Express, la tipificación de los crímenes de odio, el cambio de identidad para trasvestis y transgéneros, la voluntad anticipada para no prolongar el sufrimiento de pacientes con enfermedades terminales, la donación de órganos, la protección a los no fumadores, entre otras legislaciones y reformas que generaron controversia le dieron a la ciudad un claro perfil de izquierda. Y el hecho de que las decisiones se tomaran en el parlamento y no en las oficinas de gobierno, como se acostumbraba, demostraron que la división de poderes y la democracia además de viables fueron benéficas para la Ciudad de México y sus habitantes. Por eso es que valió la pena este peculiar ejercicio democrático a pesar de los altos costos que pagaron sus promotores al sufrir el ímpetu de revancha del oficialismo, pues el castigo es particular y efímero mientras los beneficios son generales y permanentes.

Tendría una impresión equivocada el que por la saña con la que desde la administración capitalina se atacó al grupo predominante del PRD en la ALDF en estos tres años supusiera que eso significó una confrontación entre poderes. Hubo algunas fricciones como es natural en la relación de dos poderes autónomos, pero al final, por regla general, prevaleció el acuerdo. Prueba de ello es que la gran mayoría de las 38 nuevas legislaciones y de las reformas que se hicieron fueron votadas por unanimidad y, por tanto, con el voto de bejaranistas y otros incondicionales del gobierno.

La molestia viene de que se obligó a negociar al gobierno cuando la costumbre es acatar órdenes e instalar una ventanilla única en la oficina del gobernante, tal y como sucede en el resto de las entidades del país. Esto se hizo evidente desde la discusión del presupuesto del 2007, mismo que el Consejo Estatal del PRD acordó “ordenar” al grupo parlamentario de ese partido que lo aprobara antes incluso de que se conociera –es verdad que en el PRI y en el PAN sucede lo mismo, pero no son tan burdos como para ponerlo por escrito- y se llevó a cabo incluso un linchamiento mediático contra los diputados de Nueva Izquierda que cumpliendo con el programa del PRD que se reivindica federalista y municipalista promovieron leves modificaciones para fortalecer a las Delegaciones en detrimento del que de todas maneras seguiría siendo un muy poderoso Centro, lo que causó indignación en la prensa oficialista porque eso también significaba “beneficiar” a las demarcaciones que gobierna el PAN -algunos de los que con razón piden que no haya discriminación presupuestal para las entidades perredistas llamaron en ese momento a que se castigara a los ciudadanos que habían decidido votar por un partido distinto en el DF. Finalmente hubo acuerdo y se aprobó el presupuesto por unanimidad, como casi todo lo que vendría a continuación. Pero ahí quedó de manifiesto la hostilidad contra los diputados del PRD que se resistían a ser simples levantadedos.

La reacción conservadora impulsada por el PAN y por el PRI que ha llevado a la aprobación en ya 15 estados de la república de legislaciones persecutorias contra las mujeres que recurran al aborto relucen aún más la labor de la IV legislatura de la ALDF y dan muestra de los enormes poderes que enfrentaron, así como de la necesidad de pelear porque las libertades y derechos obtenidos en el DF se reconozcan en el resto del país. Y es que si bien los promotores del voto en blanco aciertan en general cuando señalan que todos los partidos parecen ser lo mismo, en lo concerniente a lo ocurrido en la Asamblea Legislativa en estos tres años en definitiva esa aseveración no aplica. Como en ningún otro lugar, las diferencias conceptuales entre izquierda y derecha se contrastaron a través del debate de ideas y bajo las reglas de la democracia parlamentaria, con respeto y tolerancia, y sin tomar tribunas.

La desafortunada primera decisión de la nueva legislatura, la V, de suprimir del formato del informe del gobernante de la capital las rondas de preguntas y respuestas denotan ya que no será lo mismo. Es lamentable, porque el grupo parlamentario del PRD está obligado moralmente a dar como gobierno lo que exige como oposición y apenas hace unas semanas dicho partido exigía con razón que Calderón diera la cara y contestara a los legisladores, en consonancia además con planteamientos históricos de la izquierda política. Pero ahora se optó por pasar de la crítica del “día del Presidente” a instaura el “día del jefe de Gobierno”. Lo extraño es que cambien el formato cuando Marcelo Ebrard siempre pudo salir bien librado y el diálogo público con la oposición ayudó a su lucimiento en los años anteriores. Una posición conservadora que además no se entiende en momentos que le urge tomar riesgos para remontar desventajas. Se trata de una incongruencia contraproducente que de seguro va a salir cuando se discuta el cambio en el inocuo informe presidencial.

Llegó a su fin una legislatura histórica. Lo hace convirtiéndose en un precedente para los demócratas de izquierda que en ella confirman que sí se pueden hacer las cosas de manera diferente y ser motor para cambios libertarios y democráticos trascendentes que deben acompañar, como lo hicieron la IV legislatura, a las reformas que promueven justicia social. Y es que ya debiéramos haber aprendido una lección, pero al parecer ésta debe reiterarse una y otra vez: no hay justicia sin libertad y sin democracia…y viceversa.


De paso…

Impuestos. Por fin Calderón logró el consenso. Lástima que haya sido en contra. Por supuesto que México necesita una reforma fiscal radical, pues la redistribución de la riqueza es una tarea urgente en el país y para ello se requieren mucho más recursos públicos de los que hoy capta el Estado; pero el gobierno federal le volvió a dar la vuelta al problema central que es la evasión de las grandes empresas. Mientras esos inexplicables e injustos privilegios no se acaben va a ser muy difícil convencer a todos de aprobar nuevos impuestos al consumo, pues no existe la mínima equidad. Mal augurio para la discusión del decálogo que anunció. Quizás debiera cambiar de método y establecer una mesa de partidos con el gobierno para integralmente discutir los diez puntos -ahí está el de la reforma fiscal- en lugar de lanzar unilateralmente sus iniciativas al Congreso para que la oposición se las despedace, apostando más al convencimiento y menos a la compra de gobernadores con promesas presupuestales… En el gobierno de Ulises Ruiz se indignan ante la posibilidad de una alianza del PRD con el PAN en Oaxaca porque dicen que es inconcebible que la izquierda se una a la “reacción”. Lo que no dicen es que eso fue precisamente los que ellos hicieron al descongelar la iniciativa antiaborto del PAN para aprobarla en fast track en el Congreso del estado. No creo que Ulises sea mocho ni persignado. Más bien, lo que pretende es incentivar la contradicción ideológica que por supuesto existe entre los dos principales partidos de Oaxaca y con ello torpedear la coalición. Dirán algunos que es legítimo que haga su lucha, pues si esos partidos no se unen no habrá manera de evitar que herede el poder; pero qué culpa tienen las mujeres, sobre todo las más pobres. Quienes tienen recursos podrán pagar, como siempre, un aborto clandestino en condiciones sanitarias aceptables o bien ir a la Ciudad de México o al extranjero, mientras que las otras, la mayoría, seguirán recurriendo a lugares insalubres, sin tecnología y con métodos físicos muy riesgosos… Y hablando de la alianza opositora en Oaxaca que tan bien vista es a nivel nacional y cuya concreción representa la única esperanza para ganarle al caciquismo y lograr una transición democrática en esa entidad de tanta cultura y de tanta injusticia, diré que ésta tiene tres obstáculos locales que no deben subestimarse: la mezquindad que privilegia el ajuste de cuentas, no olvida agravios y pone por delante intereses grupales y personales; la soberbia que cree que todos deben postrarse en automático sin hablar, sin llegar a acuerdos, sin comprometerse, que piensa que si se está bien con dios y los santos para qué hablar con los acólitos, que desdeña a dirigentes, personajes y ciudadanos, que cree que la elección va a ser un trámite y consiguiendo la candidatura ya la hizo, que da actores de diverso pelo por perdidos y no mueve un dedo para atraerlos o al menos neutralizarlos, que le deja en Oaxaca el monopolio de la política a su verdadero adversario que, por cierto, no tiene esos prejuicios; y el gobierno que como es natural no se va a quedar con las manos cruzadas a ver como se unen para derrotarlo… Entiendo y comparto la legítima preocupación de lo que pueda pasar en Iztapalapa y considero que los habitantes de esa demarcación no pueden quedar al garete de un experimento fallido. Por eso es correcto que Andrés Manuel López Obrador busque convencer a Juanito para que éste cumpla su compromiso público. Sin embargo debe cuidar las formas. En lugar de platicar directamente con él, ha optado por compararlo con Calderón, llamarle “traidor” o hasta “ladrón”, lo que sin duda tiene una repercusión mediática contundente, pero también puede traer consecuencias indeseables en la gente. Si alguien agrede físicamente a Juanito, ¿quién se hará responsable? No me salgan con que Fuente Ovejuna… Algunos de mis detractores me reclaman los cuestionamientos que hago de AMLO, pero estoy convencido tras la experiencia de ese engendro que fue el llamado “socialismo real” que en la izquierda no podemos abrirle la puerta, ni siquiera una rendija, a la intolerancia. De lo contrario, luego vendrán los arrepentimientos. El llamado del tabasqueño a no leer a Catón y a Germán Dehesa es inadmisible en un dirigente democrático que debe apostar a vencer en el debate y no a ganarlo por default. Con ello, además, emula a Vicente Fox que pedía que no se leyeran periódicos para ser “felices”, en virtud de que ahí lo cuestionaban. Si a nuestro compañero líder no le gusta la crítica, pues ni modo, con mayor razón la necesita… Por cierto, AMLO tiene el acierto de poner el dedo en la yaga con los privilegios de unos cuantos en tiempos de crisis que reclaman sacrificios parejos… También acierta en darse cuenta que hay que recuperar a la clase media que se perdió, por cierto, no por culpa de la “mafia de la política” sino por errores propios. Para ello resulta urgente revisar los métodos… Alberto Anaya, presidente vitalicio del PT, le hizo a nombre de López Obrador una propuesta a Juanito para que éste por fin se decida a renunciar. Le ofreció un cargo por tres años en la Delegación Iztapalapa de 30 mil pesos al mes que Clara Brugada “no le puede negar”. Luego se le daría a escoger una lista plurinominal para encabezar, la de diputados locales o federales. Para eso le dio importantes orientaciones: en la ALDF ganarías más, pero que en San Lázaro tendrías “proyección nacional”. Y finalmente, al terminar su labor legislativa se le daría un puesto de primer nivel en el GDF porque según le aseguró el senador no hay duda de que el movimiento conservará la capital del país en el 2012. En síntesis, le dijo, “tienes los próximos nueve años asegurados”. Juanito le preguntó sobre las garantías para que dicho acuerdo se cumpliera. Anaya respondió que él le daba su palabra, lo que al parecer no dejó muy convencido al jefe Delegacional electo, lo cual no obstó para que le dijera al veterano dirigente que lo pensaría. Aseguró que tenía una entrevista en el cuarto de hotel que le paga el PT con la televisión francesa en vivo a las tres de la mañana y e invito a Anaya a que, si estaba en disposición, acudiera ahí mismo a las cuatro de la mañana para darle una respuesta definitiva. Los sucesos posteriores, podemos inferir, nos dicen que Juanito rechazó la jugosa oferta… A diferencia de Fox, Obama sí se tomo en serio la promesa de cambio que hizo en campaña. Está soportando la reacción rabiosa de conservadores y oligarcas contra su propuesta de reforma al sistema de salud. Lo tachan de “comunista” y de otorgar derechos a la salud a los inmigrantes en un país que tiene esculpida en su Corte Suprema que todos los hombres son iguales… También dio un fuerte mensaje a los banqueros para regular el mercado financiero y evitar excesos para evitar crisis como la que todavía padecemos… En donde si falló, aunque me imagino que es difícil en su situación querer abrir un frente más de batall,a es en el mantenimiento del estúpido e inútil embargo económico a Cuba… El caso de Florence Cassez que sirvió para exaltar el nacionalismo y hacernos creer que en el país hay igualdad frente a la ley con un devaneo electorero de Calderón, con todo y desgarramiento de vestiduras presidencial, va a complicarse internacionalmente, en virtud de que en efecto, su caso es igual al de muchos otros conacionales cuyo caso se armó con las patas… Con tres años de retraso, pero qué buen que ya está en libertad la indígena Jacinta Maciel, injustamente encarcelada …

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