En las crisis se decantan los políticos y se muestra su verdadera dimensión. Mientras unos son barridos por la fuerza del temporal y otros sólo se esfuerzan por mantenerse a flote y pasar inadvertidos, rogando que amainen los vientos y el oleaje, y que todo termine lo más rápido posible, pocos son capaces de animarse a conducir el barco a pesar de los riesgos, hacer notar su liderazgo, transformar los problemas en oportunidades y dar a la nave un rumbo cierto. Este último es el caso de Guadalupe Acosta Naranjo que a pesar de que tomó las riendas del PRD en los momentos más difíciles de la crisis interna pudo hacer que esa fuerza política incidiera de manera positiva y contundente en el acontecer del país.
Ignorando siquiera si llegaría a cumplir una semana en el cargo, Naranjo asumió la presidencia del partido y actuó desde el primer momento con la convicción de que el PRD no podía quedarse a la deriva y, por lo mismo, en lugar de autocontenerse por los cuestionamientos internos o esperar a que se resolviera jurídicamente el resultado de las elecciones de marzo prefirió, para fortuna de todos, tener una actividad frenética y desplegar al máximo sus capacidades y facultades sin darle la vuelta a los problemas más escabrosos.
Entre otras cosas, el liderazgo y valentía de Acosta Naranjo fue fundamental para que se haya podido realizar una consulta exitosa sobre la reforma energética con la participación de todo el partido y el apoyo de sus gobernadores, elaborar una propuesta propia, tender los puentes de comunicación y la ruta de negociación con las demás fuerzas políticas y el gobierno federal, y finalmente aprobar el fortalecimiento de PEMEX sin privatizarlo, tal y como lo reconoció el grupo de expertos que avaló la iniciativa del PRD. También fue clave en el exitoso proceso de negociación del presupuesto de egresos que por primera vez lo coordinó el propio partido a través de un equipo encabezado por José Borges, anterior secretario de finanzas del CEN. Al acabar con la práctica de que cada gobierno acordara por su lado con la Secretaría de Hacienda para realizar una sola negociación, permitió sentarse con mayor fuerza en la mesa y tener mejores resultados. En otras leyes de gran importancia como la del establecimiento del Referéndum y el Plebiscito y que están próximas a aprobarse también ha tenido un papel sobresaliente. Además, se dio tiempo para promover la unidad de las izquierdas que, a pesar de la negativa del PT y Convergencia para integrarse, está avanzando y consolidándose con diversos partidos, sindicatos, organizaciones campesinas y sociales, personalidades, artistas, intelectuales y ciudadanos, de tal suerte que de ahí surgirá el mayor y más amplio frente electoral de izquierda para la elección del 2009.
Guadalupe fue el primer presidente no palomeado en la historia del PRD –Jesús será el segundo- y demostró plenamente que la independencia es una virtud. No dirigió al partido en función de los deseos de ninguna persona prominente ni se detuvo a pensar en los costos que le traería contrariar a la voluntad suprema que lo observaba desde la colonia Roma. Simplemente actuó de acuerdo a sus convicciones y priorizó los intereses del país y de la izquierda. Frente a las vulgares y rupestres infamias que le lanzó la jihad pejista no sólo no se arredró sino que, conforme a su carácter intempestivo y gusto por el botepronto, llegó a contestar con tal tino y contundencia que en ocasiones se le pasó la mano –como al autor de estas líneas-, y ya más calmado, como corresponde al Presidente Nacional, conminaba a la unidad. Y es que para alguien que siempre ha militado en la izquierda, que sufrió las represiones del viejo régimen y que fue fundador del PRD resulta, por decir lo menos, incongruente y ofensivo que personas que estuvieron del otro lado en los momentos más difíciles del perredismo y que se pasaron al partido cuando éste ya ganaba elecciones, u otros que tuvieron devaneos foxistas, se pongan a dar lecciones de moral revolucionaria y quieran impresionar con radicalismos de mentiritas.
La visión centralista por un lado y presidencialista por el otro que domina en gran parte de la opinión pública es la causante de que el éxito de Acosta Naranjo al frente del PRD haya sido una sorpresa para muchos. Su trayectoria política es larga a pesar de que tiene poco más de cuatro décadas de vida. Comenzó siendo dirigente estudiantil de la Universidad Autónoma de Nayarit en los ochentas del siglo pasado, en donde se le conocía como “El Mochis”, dado que de ahí provenía. Su vinculación de aquel entonces era con la Organización Revolucionaria Punto Crítico que dejó el abstencionismo para apoyar al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas. De ahí que Guadalupe fuera el más joven de los que firmaron la convocatoria a la creación del PRD, por el cual fue dos veces diputado local y una candidato a la gobernatura de aquel estado. Como luchador social lo detuvieron en varias ocasiones y no faltaron los oficios de la iglesia católica para que lo soltarán. Fue promotor y pieza clave para que se logrará la coalición que derrotó al PRI en Nayarit en 1999. Como subsecretario de Gobierno tuvo desavenencias con el actuar frívolo y caprichoso del gobernador Antonio Echevarría que ya mostraba su predilección por Vicente Fox rumbo a la elección presidencial. Por ese motivo tuvo que salir del estado y se integró al equipo de la Secretaría General del PRD que en ese entonces estaba a cargo de Jesús Zambrano. Luego ha sido Secretario del CEN, Secretario General del mismo y actualmente Presidenta Nacional.
La presidencia ausente, y en ocasiones hasta indolente, de Leonel Cota permitió a Acosta Naranjo llenar los vacíos que aquel dejaba. Fue por lo tanto un Secretario General fuerte y muy activo, y como además conocía, a diferencia del ex Gobernador sudcaliforniano, muy bien al PRD, Andrés Manuel López Obrador lo invitó para procesar las candidaturas del 2006 en las famosas reuniones de los lunes. Pero no sólo eso, también jugó un papel sobresaliente para conseguir fondos para la campaña presidencial. Hasta la fecha sabe muy bien cómo exprimir a bancadas, legisladores y personalidades para financiar campañas prioritarias y otras buenas causas como el canal de televisión del partido. Aunque ni Elena Poniatowska ni Luis Mandoki lo hayan consignado, el verdadero responsable del Plantón en el Zócalo de la Ciudad de México fue Guadalupe Acosta Naranjo.
Sus cualidades como negociador en temas delicados ya se habían manifestado antes de la osadía de buscar a Beatriz Paredes y a Germán Martínez para platicar sobre PEMEX en momentos que parecía una utopía cualquier acuerdo y el ex candidato presidencial quería tener bajo estricto control todo lo relacionado con ese tema. Cuando las fuerzas noroñistas irrumpieron en la Catedral Metropolitana, Naranjo tuvo que salir al quite y arreglar el problema con el Cardenal; por cierto, también jugó un papel importante en la reforma electoral que atendió los agravios del 2006. Pero esas cualidades se expresaron a su vez en el conflicto interno. No obstante la descalificación que su nombramiento como presidente tuvo de parte de un sector del partido supo tender puente con diversos grupos y personajes claves del perredismo. En particular, su comunicación y cercanía con los gobernadores del PRD, especialmente con Marcelo Ebrard, ayudaron mucho a la gobernabilidad de la institución en momentos por demás complicados.
Acosta Naranjo termina su breve, pero sustanciosa, labor al frente del partido con un alto capital político; liderazgo emergente de la izquierda que, contra los ánimos antropófagos que tan acentuadamente se han visto en el último año entre los perredistas, bien se haría en preservar. Además, porque da gusto su éxito. Como vimos, su carrera política vino de abajo hacia arriba y de la periferia al centro. Lupe es una persona generosa que junto a su compañera Sonia Ibarra abre con facilidad las puertas de su casa y a la menor provocación saca la guitarra y amenaza con cantar –lo que generalmente cumple.
De paso...
Uno más. Con el arraigo de Noé Ramírez Mandujano es el segundo “zar antidrogas” mexicano –el primero fue el General Jesús Gutiérrez Rebollo- al que se le involucra con el narcotráfico y queda de manifiesto, una vez más, la inmensa capacidad corruptora de ese negocio. Insisto, mientras existan las ganancias millonarias por la venta de sustancias ilegales no hay mucho que esperar excepto que la espiral de crimen y violencia siga creciendo. Urge cambiar la estrategia y esa tiene que avocarse a golpear en el bolsillo de los criminales. En ese sentido es que debe legislarse mejor para captar el lavado de dinero e intervenir en el sistema financiero los recursos del narco, así como discutirse seriamente la legalización de las drogas blandas, empezando por la marihuana... Ojalá y alguna alma caritativa le comunique a Alejandra Barrales que el Congreso nacional determinó que toda alianza electoral local debe ser acordada por el Consejo Nacional y que según Estatutos el único que tiene personalidad jurídica para firmar alianzas en cualquiera de las entidades de la república es el Presidente Nacional, es decir, Jesús Ortega. Pero más importante que salvarla del ridículo es aconsejarle que su papel es propiciar la unidad y construir condiciones para enfrentar el proceso electoral en mejores condiciones. Claro, que haga caso pasa porque deje de ser combatiente talibán de Osama Bin Batres... Démosle una oportunidad a la ingenuidad y pensemos que espontáneamente algunos miembros cercanos a Andrés Manuel López Obrador decidieron abrir fuego contra el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas porque, dicen, no fue tan consecuente como el primero en la lucha contra el fraude. La verdad es que son condiciones tan diferentes que no cabe ninguna comparación. Si los más de quinientos muertos post 1988 no son suficientes, me permito recordar dos hechos sintomáticos: El periódico La Jornada no publicó una sola caricatura de Carlos Salinas de Gortari desde que inició su mandato hasta que lo terminó y el Ingeniero Cárdenas no salía ni por error en los medios de comunicación, sobre todo los electrónicos. En esos tiempos “el cerco informativo” era más una realidad que una consigna... Correr a Sven Göran Eriksson sería un error mayor que haberlo contratado. Empezar un nuevo proceso justo antes de empezar la fase decisiva es jugar a la ruleta rusa... Agradezco de corazón a Carlos Marín, Guadalupe Acosta Naranjo, René Arce, Eliana García y Minerva Hernández que me van a presentar mi último libro, La guerra de los herejes, el jueves 27 a las 13 hrs., en el salón Covadonga del Hotel Casa Blanca, en La Fragua, muy cerca de Reforma. También agradezco al Instituto de Estudios de la Revolución Democrática, en especial a Jorge Calderón y a Alejandra Tello, la convocatoria y organización del evento… Y en la Feria Internacional del Libro, 5 de diciembre a las 12 hrs., me harán el honor Jesús Ortega, Ruth Zavaleta, Víctor Hugo Círigo, Carlos Navarrete y Raúl Vargas. Aprovecho para agradecerles a ellos y a José Antonio Magallanes por el apoyo, las atenciones, la iniciativa y la disposición…
1 comentario:
Fernando:
Espero tu libro sea un exito...esperamos tu pronta visita a Querétaro para que orientes a muchos jovenes que no acaban de encontrar en el PRD el nicho de izquierda que buscan, ya que en este "corredor azul" del que es parte Querétaro el ser perredista significa "desear" estar con los perdedores siempre.cuidate mil
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