martes, 15 de mayo de 2012

PEÑA NIETO EN LA IBERO

Fernando Belaunzarán
Twitter: @ferbelaunzaran

La extrañeza es resultado del estereotipo y muestra hasta qué punto muchos son prisioneros de prejuicios. Estudiantes de la Ibero participaron organizadamente en el movimiento estudiantil de 1968 y yo recuerdo a no pocos alumnos de esa institución -lo mismo que del ITAM, La Salle e ITSEM- solidarizándose con la causa de los pueblos indígenas tras la sacudida del levantamiento zapatista y haciendo causa común con los que estudiábamos en la UNAM. El joven que estudia –y muchos otros que no pueden hacerlo- es crítico, rebelde, de conciencia autónoma y convicciones firmes, con ímpetu y ganas de que su voz sea escuchada, lo cual no cambia por la posición socioeconómica.

La descalificación histérica contra los estudiantes que mostraron su indignación a Enrique Peña Nieto, dudando de su pertenencia a la institución y hablando de conspiraciones y manipulación, exhibieron ignorancia y, algo peor, desvergüenza. Quien llevó a personas ajenas a la Ibero –está plenamente documentado- para copar el Auditorio, cachirules con el papel de paleros, fue el propio PRI que señaló con el dedo flamígero a los que sí estudiaban en esas instalaciones de Santa Fe, valiéndose precisamente del estereotipo: “Los jóvenes de la Ibero son de clase media y alta y, por tanto, no protestan así, ni pueden ser hostiles a la propuesta del joven candidato tricolor, quien es bien visto por la gente nice. Además, como esto fue producto de una conspiración obradorista –acusación directa hecha por el presidente del PRI- es imposible que los auténticos estudiantes apoyen a la izquierda o sean seducidos por el populismo”.

La respuesta de los auténticos estudiantes de la Ibero que no pudieron entrar al Auditorio porque los cachirules-paleros-peñanietistas ocuparon los lugares que, por derecho, a ellos les correspondían, no pudo ser más contundente. Hicieron un video que marcará uno de los episodios estelares de la elección. Ciento treinta y un jóvenes mostraron sus credenciales de la Ibero y dando la cara y su nombre rechazaron ser acarreados o manipulados. Pedro Joaquín Coldwell todavía ha de buscar dónde esconderse tras la réplica que le dio en el centro de la nariz y que echó por tierra, de manera incontestable, sus falsas acusaciones. Nunca antes fue más cierto que “El león piensa que todos son de su condición”.

Es verdad que en las universidades deben tener cabida todos los pensamientos e ideologías y que éstas deben poder expresarse en un marco de absoluta libertad, en donde predomine el respeto y la tolerancia. Si hay un lugar dónde el debate debe ser permanente y la discusión inteligente predominar es precisamente ahí. Pero la vieja cultura priista del madruguete no dejó otra opción a los estudiantes que manifestar su indignación por medio de gritos y consignas. La triquiñuela de Peña Nieto con sus cachirules que se agandallaron gran parte del recinto dejó a gran parte de la comunidad universitaria de la Ibero condenada a ser convidados de piedra frente a monitores en la explanada. Es decir, EPN, con una acción contraria al juego limpio y democrático, les conculcó su derecho a cuestionar con argumentos y urbanidad universitaria al proyecto que él representa.

Ante la situación desatada por sus cachirules gandallas, el candidato del PRI pudo optar, una vez respondidos los cuestionamientos de los auténticos estudiantes que pudieron colarse, por pedir que hubiera un recambio de asistentes para seguir dando respuesta a inquietudes de los estudiantes que no habían podido ingresar. Ya había cancelado su evento vespertino y tenía la posibilidad de doblar la apuesta y corregir con audacia la situación que él mismo había generado. En su lugar, prefirió preparar la graciosa huída y demostrar que su nuevo spot en el que habla de escuchar a los inconformes, usando las imágenes de lo ocurrido en la Ibero, es falso y demagógico.

Hay muchas similitudes entre lo ocurrido en el evento de EPN en la Ibero con lo acontecido en la visita proselitista de Ernesto Zedillo a la UNAM en 1994. En aquella ocasión también se llenó el auditorio desde muy temprano, horas antes de que arribara el candidato, y no faltaron los paleros. Pero a diferencia de ahora, se hizo con miembros de la comunidad universitaria y no con cachirules. Muchos estudiantes se apostaron afuera del Auditorio de la Facultad de Contaduría exigiendo entrar y tener la posibilidad de cuestionar al abanderado priista. Por ser Consejero Universitario pude negociar con el Director mi ingreso. Para poder tomar la palabra me hice de manera heterodoxa del micrófono y, aunque reconozco que Zedillo me escuchó con respeto y tolerancia, fue clara la incapacidad para responder adecuadamente los cuestionamientos del entonces candidato oficial. Lo mismo sucedió con Peña Nieto. A pesar de sus trampas, pudieron ingresar estudiantes no filopriistas que lo pusieron en aprietos. En realidad, fue clara la derrota de EPN en el terreno de las ideas. Lamento que ese hecho tan importante haya quedado opacado por el escándalo de la protesta.

En la manera de huir también hubo mucho parecido, aunque fue más dramática la de Zedillo. Con macanas eléctricas y golpes, el Estado Mayor Presidencial le abrió paso al candidato a su camioneta en medio del tumulto, y a toda prisa abandonaron CU. Da gusto que en la Ibero no haya llegado a ese nivel y no se haya dado ningún tipo de violencia física. En aquel tiempo no existían redes sociales, ni se vivían las enormes posibilidades que ahora da la comunicación, muy bien aprovechadas por los talentosos y valientes estudiantes con su video tan comentado, pero recuerdo una canción que incluso grabó el grupo musical Los Nakos sobre ese episodio universitario: “El corrido del corrido”. Quizás pueda encontrarlo si hallo en algún lugar mis casetes, esos instrumentos de la prehistoria.

Es posible que, como dice Denise Dresser, lo que ocurrió en la Ibero sea síntoma y detonante del despertar de la sociedad, última esperanza para evitar la consumación de la regresión autoritaria que significaría el triunfo electoral priista. Enrique Peña Nieto es un restaurador, y volver al imperio de las reglas no escritas del viejo régimen y al país de la indecente concentración del poder en el Ejecutivo sería tirar por la borda la lucha de generaciones por la democracia y hacer inútil la trompicada transición que tanto costó a tantos, con todo y sus limitaciones y pendientes. Esperemos que asì sea, pero quede la sorpresa de lo hecho por los estudiantes de la Ibero a quienes no los conocen. Tienen, como todos los estudiantes, una alforja de esperanza que ojalá no se les agote, con todo y a pesar de los golpes que la vida, a todos, nos tiene reservados.
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1 comentario:

Unknown dijo...

desde ese día muchos comentarios giraron en torno a eso: como buenos universitarios iban dispuestos a escuchar las propuestas y argumentos de alguien a quien ellos mismos invitaron. Nunca fue su intención primera agredirlo ni increparlo de forma gratuita.

Lo que los exacerbó y nadie los culpa, fue que obligaran la entrada de sus "porras", gente ajena a la universidad (suelo sagrado para algunos de ellos) sólo para vitorear los dichos del invitado. Y peor aún, cuando se les intentó coaccionar mediante la fuerza o el soborno su libre expresión DENTRO DE SU MISMA ESCUELA!!!

Era algo inaudito! invitas a alguien a conversar, y se mete en tu casa a la fuerza con su gente y te dice lo que puedes hacer o no hacer en tu propia casa.

En la Ibero había un pequeño grupo (pequeño proporcionalmente hablando) de simpatizantes de AMLO, otro grupo más o menos igual de simpatizantes de Peña Nieto, de la misma forma en que los demás tienen seguidores.

Pero semejante afrenta a su segunda casa hizo que la mayoría se uniera contra el intruso prepotente que además, al terminar su participación, de manera retadora responde a los cuestionamientos sobre su autoritarismo en su gobierno estatal...

Yo no veo este episodio como un momento que beneficie a algún partido o a otro, sino como un despertar de los jóvenes. Muchos de ustedes no sufrieron al PRI aplastante, les tocó vivir la etapa del PRI debilitado de los años 90, cuando para sobrevivir muchos pactaron una alternancia falsa con el PAN que desembocó en la presidencia foxista.

Muchos de ustedes no supieron lo que era que la gente tuviera qué hablar en voz baja de política, por miedo a que algún "oreja" estuviera cerca.

En ese tiempo no te mataban ni te amenazaban siquiera. Simplemente un día tu tienda estaba quemada, estabas despedido de tu empleo o, en casos donde el cacicazgo local era más duro, ni tu cuerpo encontraban. Sólo venían por ti en la noche.

Ya se ha visto con los episodios de Saltillo y Córdoba que el PRI no ha cambiado para nada su modus operandi. Agrede a los opositores con grupos de choque formados por pandilleros, que actúan impunemente frente a los mismos policías, sin que las súplicas por ayuda sirvan de nada.

En verdad quieren regresar a eso? en verdad quieren que sus hijos sufran eso?