Fernando Belaunzarán
Un delito que destapa otro, que lo exhibe y saca a la luz por objetivos implícitos pero fáciles de adivinar. El espionaje es un método ilícito y peligroso, de doble filo que a todos puede salpicar y que, una vez que se ha echado mano de él, será difícil detener su uso de aquí a las elecciones presidenciales del 2012, pues es evidente que los procesos en curso de este año son los prolegómenos de aquél. Sin embargo, no es posible abstraerse de lo revelado, de los excesos, trampas, ilegalidades que se muestran ante una opinión pública que constata los vicios del poder que de por sí ya presumía. La injustificación del método no expía los espiados de sus fallas y sería no sólo ingenuo sino también irresponsable hacer como que no sabemos quiénes son y qué hacen Fidel Herrera, Mario Marín y Ulises Ruiz.
Tienen razón los priístas en condenar la práctica del espionaje y exigir que se investigue la procedencia de las grabaciones que desnudaron a tres de sus gobernadores, pero resulta cínico y hasta cómplice que pretendan que no suceda nada con ellos, como si pretendieran que los mexicanos olvidemos lo visto u oído. ¿Cómo quedarse con los brazos cruzados ante la descarada intervención de los gobernadores en los procesos electorales de sus estados, en el control que ejercen en los órganos electorales locales o en los abusos de poder ilegales en que fueron sorprendidos?
Comparto la preocupación por el enrarecimiento de la vida política en un país con ya demasiados problemas y conflictos, así como por los nubarrones que desde ahora se ciernen por el estallamiento de una guerra sucesoria que se vislumbra tan o más inescrupulosa que el 2006 con el agravante del desgaste de las institucional y la descomposición social producto de los enormes costos que la inseguridad y el crimen organizado han traído en los últimos tiempos y los resabios del conflicto post electoral de aquel año. Pero es un hecho que nada ha contribuido más a la perversión de la democracia mexicana que el poder exultante y omnímodo de los gobernadores.
Es más, al romper la equidad en las contiendas y convertirse en jefes de campaña de sus candidatos, estos verdaderos caciques “en plenitud del pinche poder” arremeten contra las mínimas garantías democráticas y presagian conflictos postelectorales, cuando evitarlos fue la razón de ser de la transición mexicana. Si no se pone un alto al poder despótico de los gobernadores, la legitimidad de la elección del 2012 va a estar manchada de origen y el país como está no puede darse el lujo de repetir accidentadas historias por inconformidades electorales.
Ulises, Fidel y el “Precioso” no son sino los ejemplos más groseros de una realidad que, siendo honestos, rebasa a los gobiernos del PRI. La falta de contrapesos y el manejo discrecional de recursos público ha hecho que, salvo quizás alguna excepción, los gobernadores de todas las entidades controlen a los otros poderes, a órganos que debieran ser autónomos, a no pocos medios de comunicación y hasta a partidos de oposición. Es decir, se reproduce en mucho el antiguo régimen en cada entidad federativa. Ese es el gran retroceso de la democracia mexicana que amenaza con desbarrancar dos décadas de transición política.
Dicha situación feudal debiera obligar a retomar el camino de las reformas democráticas, pero hoy la correlación de fuerzas no es favorable a ellas y el viento corre hacia el pasado. La recuperación electoral del PRI no tiene que ver con que la gente lo vea distinto a como era o que haya tenido la capacidad de transformarse para competir en tiempos que se esperaban democráticos. Lo del “nuevo PRI” ni sus miembros se lo creen y nadie lo toma en serio. El fortalecimiento de ese partido se debe a dos fenómenos más emotivos que racionales: decepción y zozobra. Decepción respecto a las expectativas creadas y no cumplidas por parte de partidos que ofrecieron grandes transformaciones y zozobra debida a la percepción social generada por la violencia desbordada que busca ingenua e idílicamente en el pasado un refugio aunque éste sea ilusorio y dependa en buena medida de la amnesia.
Por eso tengo mis dudas de que la exhibición de estas grabaciones vaya a golpear electoralmente al PRI. Espero equivocarme, pero no veo que la gente vote por dicha opción porque crea que los priístas sean honestos, limpios o decentes. Es doloroso admitirlo, pero la inmensa mayoría de los votos no comprados que obtiene ese partido son a sabiendas del gusto priísta por la corrupción y por los desplantes autoritarios. No vota por “los buenos” que mira mas ineficientes sino por los “cabrones” que cree más efectivos. Hay un desengaño por la democracia que el PRI está capitalizando. De ahí la necesidad de las alianzas para enfrentar cacicazgos despóticos, lograr la alternancia en entidades en las que sólo ha gobernado ese partido y tratar de revertir la tendencia del retroceso.
Nada ayuda más a ese proceso regresivo que la certeza de que estos “cabrones” empoderados están por encima de cualquier ley y a nadie le rinden cuentas. Cierto es que las grabaciones no pueden ser prueba en juicios penales contra los malhechores descubiertos, pero sí deben obligar a abrir las investigaciones que les finquen a esos gobernadores y a sus achichincles involucrados las responsabilidades correspondientes. Es obvio que en el caso de Oaxaca, José Luis Echeverría, presidente del Instituto Electoral de Oaxaca ha quedado sin autoridad moral alguna para desempeñar sus funciones con la mínima credibilidad después de quedar evidenciado como un simple empleado de Ulises Ruiz. En esa elección que se ve tan complicada, resulta de sentido común que dicho funcionario sea remplazado, pero la marca de la casa en ese estado, el estilo Ulises, es que no se rinden cuentas por nada y reina la impunidad.
No es de extrañarse que el PRI señale al gobierno federal como responsable del espionaje. Sin negar esa posibilidad, es cierto que con lo avanzado de la tecnología para esa actividad y la accesibilidad a ella ya cualquiera puede hacerlo, como de seguro pronto quedará en evidencia pues es de esperarse que el dinosaurio herido no se quede con el golpe recibido. Pero en cualquier caso, sería de gran utilidad para las instituciones, hoy lesionadas, que además de investigar el reprobable espionaje también haga lo propio con los gobernadores involucrados y se acredite que nadie está por encima de las leyes.
Sería bueno evitar que se reproduzca la nociva práctica del espionaje, pero sería aún mejor que se pusiera orden en los que se siente señores feudales todopoderosos y se lleve a juicio político al menos a Fidel Herrera, Mario Marín y Ulises Ruiz para que se mande el mensaje claro y preciso de que se acabó la era de la impunidad. Eso sería lo ideal, pero, por desgracia, se ve difícil.
De paso…
Ausencias. En días consecutivos se fueron dos intelectuales notables, cuyas ausencias dejan amplios vacíos. Primero fue el escritor portugués y Premio Nobel de Literatura, José Saramago, y luego le siguió el gran cronista mexicano, Carlos Monsiváis. Ambos fueron hombres de causas y solidaridad con los débiles, con los discriminados, con los agredidos. Identificados con la izquierda, combatieron dogmatismos y desviaciones, autoritarismos y cultos a la personalidad. Entendieron que la lucha por la justicia va de la mano con la consecución de libertades y la profundización de la democracia. En ese sentido eran conciencia del mundo, de su país, de su realidad, pero también de los que se identifican con la izquierda y comparten sus causas. Extrañaremos el humanismo profundo, radical, esencial de Saramago, cuya vida, obra y congruencia reivindica en mucho al comunismo que fue desvirtuado y pervertido por las burocracias del “socialismo real”, así como por caudillos y dictadores. Y extrañaremos por supuesto la crítica mordaz, polifacética, antisolemne, irónica, certera de Monsiváis que durante tantos años siguió la vida pública mexicana. Se nos fueron estos dos grandes intelectuales que siempre se comprometieron con las mejores causas… Los candidatos del PRI y el PAN en Tlaxcala, Mariano González y Adriana Dávila, boicotearon la realización del debate y el Instituto Electoral de Tlaxcala se mostró chiquito y dependiente del gobernador –¡qué raro! Ninguno de los dos se sintió con la seguridad suficiente para enfrentarse públicamente en el terreno de las ideas con Minerva Hernández…Por cierto, Mariano González le ha dado por disfrazar de amarillo a brigadistas del PRI para que repartan propaganda apócrifa del PRD a su favor. Esas son sus mañas. Por eso se entiende que los invitados de lujo a su inicio de campaña hayan sido Ulises Ruiz, Fidel Herrera y Mario Marín, los protagonistas de la política que se encuentran “en plenitud del pinche poder”…Juan José Piedras, líder del PT en Tlaxcala, hablando a nombre de Andrés Manuel López Obrador, hizo un acto de apoyo al candidato del PRI acompañado por Manlio Fabio Beltrones. Aún se esperan los deslindes necesarios de ese partido y del ex candidato presidencial… Si el partido contra Francia nos hizo volar y soñar, el partido contra Uruguay nos regresó a la realidad. Es un logro, sin duda, el pase a octavos de final, pero se perdió la oportunidad de eludir a Argentina en esa fase. Hubo una notoria baja de juego y resultaron incomprensibles la alineación y los movimientos de Javier Aguirre. Nadie se explica porque sacó a Guardado; el que más peligro estaba ocasionando, y menos aún que haya iniciado y mantenido al Guille Franco durante todo el partido, teniendo al Chicharito en la banca… Síganme en Twitter: @ferbelaunzaran
2 comentarios:
Uf jajaj me ganaste el tema XD eso si definitivamente, no podia hacerlo mejor asi que me da gusto q lo hayas hecho.
Estoy completamente de acuerdo contigo, si es ilegal el espionaje y lo que quieran pero bueno hay de ilegalidades a ilegalidades y las grabaciones solo pusieron en evidencia algo que ya sabiamos, los gobernadores del PRI estan desviando fondos claramenta a las campañas politicas de sus estados y algunos como el caso de Ivonne Ortega a la campaña de Peña Nieto, ademas de pasarsela de gira artistica en todas las campañas politicas de la republica.
Ok ya divague, regresando al punto, creo que es obligacion de la sociedad exigir que se castiguen estas practicas de los gobernadores ya basta de que se beneficien con la miseria del pueblo.
Como siempre un gusto :D
Y más allá de un descontento y desencanto hacia nuestro sistema democrático, hay todavía un síntoma muy grave pendiente de considerar y que tuvo fuerte aparición en el particular caso de las elecciones recientes en Nuevo León: la abstención al voto. Esta es una contundente herida a la práctica democrática pues refleja, no sólo que la población reconoce la corrupción en el sistema político del país, sino que habla de la falta de credibilidad en lo absoluto. Desgraciadamente, el impacto resulta muy caro ya que el voto es uno de los derechos y responsabilidades más básicos de la vida social de los mexicanos, y renunciarlos es síntoma de una renuncia también a la identidad mexicana. Y de ahí se abre nueva brecha para la descomposición del tejido social (como lo ha mencionado el Presidente en su comunicado reciente).
Por supuesto que no debe quedar de fuera la alternativa de investigación tanto en la línea del uso de espionaje como los hallazgos obtenidos de éste. Es más; lo segundo debiera ser el principal objetivo del IFE, dado que ser víctima de espionaje es un interés particular del PRI; pero los hallazgos encontrados impactan en descalificar las funciones reguladoras del IFE y, en mayor gravedad, dañan la fortaleza de la democracia mexicana que es el objeto que resguarda.
Saludos.
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