El 15 de marzo no competimos contra otros compañeros o corrientes del partido. Nuestro adversario, de principio a fin, el que desplegó todos sus recursos y se empeño en imponer candidatos, fue el Gobierno del Distrito Federal.
Hace doce años la izquierda ganó la mayoría para gobernar de manera diferente, no para superar al PRI en control corporativo, prácticas clientelares, utilización electoral de programas sociales y desviación de recursos públicos para financiar campañas.
Nuestro partido nació contra el dedazo y ahora sin el menor pudor se decidieron candidaturas y se operaron declinaciones a favor de éstas en las oficinas del jefe de Gobierno. Renacieron los candidatos oficiales.
Con la intervención burda y descarada del segundo gobierno más importante del país se acabó todo vestigio de equidad. No hay duda alguna: el domingo 15 de marzo hubo una elección de Estado implementada por quienes se supone pertenecen a un proyecto político que ha padecido y combatido como oposición ese tipo de elecciones y, por lo mismo, representa la mayor de las incongruencias que ahora desde el poder las reproduzca, olvidándose del compromiso histórico que se tiene con la democracia.
Y si la intervención indebida y desproporcionada del GDF es un hecho grave, también lo es que junto con ella se dieran prácticas que ruborizarían a los más connotados mapaches del viejo régimen. Las planillas oficiales contaron con recursos ilimitados, los cuales utilizaron de manera exultante para comprar el voto; y por si eso fuera poco, se dieron a la tarea de traer personas de otras entidades para hacerlas votar en la elección. Prueba de ello es que durante la jornada del 15 de marzo fue pillado el Dr. Mario Carrillo Huerta -operador y gente cercana de Marcelo Ebrard desde hace décadas y actual Subsecretario de Educación Media y Superior de la Secretaría de Educación del Distrito Federal-, organizando en salones de fiesta a gente del Estado de México para que votaran en Iztapalapa.
Pero lo más ruin de todo es cómo se abusó de la necesidad de la gente, no sólo ofreciendo dinero en efectivo sino también becas de diversos tipos; y a los que ya las tenían, siendo madres solteras, niños o estudiantes de secundaria con buenas calificaciones, les condicionaron su mantenimiento a cambio del voto a favor de los candidatos oficialistas por parte de sus familias y de diez vecinos más. Lo mismo se hizo con los que requieren contar con escrituras para sus casas o necesitan recursos públicos para el mejoramiento de sus unidades habitacionales.
Los programas sociales que buscan atender las enormes e inaceptables desigualdades que padecemos como sociedad se pervierten cuando se usan como instrumentos de control político. Están diseñados, y por eso los hemos apoyado, para ayudar a miles de personas desfavorecidas a enfrentar la adversidad y que puedan contar con condiciones mínimas de subsistencia y calidad de vida para superar su situación y desarrollarse personal, profesional y familiarmente. Por desgracia, hoy nos damos cuenta que su promoción desde el gobierno no ha sido por convicción de izquierda sino por el cálculo faccioso de disponer a su antojo de una inmensa clientela de ciudadanos con necesidades apremiantes.
El PRD ha sido generoso. Le abrió sus puertas a muchos que estuvieron del otro lado de la línea en los momentos más intensos y dramáticos de la lucha por la democracia. Lo único que les ha pedido a cambio es que adopten su programa, su tradición y sus valores. Hoy vemos con decepción que algunos traicionaron esa generosidad y buena fe. Han utilizado a nuestro partido nada más como un vehículo para arribar al poder y. luego, desagradecidos que son, actúan como si el favor se lo hubieran hecho ellos al perredismo. La verdad es que el oficialismo cada vez nos persuade de que en el DF gobierna un partido de Estado.
En el fondo de la ingente campaña del grupo oficialista por hacerse de la hegemonía del principal partido en la capital del país se encuentra la convicción del presidencialismo autoritario que todo lo hace descansar en el pico de la pirámide y que considera que es de primera importancia premiar la incondicionalidad y castigar la independencia. No se perdona desde el grupo gobernante la división de poderes que ha vivido la ciudad en los últimos años y, no obstante los éxitos de la actual legislatura, se persigue, hostiga y agrede a los diputados que respetan su investidura y se rehúsan a convertirse en simples “levantadedos”. Y es que no es la capacidad o el mérito lo que se valora desde el GDF sino la lambisconería, la abyección y el solícito seguidismo. En lugar de que la guía de comportamiento la dé el programa, los principios y la reflexión colectiva se alienta la obediencia al personaje estelar con independencia de que sus indicaciones contradigan los ideales, la historia y los objetivos de la izquierda que dice representar.
A pesar de todo esto, a pesar de los agravios, a pesar de la desvergüenza, a pesar de la pretensión poco encubierta de aplastarnos, seguimos dando la batalla en el PRD para que éste recupere su esencia democrática, tolerante, libertaria y de izquierda que entiende que el caudillismo y el mesianismo le son incompatibles, así como lo son el corporativismo, el clientelismo y, muy importante, el oficialismo.
Nosotros construimos al PRD -no llegamos cuando éste estaba en el gobierno. Venimos de lejos, de cuando enfrentar al régimen autoritario conllevaba serios riesgos. Por eso valoramos en sus términos lo que ha significado construir este proyecto que sintetiza las mejores luchas del pueblo mexicano por la justicia, la libertad y la democracia, lo cual nos obliga a actuar con mucha responsabilidad y tomar decisiones bien pensadas. A diferencia de otros, no será la víscera la que guíe nuestros pasos.
Por lo pronto, encausaremos nuestra legítima indignación por la vía jurídica, agotando las instancias y utilizando las instituciones con pruebas y razones. Tenemos convicción democrática y sabremos actuar en consecuencia, pero exigimos a los órganos internos del partido actuar con objetividad, transparencia y apego a derecho, así como al gobierno del Distrito Federal para que saque las manos y deje de tratar de influir en las decisiones de éstos. Nos parece muy preocupante que hasta el momento no se nos haya proporcionado la copia de los listados de votantes. No es casual que el oficialismo esté haciendo hasta lo imposible para impedir que se nos entreguen. Saben que con ellas vamos a demostrar el fraude.
Consideramos más apremiante que nunca que la izquierda pueda darle rumbo al país. A eso nos avocaremos. La fuerza de nuestro proyecto está en las ideas y valores que nos mueven para luchar por una realidad distinta, mejor y deseable y de ninguna manera en el destino personal de un liderazgo o en el tamaño de la nómina; no seremos presa de las veleidades de nadie, así se trate de alguien con inmenso poder político o económico. Ni los tropiezos coyunturales, ni las incongruencias, arbitrariedades e imposiciones de los que mal usan el poder en nombre de la izquierda, nos apartarán del rumbo. Hemos, a través de los años, enfrentado dificultades mayores. Estamos listos para lo que venga y saldremos adelante siendo fieles a lo que somos y hemos sido.
PD. Autocrítica de Marcelo. El jefe de Gobierno no podría tener mayor razón en su aseveración de que en el PRD “no se puede seguir teniendo una visión que favorece la facción, por encima de cualquier otra cosa”. Pero si esa declaración no tiene correspondencia en los hechos y los grupos que cobija no permiten la transparencia electoral y mantienen secuestrados los listados de votantes y siguen negándose a abrir paquetes electorales con resultados increíbles, entonces la autocrítica de Marcelo Ebrard no podrá considerarse sincera y quedará sólo como un desplante cínico y demagógico.
5 comentarios:
Estoy de acuerdo contigo que este partido lo formamos desde la oposición contra las prácticas clientelistas del antiguo régimen, y si bien es cierto que dentro de nuestras filas conviven tanto disidentes del PRI como otros oportunistas que cambian de bandera según su conveniencia, también es cierto que es obligación de nuestra dirigencia disciplinar a su militancia, sin que ello signifique ser autoritario.
Pero en el afán de mantener a todos contentos se aplica: "Acuerdo mata estatuto".
No es posible que se toleren prácticas que llenan de vergüenza al PRD, como el secuestrar los programas sociales que hemos logrado en beneficio de la ciudadanía, para coaccionar al voto por un grupo político que amenaza su beneficio familiar.
Y que decir de la cooptación de seudo liderazgos a los cuales les otorgamos registro sin comprometerlos a seguir la línea política y Programa de Partido. Hemos "flexibilizado" nuestros documentos al punto de abrirle las puertas a todo aquel que signifique una "posibilidad" de triunfo y que posteriormente se desentienden del compromiso que conlleva ser postulado por el PRD.
Basta de prostituir al partido, forjemos liderazgos y abandonemos las salidas mediáticas. Que asuma la dirigencia, que se aplique el Estatuto y todos sus Reglamentos.
Sean ex priístas o de cualquier otro color, que asuman su compromiso con el PRD y con todo lo que ello implica.
Siempre me ha parecido importante entender la realidad del partido desde tu perspectiva, la cual me ha parecido hasta ahora muy congruente y objetiva, en ocasiones propositiva y hasta desafiante. Me gustaría compartir en esta ocasión, a propósito de tu artículo y de su contenido, lo siguiente:
¿No será que esta nueva crisis que enfrenta el partido es sólo reflejo del obsolescente sistema en su conjunto? Me refiero al sistema no sólo hacia el interior del partido, sino en general de todas las instituciones públicas de México, en su aún deficiente democracia, la cual, considero que no es sólo por la crisis de valores de los ciudadanos, sino por todo un diseño institucional que ya es obsoleto. Concretamente me refiero a la consolidación de poder en una sola persona, ya sea el titular del ejecutivo, el presidente de un partido, el líder de las cámaras de representantes, etc.
Creo que es ese sistema el que no queremos y no podemos culturalmente dejar; así, no es de sorprender que periodo tras periodo de gobierno, generemos falsos ídolos, pues los titulares de los escaños antes mencionados, se cobijan en todo el engranaje institucional para revestirse del poder que no les hemos quitado y después tengan todos los elementos para convertirse en los nuevos amos de las instituciones, llegando a convertirse éstos, en los nuevos mesías a los que hay que seguir y obedecer.
El partido que apuntaba en convertirse en la oposición más sólida y responsable del país, casi llegó a ser el partido en el poder, pero el diseño institucional se le revirtió en perjuicio afectando gravemente su imagen pública.
En los tiempos de democracias modernas ¿qué se ha hecho para descentralizar auténticamente el gran poder que concentran las instituciones? ¿Qué medidas se han tomado para que el trabajo legislativo o ejecutivo e incluso el trabajo de base de partido sea el evaluado en su conjunto y no se generen líderes poderosísimos?
Son solo algunas reflexiones de fondo que quiero compartir contigo.
Saludos y un fuerte abrazo.
Octavio Catalán
Qué ingenuidad; vete al PSD o con Patricia, esa es la socialdemocracia realmente existente y deja de perder tu tiempo en el PRD stalinistas-cardenistas incorregibles.
Mi estimado Anónimo:
Gracias por señalar mi ingenuidad, pero me agradaría saber quién es mi interlocutor.
Atentamente
Octavio Catalán
Pensador libre y de convicciones democráticas.
oc_catalan@yahoo.com.mx
Patetico como siempre.
Fernando sinceramente crees que NI es la solución a los problemas del partido? Mira yo milito en el PRD y he tenido la oportunidad de participar en las dos recientes elceeciones del partido y no he visto más que compra de votos por parte NI tanto en la elección del año pasado como en la del 15 de marzo del presnete año. Para darte un caso que a mi me parecio denigrante para el PRD y sobre todo para la corriente a la que tu defiendes a "capa y espada" (a caso es porque pertences a ella). Aime Zuñiga precandidata a diputada local por el VII dtto. repartio despensas al por mayor desde 3 meses antes de la elección, pagó el voto en $200 y lo que es peor prometio que si ganaba iba a repartir despensas para agradecer durante los 3 años de su cargo (un acto totalmente populista). Dime qué actitud puedes tomar ante cuestiones como estas, sera cierto que solo el GDF, (el cuál tambien compró el voto y me consta), hizo un "cochinero" o será que ahora NI se vio superada al momento de aplicar sus operativos para comprar el voto, en otras palabras le dieron una cucharada de su propia medicina. Y no te preocupes no te escribe un defensor de IU si no un militante, que quiere ayudar a cambiar la situación interna del PRD para que de esta manera cambiemos realmente al país.
Atte.
C. Jair Augusto Villagrán Hernández.
yayo2001@hotmail.com
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