lunes, 28 de julio de 2008

DIÁLOGO Y CONSULTA

El diálogo que iniciaron los presidentes del PRI, PAN y PRD, a convocatoria de éste último, generó evidente molestia en el circulo lopezobradorista. Contra lo que pudiera pensarse, la discrepancia no responde sólo a visiones diversas sobre la táctica y la estrategia a seguir, aunque resulta innegable que se comparte la oposición a las iniciativas que presentó Felipe Calderón. En realidad, la diferencia es sustancial y además inaplazable en virtud de que ya está muy cerca el momento de las definiciones y las dos lógicas que convivieron en los debates y en la consulta ciudadana se bifurcan por necesidad. La disyuntiva surge porque no hay acuerdo sobre lo que en realidad está en juego: el petróleo o el poder.

Mientras la dirección del PRD y la mayoría de sus legisladores ven en la defensa de la propiedad nacional del petróleo y en el fortalecimiento de PEMEX las causas fundamentales de la lucha que se está librando y, por lo mismo, saben que el país requiere de una reforma energética, Andrés Manuel López Obrador piensa que ésta es la oportunidad que estaba esperando para ajustar cuentas con los que considera le arrebataron la presidencia de la república. Considera que no hay mejor tema para generar un amplio movimiento social rupturista que termine con la gestión calderonista y reconstruya a las instituciones que previamente mandó al diablo. En ese sentido, AMLO no requiere de acuerdos sino de agravios y, por lo mismo, desea y busca propiciar que el PAN vaya con el PRI en una “reforma privatizadora” que le dé la bandera de la defensa de la patria para enfrentar al régimen y mantenerse como un actor central en lo que venga. Más que una realidad, el PRIAN es una consigna necesaria para desdeñar la lucha institucional, colocarse como el único y real opositor, expresar que el régimen no tiene remedio ni capacidad para sanearse a sí mismo y, por lo tanto, sostener que “el único camino posible” es el de la insurrección pacífica del “pueblo”.

Por eso a nadie debe extrañar que tras el buen nivel de los debates haya aparecido la propaganda barata. López Obrador no necesitó leer la propuesta del PRI para descalificarla y equipararla con la propuesta calderonista -dada su estrategia no podía ser de otra manera-, al tiempo que promovió entre sus incondicionales la descalificación política y moral de quienes pretenden explorar la vía de los acuerdos dentro del PRD. Y es que en su lógica de confrontación no caben los matices ni los puentes. Hay que delimitar claramente los campos y echar al otro lado a los que estorban. No tiene por qué demostrar sus dichos ni preocuparse por que estos tengan correspondencia con la realidad; le basta con que le crean sus seguidores. Un acuerdo entre los partidos, una reforma de consenso en el marco de la Constitución que beneficie a PEMEX y al país sin privatizar, le frustraría sus planes. Es verdad que hay aspectos inaceptables para el PRD en lo presentado por Manlio Fabio Beltrones, pero eso no puede llevar a desconocer, por ejemplo, que el rechazo a la participación privada en refinación, transportación y almacenamiento son puntos importantes de acercamiento que permiten vislumbrar la posibilidad de construir una mayoría legislativa alrededor de una propuesta alternativa y que en sí misma significó el desplazamiento de las iniciativas de Calderón, por no decir la derrota de las mismas.

A nadie debe extrañar, por tanto, que no se vea a la consulta de la misma manera entre quienes la impulsaron. Para una parte ese ejercicio democrático debe servir para fortalecer una iniciativa propia que permita llegar en mejores condiciones a una negociación en el seno del Congreso y, por lo mismo, respalda el diálogo iniciado por Guadalupe Acosta Naranjo y el compromiso por él conseguido de que no habrá albazo legislativo. Pero la otra la ve como la fuente de legitimidad de un “No” que aspira a convertirse en revuelta y que por lo mismo debe ser intransigente y ciego. AMLO se va a autoerigir como vocero y genuino representante de los votantes para descalificar toda propuesta, así exprese lo mismo que él ha demandado. Así se entiende que descalifique cualquier acercamiento y cualquier alternativa. Desde hoy podemos decir que lo que se acuerde, sea lo que sea, será para él “privatización” y motivo para llamar a la resistencia civil pacífica que desestabilice al gobierno de Calderón. De ahí que pretenda imponer los tiempos de la calle sobre los tiempos institucionales, detener la presentación de las iniciativas del PRD y boicotear el diálogo. Andrés Manuel no está pensando en que se participe en la elaboración de dictámenes sino que esos se elaboren, como dijimos, sólo entre el PRI y el PAN. Como ya dijimos, quiere perder para luego regresar con “el pueblo” a, como él dice, “barrer a la clase política”.

La visión de Estado que privilegia el bien del país y no usa a PEMEX y al petróleo como pretextos para saciar intereses personales de legitimidad dudosa entiende a la consulta y al diálogo como necesarios y complementarios y se prepara para presentar una iniciativa propia que convenza a la opinión pública y sirva para derrotar con votos a la reforma calderonista. En ese camino es conveniente actuar con responsabilidad y explorar la posibilidad de construir una reforma de consenso que no divida al país ni enrarezca más aún el clima político, tal y como lo demandó la Universidad Nacional Autónoma de México como conclusión de sus foros. Sólo espero que por ese atrevimiento nadie cometa el exabrupto de catalogarla como “colaboracionista”, “espuria” y “al servicio de la derecha”.


De paso…

Obamanía. El virtual candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos cautivó a Europa. Señal de que ahí, como en muchas otras regiones de la tierra, hay esperanza de que cambie el país más poderoso del planeta. Me uno con entusiasmo a ese sentimiento y confieso mi obamanía, así como la esperanza de que cierto líder carismático de estos rumbos entienda lo que es pelear por el cambio y la justicia sin ser amenazante, sin excluir, sin derramar odio y deseos de venganza… Andrés Manuel López Obrador se aferró en vetar a Denise Dresser para que no acudiera a los debates del Senado en materia energética por parte del FAP, pero palomeó a Manuel Bartlet. Extraños son los criterios del “referente moral” de un sector de la izquierda, pues demuestra que por un lado castiga la independencia y por el otro que la integridad le vale un comino… El acercamiento de AMLO al PT y el raspón al PRD cuando señaló que aquél es “el partido que más lo ha apoyado” no debiera leerse como un amago de ruptura sino como una sincera comunión de valores, visiones e intereses. Recordemos que el PT es un partido vertical que ha tenido un solo presidente en sus diecisiete años de existencia, mismo que se acaba de reelegir por otro periodo de tres años. También que se asume como parte del movimiento bolivariano y, por tanto, sus miembros son chavistas confesos. Y por último que su pragmatismo ha quedado de manifiesto al postular candidatos como Ulises Ruiz, Jorge Hank Rohn y Ana Rosa Payán. Son tal para cual y no a todos los líderes se les puede pedir la estatura, humildad y honestidad de Salvador Allende, el cual reconoció: “todo lo que soy se lo debo a mi partido”…

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy ilustrativo del devenir de las cosas en el Partido y las dos concepciones sobre el futuro del país. Es retrato fiel de la actual coyuntura que en unos días más, dará mucho de que hablar y más para el que hacer.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Es lógico que Andrés Manuel después de sentir que poco a poco va perdiendo "cierto poder" en el partido tomará las pocas armas y argumentos que le quedan para seguir adelante. Pruebas verídicas tenemos en todo lo que ha perdido con la misteriosa desaparición de Noroña en los medios o la falta de "escándalos" propiciados por la resistencia civil.

No faltaba más que ahora utilizar en nombre de la defensa del petroleo el miedo a seguir perdiendo poder dentro del partido. Pero no debemos sorprendernos, él siempre ha actuado de la misma forma, violenta, amenazante, soberbia y necia. No puedo pasar por alto su propaganda utilizada cuando quería defender su triunfo, palabras altizonantes, amenazas etc, y ahora qué tal "Mexicano defiende el petroleo o te arrepentirás", mmm creo que sonaría mejor "Mexicano defiende el petroleo o Dios te va a castigar" o qué tal "MExicano defiende el petroleo o te las verás con AMLO?"

Todo este fenómeno ya se veía venir, dos fuerzas dentro del mismo partido. Mientras unas luchan por un objetivo otras por otro. Yo solo quiero que el partido siga adelante, ya vimos que desde que Naranjo fue nombrado presidente las cosas han ido mejorando... solo esperemos que siga así y no de nuevo se venga abajo todo el esfuerzo.

DIEGO ALBERTO AVILES dijo...

haciendo una interpretacion...
El hombre que mueve a MILLONES de mexicanos con solo mover un dedo dice "No negociaremos la privatizacion" y cuando dice eso de alguna u otra forma se refiere a EL, su MOVIMIENTO y al PARTIDO al que pertenece... Pero en dicho partido existe un grupo que se esta disputando con el grupo del HOMBRE QUE MOVILIZA MILLONES DE MEXICANOS la dirigencia de tal partido y casualmente la dirigencia del partido esta en manos del otro grupo, en manos de un HOMBRE que con mucho esfuerzo tiene a sus MILES de simpatizantes de grupos... y ese hombre que moviliza a MILES se contrapone al que moviliza MILLONES...

Y ASI QUIEREN QUE EXISTA UNIDAD?