miércoles, 21 de diciembre de 2011

ESTADO LAICO

Fernando Belaunzarán
Twitter: @ferbelaunzaran

Se necesita talento para convertir las derrotas en victorias, pero hacer lo inverso no tiene ningún chiste y acontece de manera frecuente. Se entiende que esto último ocurre por errores, exceso de confianza, falta de experiencia, es decir, se trata de un hecho involuntario y lamentable. Pero al sectarismo no le importa perder si es que tal resultado se le puede adjudicar al rival que más odia, el cual, por lo general es el que tiene más cerca, su enemigo interno. Y si no existe la derrota, pues la inventa y lo de menos es construir una historia delirante ajena a la realidad y sostenerla con la histeria propia del que grita que le robaron el carro esperando que nadie se percate que no sabe manejar, evitando así dar explicaciones. Eso es lo que hizo el sector más fanatizado del pejismo con respecto a la reforma al artículo 24 de la Constitución, no obstante que ya se celebró “la unidad” en torno a la candidatura presidencial.

El periódico del obradorismo extremo, La Jornada, tituló a ocho columnas al día siguiente de la aprobación de la reforma (16 de diciembre): “chuchos se unen a PRI-AN en golpe al Estado laico”, asegurando que la presidencia de la mesa directiva obtenida por Guadalupe Acosta Naranjo fue “la moneda de cambio”. En el encabezado de dicha nota a la que se hace referencia en primera plana se afirma que “Diputados abren la puerta a la Iglesia para oficiar en público”. La verdad es que, como lo demostraré en el presente artículo, todo es falso: No hubo tal “golpe al Estado laico” -se detuvo; no se acordó en la sesión concederle al PRD encabezar la mesa directiva –eso se pactó públicamente desde fines de agosto; los chuchos no llevaron la negociación de la redacción del artículo 24 –la acordaron tres diputados ajenos a Nueva izquierda: Alejandro Encinas, Enoé Uranga y Teresa Incháustegui; y no se flexibilizó siquiera la celebración de actos religiosos en espacios públicos –se mantuvo el texto constitucional vigente en ese tema.

Aunque la iniciativa se ingresó desde el 2010, su dictamen fue un albazo que violó el reglamento; pero más grave que las formas quebrantadas era su contenido, el cual no sería extraño que se haya pactado con la jerarquía católica. Es decir que, en la víspera de la sesión, sí se avizoraba un “golpe al Estado laico” de grandes proporciones que consistía básicamente en abrir la posibilidad de dar educación religiosa en escuelas públicas, en permitir el manejo de medios de comunicación por parte de iglesias y en quitar cualquier condicionamiento al oficio de eventos religiosos en espacios públicos. Todo eso se echó para atrás. Para despejar dudas, permítaseme transcribir el texto vigente, el texto dictaminado y el texto aprobado:

Así dice todavía el artículo 24:

Todo hombre es libre para profesar la creencia religiosa que más le agrade y para practicar las ceremonias, devociones o actos del culto respectivo, siempre que no constituyan un delito o falta penados por la ley.

El Congreso no puede dictar leyes que establezcan o prohíban religión alguna.

Los actos religiosos de culto público se celebrarán ordinariamente en los templos. Los que extraordinariamente se celebren fuera de éstos se sujetarán a la ley reglamentaria.

Así venía el dictamen:

Todo individuo tiene derecho a la libertad de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de tener o adoptar, o no tener ni adoptar, la religión o las creencias de su elección, así como la libertad de manifestar su religión o creencias, individual o colectivamente, tanto en público como en privado, mediante el culto, la celebración de ritos, las prácticas, la difusión y la enseñanza; siempre que no constituyan un delito o una falta sancionado por la ley.

El Congreso no puede dictar leyes que establezcan o prohíban religión alguna.

[Se deroga]
Sin contravenir lo prescrito en el artículo 3o. de esta Constitución, el Estado respetará la libertad de los padres y, en su caso, de los tutores legales para garantizar que los hijos reciban la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.

Así finalmente se aprobó:

Toda persona tiene derecho a la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión, y a tener o adoptar, en su caso, la de su agrado. Esta libertad incluye el derecho de participar, individual o colectivamente, tanto en público como en privado, en las ceremonias, devociones o actos del culto respectivo, siempre que no constituyan un delito o falta penados por la ley. Nadie podrá utilizar los actos públicos de expresión de esta libertad con fines políticos, de proselitismo o de propaganda política.


El Congreso no puede dictar leyes que establezcan o prohíban religión alguna.


Los actos religiosos de culto público se celebrarán ordinariamente en los templos. Los que extraordinariamente se celebren fuera de éstos se sujetarán a la ley reglamentaria.

Como puede observarse, la redacción aprobada por la Cámara de Diputados es muy cercana a la que todavía está vigente y sólo se actualiza el lenguaje para ponerlo acorde con los tratados internacionales firmados por México. Es por esa razón que ahora las críticas se sustentan en el “contexto” y no en el “texto”, aunque algunos despistados siguen declarando con base en la desinformación que con dolo se transmitió y que le sirve al medio que calumniador como “noticia” para seguir sustentado lo que inventó. Es verdad que el “timing” puede tener visos electorales, pero ése lo establecieron el PRI y el PAN que estuvieron cerca de consumar su aprobación con todas sus partes polémicas. Si éstas pudieron ser modificadas sustancialmente se debió a la oposición de la izquierda, a la buena y oportuna negociación de sus bancadas y a una rebelión de diputados priístas que de manera más o menos discreta expresaron que no irían con el dictamen como venía.

Por fortuna se discute el momento, las intenciones, las circunstancias, el reconocimiento de la jerarquía católica por su aprobación, la visita del Papa, y no que se impartirá educación religiosa en las escuelas públicas o que las iglesias contarán con medios de comunicación masivos, en fin, no se está discutiendo el contenido de la reforma. Algunos quisieron polemizar con la exposición de motivos, pero ya se aclaró que eso también fue cambiado en correspondencia con lo aprobado en el texto constitucional. Con ello se demuestra que valió la pena que las bancadas de izquierda negociaran la redacción del artículo 24, en lugar de trabajar su “derrota heroica” con consecuencias funestas para el país.

El PRI y el PAN eligieron el tiempo de sacar la reforma, pero la izquierda impidió que se vulnerara en ese embate al Estado Laico. Eso fue un éxito indudable y trascendente que, en lugar de cantarlo y salir fortalecidos de cara a la sociedad, el sectarismo prefirió presentarlo, una vez más, como otra “derrota histórica” producto de la “traición”, sin más razón que ajustar cuentas con uno de los personaje más visibles e influyentes de la corriente Nueva Izquierda, el diputado Guadalupe Acosta Naranjo. El deseo de revancha se impuso a la necesidad de la unidad y de capitalizar lo logrado para ser más competitivos en el 2012. Exhibieron su pequeñez y mezquindad.

El golpe que se dio no fue al Estado laico sino a los odiados chuchos por parte del pejismo rabioso que no se da por enterado de la estrategia de unidad y reconciliación de su líder y candidato. Lo hacen con un cinismo desvergononzado, pues es evidente que la pretensión de que se den clases de “moral” en las escuelas públicas para enseñar “el amor al prójimo” amenaza mucho más la laicidad que la reforma aprobada, a la cual inútilmente se le podrá buscar una sola frase que atente contra ella.

Además, lo hicieron de una manera tan burda y desaseada que las mentiras se desmoronan al primer análisis. Los proponentes que suscribieron con pulo y letra la redacción final del párrafo primero y la reincorporación del tercero –que constituyen la totalidad de la reforma, tal y como quedó- fueron los diputados Alejandro Encinas, Enoé Uranga –conocida feminista y defensora de la diversidad- y Jaime Cárdenas, según consta en sendos oficios que giraron al dip. Emilio Chuayffet, en su calidad de presidente de la mesa directiva.

A partir de los acuerdos conseguidos se dieron hechos extraños. Uno de ellos es el del diputado petista Jaime Cárdenas, quien subió a tribuna a hablar en contra de su propia propuesta, aunque luego, cuando le tocó presentar su reserva, reconoció que no tenía otra y acabó leyendo la misma. Todavía más curioso es el comportamiento de Alejandro Encinas: argumentó en la Asamblea la redacción que suscribió, se hizo público en la tribuna que la había negociado “trasbanderas” con Felipe Solís Acero del PRI y Alberto Pérez Cuevas del PAN, votó en el pleno a mano alzada la inclusión de ambos párrafos tal y como quedaron –según se observa en el video del Canal del Congreso-, pero en el momento de hacerlo en el tablero electrónico decidió “ausentarse”, es decir, no votar a favor, ni en contra, ni abstenerse; unas horas más tarde se deslindaba de lo acordado y hacía un llamado a que se detuviera en el Senado. Es muy posible que tanto él como Jaime Cárdenas hayan actuado de manera tan atípica, y poco ética, porque ya sabían del escándalo que venía y a quién le iban a cargar el muertito inventado.

Es una lástima, porque ambos, junto con Enoé Uranga y Teresa Incháustegui, hicieron un gran trabajo para defender al Estado laico y, sin embargo, acabaron ocultando su propio mérito para dar paso al linchamiento contra los que, por cierto, no tuvieron una participación protagónica en lo definido. Se impuso el ánimo hepático de manchar al nuevo presidente de la Cámara por parte de los mismos que proclaman amor y honestidad. Ahora resulta que Encinas negoció para que Naranjo sea presidente de la Cámara, lo cual es absurdo. Si se mira la lista de votantes, se verá que Nueva Izquierda votó diferenciado, que muchos de otras expresiones votaron a favor y no pocos de esa corriente lo hicieron en contra. Está visto que los fanáticos no se llevan con la lógica… ni con el rigor periodístico.

La Presidencia de la mesa directiva ya estaba definida para el PRD mediante un acuerdo suscrito a finales de agosto, mismo que fue hecho público desde entonces. Es cierto que los diputados priístas del Estado de México amagaron con bloquear al ex Presidente Nacional del PRD –siguen molestos por las alianzas que amenazaron su permanencia en el poder de esa entidad- y hasta pusieron cartelitos que decían: “Encinas sí, Naranjo no” –lo cual, supongo, no agradó nada a Alejandro, pues ahí fue candidato a gobernador y lo será ahora al Senado-, pero nunca se ha dado un veto en ese cargo desde 1997 que iniciaron los Congresos divididos y siempre se ha respetado la decisión de cada partido; además, el costo de hacerlo hubiera recaído en Enrique Peña Nieto, quien ya tiene, como es evidente, demasiados frentes abiertos y está pasando por una etapa de alto desgaste.

La izquierda desperdició una oportunidad de mostrarse, además de defensora del Estado laico, como promotora de las libertades que no sólo le son compatibles sino consustanciales, como son las de conciencia y religión. Lo que volvió a dar la nota fue el conflicto interno, la intolerancia y las acusaciones desmesuradas que claman contra la gran “traición” sin acreditarla. Patético que un medio que se dice democrático niegue el derecho de réplica y, a pesar de que hasta hace poco se decía víctima de calumnias, caiga de manera tan burda en ellas y practique la desinformación dolosa. De pronto, parece como que el adversario principal de este sector intransigente del pejismo son los chuchos y que sólo cuestionan a Peña Nieto por no dejar; que se preocupan más por lo que sucederá después de la elección que por tratar de ganarla, lo que sería una gran irresponsabilidad si se toma en cuenta el riesgo de que el PRI regrese a Los Pinos y obtenga la mayoría en ambas Cámaras, así como la inminencia de una batalla cerrada por el Distrito Federal.

El 2012 será arduo y difícil para la izquierda, y eso le exige altura de miras. Continuar la lucha facciosa en tiempos electorales raya en el suicidio y evidencia que algunos no se han dado cuenta del proceso de autodestrucción en el que cayeron. Es evidente que el odio ciega, aunque pretendan disfrazarlo con su opuesto. Difícil pensar que cambien los fanáticos, pero si su líder no los consecuenta espero que los ponga en orden. Lo que se juega es mucho y muy valioso.

Sígueme en twitter: @ferbelaunzaran

6 comentarios:

Jose_R_YR dijo...

De acuerdo con el artículo. AMLO y sus fundamentalistas pasaron de pelígro para México a solo para la izquierda. Lamentable.

Anónimo dijo...

Que hay de las miles de peregrinaciones que hay cada año, en todo el país, por los últimos años?

Que hay de las personas que llegan a tu casa a tratar de convertirte? o apreguntarte si "cres que la violencia algún día acabará?

Entonces antes no era perfectamente legal, porque muchas sólo piden permiso a la Secretaría de Tránsito para cerrar calles un día por logística.....

Y que hay del derecho del artículo 24, durante los primeros 15 años de vida?

Antes del primer año de vida, el BATIZO.

Antes de los 8 años, la confesión constante y la Primera Comunión.

Antes de los 15 años, el Catecismo......

Te pregúnto mi amigo, dónde estaba mi derecho a la libre creencia o libre culto los primeros 15 años?

No es una violación fragante y absurda del artículo 24 por más de 150 años?

Pregúnto, no acuso.


Saludos!

Anónimo dijo...

"Bautizo" me equivoqué por la prisa ejejje

Aguachile dijo...

Excelente artículo. Tambíen me preocupa a mi muchísimo la actitud sumamente sectaria de La Jornada. Que lástima que muy poco queda de de este, en otra época, destacado periódico. http://aguachile.blogspot.com/2011/12/art-24-reform-everyones-going-overboard.html

Saludos

Rodolfo Plata dijo...

JAQUE MATE A LA DOCTRINA JUDAIZANTE DE LA IGLESIA QUE HA CONVERTIDO AL CRISTIANISMO EN RELIGIÓN BASURA. El análisis racional de los elementos que integran la triada pre-teológica judeo cristiana (la descripción neutra del fenómeno espiritual, su explicación y su aplicación), nos permite criticar objetivamente el profetismo judío y la cristología de San Pablo que fundamentan la doctrina judaizante de la Iglesia; y visualizar: 1) que las directrices de los ancestros de Israel (patriarcas, profetas, reyes y jueces) contenidas en el Antiguo Testamento, son opuestas a las enseñanzas de Cristo, ya que en lugar de promover el amor misericordioso y la hermandad universal, promueven el racismo, el despojo, el sometimiento y/o exterminio de los pueblos no judíos; 2) la omisión capital que cometió Pablo en sus epístolas al mutilar al cristianismo de la doctrina de la trascendencia humana (instruida e ilustrada por Cristo) que se alcanza practicando las virtudes opuestas a nuestros defectos hasta adquirir el perfil de humanidad perfecta (cero defectos), dándonos acceso a las potencialidades del espíritu a medida que nos vamos desarrollando espiritualmente; 3) la urgente necesidad de formular un cristianismo laico enmarcado en la doctrina y la teoría de la trascendencia humana (sustentada por filósofos y místicos, y su veracidad comprobada por la trascendencia humana de Cristo); a fin de afrontar con éxito: “el ateismo, el islamismo, el judaísmo, el nihilismo, la nueva Era y la modernidad”, que amenazan con sofocar al cristianismo y la espiritualidad. http://es.scribd.com/doc/73946749/Jaque-Mate-a-La-Doctrina-Judaizante-de-La-Iglesia

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