Fernando Belaunzarán
Las palabras faltan y sobran. ¿Cómo expresar el horror de una tragedia de dimensiones incalculables en una nación de por sí pobre e históricamente desafortunada? ¿Qué caso tiene decir otra vez lo evidente, reiterar lo constatable en cada imagen, en cada testimonio, en cada declaración? En Haití, las entrañas del horror se han vuelto lugares comunes, de tal suerte que parece que todo se ha dicho y que, sin embargo, lo dicho se ha quedado corto. La comunidad internacional fue sacudida por el Apocalipsis caribeño y toda ayuda posible es tan indispensable como insuficiente. Y es que no sólo se debe empezar (casi) de cero sino que además debe hacerse en un entorno por completo adverso. Pero por lo mismo, Haití es hoy la ruina, pero también la esperanza de la humanidad.
Desde siempre, el sino de Haití ha sido la crueldad y la injusticia. Los indígenas nativos fueron exterminados y sustituidos mediante el comercio de esclavos. Durante el siglo XVII los franceses se apoderaron del territorio occidental de La Española, isla “descubierta” por Cristóbal Colón, y en 1697 le fue reconocida esa parte como colonia propia, la cual, por cierto, basaba su riqueza en el cultivo de la caña de azúcar. La explotación de los esclavos era a tal grado inhumana que la vida promedio de cada uno de ellos se estimaba en 7 años, razón por la cual debían ser remplazados por nuevos “cargamentos” procedentes de África. Más del 95% de la población haitiana tiene ese origen.
Las raíces africanas han marcado sin duda la historia de Haití. El sacerdote vudú Bouckman inició la rebelión de los esclavos durante una ceremonia religiosa y de inicio, como era obvio, se planteó la abolición de la esclavitud. El héroe Toussaint Louverture que se enfrentó con valentía a franceses, españoles e ingleses fue capturado por el ejército enviado por Napoleón –a cargo, por cierto, de su cuñado Leclerc- para sofocar la insurrección y murió en una prisión europea. Una de tantas paradojas históricas es que las fuerzas armadas nacidas de la revolución francesa que se planteaba llevar la libertad, igualdad, fraternidad al resto de Europa se sostenían en buena parte por el comercio de esclavos y los recursos de las colonias francesas conseguidos mediante la sobreexplotación de aquellos. El caso es que fue a otro al que le tocó proclamar la independencia: Jean Jaques Dessalines en 1804. Un par de años después, este personaje se proclamó emperador (Jacobo I) e impuso el trabajo forzado (un eufemismo de esclavitud). Sus excesos llevaron a dos de sus compañeros de armas a asesinarlo, pero luego éstos dos, Alexandré Petion y Henri Cristophe, se pelearon por el control del país, quedando el segundo con el control de la región norte.
Si bien Petion creía en un principio en la democracia constitucional luego cayó en la dictadura. Por cierto, éste ayudó a Simón Bolivar en su exilio y lo aprovisionó para volver al continente a hacer la guerra a cambio sólo de que se comprometiera con la abolición de la esclavitud. Por desgracia, el Libertador de América se olvidó del apoyo recibido y después no quiso reconocer a Haití como nación independiente para no pelearse con las potencias europeas, pues Francia puso como indemnización la cifra de 90 millones de francos para aceptar la independencia de su ex colonia, deuda externa que con grandes sacrificios tuvieron que pagar los haitianos durante décadas. Por su parte, Christophe se hizo nombrar rey (Enrique I) con todo y nobleza para luego suicidarse. Dos libros de Alejo Carpentier, “Los pasos perdidos” y “El reino de este mundo”, expresan esa extraña dialéctica del que lucha contra la crueldad de los opresores para luego convertirse en un opresor cruel, del que se mimetiza fársicamente con lo que en algún momento combatió.
Los primeros años establecieron el rumbo del país independiente de América Latina con el agravante de una pobreza endémica, en virtud de que la sobreexplotación redujo dramáticamente los cultivos de caña. República Dominicana se independizó más bien de Haití que de España en 1844, debiéndole a aquel la abolición de la esclavitud. Pero esa parte de la isla conocida durante un tiempo como la Haití Española, a partir de ese momento construyó su propia historia, con sus propios dictadores. En lo que fue la colonia francesa hubo mucho menos mestizaje y la población de raza negra es totalmente dominante. No podía faltar la invasión norteamericana que -como si hiciera falta y alguien les creyera- pretextó la anarquía del país y se prolongó por casi 20 años (de 1915 a 1934) y tuvo como herencia la propiedad de extranjeros sobre cultivos, haciendas y playas.
En 1957 llegó al poder otro sujeto sanguinario, muy afín a las prácticas del vudú, el, cual presumía de ser revolucionario, pero no era más que un dictador corrupto y sin escrúpulos: Francois Duvalier, mejor conocido como “Papa Doc”. Sólo la muerte pudo apartarlo del poder, pero sólo para heredarlo a su hijo Jean-Clude, “Baby Doc”, que fue tan desalmado como el padre. Contaba con un temido cuerpo entre policiaco, militar y paramilitar llamado “Tonton Macouttes” que actuaban con total impunidad. Fue hasta 1986 que se acabó con la dictadura del pequeño Duvalier, el cual vive inmensamente rico y sin remordimientos en Francia, la cual lo protegió desde que cayó en desgracia. La junta militar que le siguió tuvo una vida efímera y se dieron las primeras elecciones democráticas en la historia de Haití en 1990, las cuales fueron ganadas por el sacerdote católico y portavoz de la Teología de la Liberación, Jean Bertrand Aristide, quien había encabezado un vigoroso movimiento social llamado “Lava-las” que significa avalancha.
Aristide fue derrocado un año después por un gorila de triste memoria, Raoul Cedrás, y regresado al poder gracaias a la intervención de las fuerzas armadas norteamericanas en 1994. Su gobierno de ese entonces y el que se dio de 2000 a 2004 estuvo muy lejos de cumplir las expectativas y la corrupción siguió siendo escandalosa. El actual presidente, René Preval, fue un antiguo aliado de Aristide y, como es obvio, está totalmente rebasado por la emergencia. De por sí la ONU, desde mucho antes del terremoto, estaba jugando un papel importante para restablecer cierto orden institucional en el país y, para ello, se había nombrado a William Clinton como enviado especial. Tras los recientes acontecimientos el de por sí endeble Estado ahitiano, para fines prácticos, no existe.
Como el ejército de Haití fue disuelto para evitar los recurrentes golpes militares y la policía es insuficiente y se encuentra completamente rebasada, se necesitan soldados de otras naciones para garantizar el orden y la seguridad, así como el correcto reparto de la ayuda internacional. Lo ideal es que esa labor la desempeñen los cascos azules de la ONU, que por cierto ya se encontraban ahí aunque en un número muy por debajo de las necesidades actuales dadas las circunstancias. Genera suspicacia y remueve malos recuerdos que sean los marines norteamericanos los que se estén haciendo cargo de la situación y multiplicando su número. Esperemos que sea una medida temporal y transitoria de breve duración que permita a las brigadas humanitarias y de rescate hacer su trabajo en estos momentos de apremio y luego dejen su lugar a los soldados de las Naciones Unidas. Entre más rápido mejor.
A la de por sí histórica falta de estabilidad, constantes recaídas en la dictadura y una pobreza lacerante y extendida ahora se vino a sumar otra desventura, pero está, a diferencia de las otras, no se le puede achacar a los hombres. La catástrofe natural golpeó de manera contundente. A la tragedia histórica de siglos se le unió la tragedia de la tierra. Para muchos de los que nos marcó el terremoto de 1985 y recordamos esos momentos de zozobra, dolor e impotencia como extremos y desgarradores nos es espeluznante imaginar que se quedaron muy cortos a comparación de lo que esta viviendo hoy el pueblo haitiano. Las cifras de muertos, heridos y damnificados es relación con los habitantes del país parecen inconcebibles. A final de cuentas, todo indica que el número inicial de 100 mil muertos va a ser rebasado por varias decenas de miles más. La falta de infraestructura y los daños a lo poco que había complica la repartición de la ayuda y los estallidos, los saqueos, la violencia y los linchamientos hicieron su aparición. Es apenas el comienzo de un largo caminar.
Pero es ahí, en medio de la desolación y el horror, tan pequeña como estaba en la Caja de Pandora, donde se encuentra la esperanza. La reconstrucción es una oportunidad, no sólo para la nación haitiana sino también para la comunidad internacional, de hacer las cosas de otra manera y salir del círculo vicioso de pobreza-autoritarismo-caos. Un país devastado solo puede renacer. Será un nuevo inicio en el que esperemos se aprenda de la historia y se creen condiciones para que crezca económicamente, la riqueza se distribuya de mucho mejor manera y haya educación de calidad con amplia cobertura para niños y jóvenes. Si bien serán los haitianos los que deben tomar en sus manos sus futuro, en estos momentos la humanidad en su conjunto tiene una responsabilidad que no puede rehuir. En Haití todos estamos a prueba.
De paso…
Falso dilema. Acorde a la razón binaria que últimamente nos persigue, se nos dice que en la guerra contra las drogas sólo hay dos opciones: o se continúa la errática y dolorosa estrategia del gobierno federal que ha aumentado exponencialmente la violencia y las ejecuciones o se negocia con las bandas una “pax narca”. Ahora sí que la ley de Herodes. Pero entre estas dos opciones extremas e indeseables, existe una estrategia alternativa para combatir con mayor éxito al narcotráfico, más inteligente y menos demagógica. Los capos de la droga son tan fuertes como sus ingresos y mientras siga siendo el mejor negocio del mundo el capitalismo los va a seguir premiando y al que capturen o maten será remplazado por otro igual o peor. Por eso sería alentador que en lugar de propiciar la guerra callejera y hacer del país un inmenso capo de batalla, se privilegien, en mi opinión, cuatro puntos: 1- Mejor inteligencia para detectar los flujos económicos del crimen organizado, combatir el lavado de dinero y contar con una legislación que facilite la intervención de las cuentas de los narcotraficantes; 2- Regulación de la producción, distribución y venta de las drogas blandas que mayores utilidades generen; 3- Abrir la puerta para favorecer el tránsito del negocio ilícito al legal, para que éste sea fiscalizado, pague impuestos, sea ordenado por el Estado y cumpla la normatividad. En Estados Unidos los que cruzaron esa puerta crearon, entre otras cosas, Las Vegas. 4- Gastar mucho más en educación, prevención y tratamiento contra las adicciones y mucho menos en armas. Para llevar a cabo estos puntos no se necesita ninguna mesa de negociación entre el gobierno y el narco… La consulta anunciada del PAN sobre las bodas gay y la posibilidad de que las parejas homosexuales puedan adoptar niños es un despropósito y sólo muestra la sumisión de ese partido a los sectores más conservadores. Una ley no es inconstitucional porque la mayoría de la población no la apruebe. Pero, peor aún, los derechos de las personas no pueden estar sujetos a los prejuicios de una sociedad. Si en una encuesta, en el país que fuera, resultará que las mujeres no deberían tener el derecho al voto, de cualquier manera sería una atrocidad quitárselos. El “gran argumento” de que los niños adoptados por homosexuales sufrirían burlas en la escuela es completamente pueril. Los niños se burlan de los gordos, de los flacos, de los chaparros, de los altos, de los lentos, de los tontos, de los que no saben pelear, de los pobres, de los aplicados, de los consentidos del profesor, de los de mamás bonitas o feas, de los que no se visten a la moda, etc. Y la gran mayoría sale adelante a pesar de la adversidad. Pero más importante, si algún avance cultural necesitamos en el país es inocular desde los niños la tolerancia a la diversidad, el rechazo a cualquier forma de discriminación. Y para eso es la educación, ¿o no?... La decisión de la Secretaría de Gobernación de excluir a la comisión conocida como de “los notables” en las pláticas con el SME demuestra que siguen predominando los rudos en el gobierno. De cualquier forma hicieron bien los trabajadores al asistir al diálogo propuesto… Alerta roja: en Chile regresan al gobierno los pinochetisitas. El multimillonario Sebastián Piñera se alzó con el triunfo no obstante la enorme popularidad y buena calificación que los chilenos dan a Michelle Bachelette. Tiene razón José Mújica, el que fuera combatiente Tupamaro y ahora es el presidente electo de Uruguay: El sectarismo de izquierda le abrió el paso al retorno de la derecha autoritaria. Sólo espero que no tengamos que decir lo mismo en México si regresa el PRI a “Los Pinos” –digo esto sin comparar al partido del viejo régimen con Pinochet, lo que sería totalmente desproporcionado. El punto es que el “purismo” de los “congruentes” suele ser muy dañino en las urnas… El poder que hoy detentan los gobernadores es similar en su ámbito al que antes detentaba el presidente de la república, pero es mucho más pernicioso, pues lo que predomina es la visión fragmentada, el interés parcial y no hay posibilidad que impere una mirada que abarque el conjunto. Por desgracia Calderón en su propuesta dejó intacto el poder omnímodo de los gobernadores y es evidente que el PRI no va a atentar contra las prerrogativas de sus nuevos dueños. De ahí mi escepticismo de que en verdad se pueda avanzar hacia recuperar la ruta de la transición democrática con esta reforma… La idea de que un candidato ciudadano con las características de Juan Ramón de la Fuente o José Woldenberg pueda encabezar a la opción de izquierda en el 2012 crece. Para muchos es incluso la única esperanza que ven para impedir una toma de posesión en medio de una boda televisada en la basílica de Guadalupe. Para quienes estaban pensando en la abstención o anular su voto, si esa posibilidad se concreta, ya tendrían una opción en la boleta que los puede entusiasmar… Bret Favre, apoyado por una sólida defensa, acabó con el sueño de los Vaqueros de Dallas de ir al Super Bowl en Miami de manera contundente. El veterano mariscal de campo se convirtió en el pasador más viejo en ganar un juego de post temporada y lo hizo completando cuatro pases para anotación. Para llegar al gran juego necesita que sus Vikingos derroten a los Santos de Nueva Orleáns a domicilio. Si lo logra seguirá haciendo historia… La gran sorpresa la dieron los Jets de Nueva York que son comandados por un novato de origen mexicano Mark Sánchez que sin ser espectacular cumple muy bien su trabajo. Con un sólido ataque terrestre y la mejor defensa de la liga vencieron a los Cargadores de San Diego, equipo que tenía sólidas posibilidades de salir campeón. Hay que decir que los neoyorkinos tuvieron la valiosa ayuda del pateador de los californianos, el cual falló tres goles de campo, dos de ellos muy fáciles -de seguro ya está buscando dónde mudarse… El “escandaloso” video “erótico” de la mama de Lucero es de una flojera absoluta. Si alguien se prende con eso, mis respetos. ¡Vaya qué poco se entusiasman los periodistas de espectáculos!... Y, claro, que ganas de joder la intimidad… Y los que gustan de las actuaciones magistrales no se pueden perder la Pastorela Unipersonal de Verano titulada “Por qué no te callas”, esterilizada por la gran actriz Leticia Pedrajo –que, por cierto, acaba de cumplir 20 años en los escenarios-, y que se presenta los domingos en el “Cabaretito Neón” de la Plaza del Ángel en Londres 161 esquina con Génova. Es un bar gay, pero no discriminan. No hay cover…
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