martes, 8 de julio de 2008

20 AÑOS DEL 6 DE JULIO

7 de julio de 2008


Fernando Belaunzarán


En 1988 la izquierda nunca tuvo la elección en la bolsa. Contra todos los obstáculos y adversidades imaginables e inimaginables, el movimiento democratizador más importante en la historia del país se abrió paso desafiando a un sistema omnímodo, autoritario y corrupto que hizo todo por aplastarlo. En aquellos tiempos, la autoridad electoral dependía directamente del gobierno federal; el PRI tenía mayoría absoluta en el órgano colegiado e imponía todas sus decisiones. Además, ese partido gobernaba los 31 estados de la república, el Distrito Federal y más del 95% de los municipios del país. Los medios de comunicación estaban subordinados al poder del Estado y no se preocupaban por cuidar las formas. La cobertura informativa era descaradamente desequilibrada y facciosa y, por lo mismo, la guerra sucia no se distinguía del resto de los mensajes porque era cotidiana y permanente. Eran otros tiempos y ser oposición implicaba riesgos a la libertad e incluso a la vida. Las libertades y reformas democráticas que vinieron después le deben mucho a ese 6 de julio de 1988, día de la insurrección cívica que cimbró al partido de Estado y lo resquebrajó de manera irreversible.

1988 es inseparable de Cuauhtémoc Cárdenas, el hombre que encabezó la ruptura en el PRI, generó alrededor de él una insólita unidad entre las fuerzas de izquierda más diversas, contrarió las políticas económicas neoliberales y defendió la tradición nacionalista y popular de la revolución mexicana. Su popularidad no fue resultado de la obra de gobierno, aunque fue Gobernador de Michoacán. Sin duda le ayudó ser hijo y heredero político de su padre, El General Lázaro Cárdenas, el ex presidente más entrañable para los mexicanos, pero su magnetismo se debió también a la entereza, sencillez y franqueza con la que enfrentó la desigual lucha contra el régimen priísta y se relacionó con el pueblo mexicano. La empatía que generó con millones de personas era notable, aunque peculiar.

El gesto adusto y serio y la falta de elocuencia no lesionaban su aura ni interferían con la comunicación subterránea, mágica, casi mística, que mantenía con amplios sectores, no sólo marginados sino también de la clase media y la intelectualidad. La devoción no fue fortuita. Al ingeniero Cárdenas, a pesar de no tener dotes de orador, se le escuchaba con atención porque sabía escuchar y transmitir confianza.

No era la perspectiva de ser beneficiarios de programas sociales lo que la gente veía en él sino al único que podía enfrentar y vencer al PRI y conformar un gobierno nacionalista y popular que revirtiera los efectos de la crisis. La gente se identificó con “El hijo del general” porque era el que mejor representaba el deseo de cambio al tiempo que rememoraba al Estado benefactor ya desmantelado. Era también el centro de un juego de símbolos de larga tradición: el padre bueno, el caudillo que enfrenta a los poderosos para beneficio de los desprotegidos, el hombre valiente que está dispuesto a correr los riesgos para traer a estas tierras ese valor encarecido llamado Justicia. Muchas circunstancias, mucha historia, muchas creencias, mucha desesperación confluyeron para ese momento único de la historia nacional.

Eran los tiempos de las elecciones de Estado como parte de la identidad nacional y no existía ningún contrapeso o equilibrio institucional para detener excesos. La intervención facciosa de los gobiernos priístas era una normalidad política que rehusaba ser revisada.

En aquel entonces los partidos fueron rebasados por el movimiento y las condiciones para competir eran muy limitadas. Cuahutémoc hubiera querido contar con el partido que en el 2006 fue despreciado y hecho a un lado –por eso lo conformó un año después. Por supuesto, también con los tiempos en radio y televisión o con la cobertura informativa que existieron en el último proceso. Sobra decir que no había recursos para pagar brigadas o activistas que promovieran el voto o quisieran sumarse a la estructura electoral, ya no digamos los 400 millones de pesos que hace dos años se destinaron para sostener estructuras virtuales. En 1988 el trabajo era básicamente voluntario y los riesgos de represión tan reales que fueron hostigados y detenidos activistas en distintos lugares del país y gente cercana al candidato, Francisco Javier Ovando y Román Gil Heráldez, fue incluso asesinada. Todavía vivía esa momia tenebrosa de nombre Fidel Velásquez que ante dichos crímenes escupió una estampa macabra del viejo régimen: “fue un pleito de cantina”. Después de esos muertos seguirían quinientos más en el sexenio y antes de que el PRD gobernara su primera entidad tuvo que resistir, con Cuauhtémoc Cárdenas a la cabeza, todo el peso del sistema, pues Carlos Salinas estaba obsesionado con destruirlo.

En 1988 los medios no fabricaron un candidato para después asustarse de su obra y combatirla. La imagen de Cuahutémoc no fue obra del presupuesto público ni tuvo acuerdos con las televisoras para difundir favorablemente sus dichos y hechos. Los grandes poderes fácticos tampoco coquetearon con él ni lo promovieron como una posibilidad para gobernar. Al contrario, resistió y se fortaleció al castigo desde el primer momento, desde antes de salir del PRI. Se arriesgó a entrar en la UNAM para hacer un mitin contra la oposición manifiesta y activa del gobierno federal y de las autoridades universitarias que respondían a los intereses priísta y no se arredró a pesar de que la intervención gubernamental fue grosera y prepotente y el linchamiento político y mediático contra el neocardenismo no tuvo pudor alguno.

A diferencia del 2006, el fraude fue descarado y las huellas del mismo quedaron por todas partes. Por supuesto, eso no minimiza todas las inequidades, mañas y trampas que se hicieron para evitar el triunfo de Andrés Manuel López Obrador. El fraude, sea sutil o sea burdo, no deja de serlo. Pero hace veinte años, ¿cuánto habría dado la izquierda por tener las condiciones que tuvo en la última elección presidencial? Estoy cierto que no hubiera permitido que se escamoteara su triunfo, menos aún habiéndolo tenido en el bolsillo.


De paso…

¡Bravo! No tengo la menor simpatía por Álvaro Uribe, pero me alegra y conmueve la liberación de Ingrid Betancourt y demás secuestrados a tal grado que considero que no debe escamotearsele el mérito del rescate, así no haya sido ejecutado como el guión de película holliwoodense que nos contaron. Las FARC están en descomposición y justamente repudiadas dentro y fuera de Colombia por utilizar métodos deleznables que desmienten cualquier buena causa que digan sostener. Lo único que les queda es liberar a todos los secuestrados que tienen y hacerle caso a Hugo Chávez, pues en eso tiene razón: deben desarmarse y acordar la paz… Los informes sobre el caso News Divine esperamos que sirvan para que la sociedad sepa exactamente qué pasó, por qué pasó y quiénes son los responsables. De seguro Marcelo Ebrard actuará en consecuencia y honrará su compromiso de que no habrá impunidad. No resisto, sin embargo, a hacer una exigencia como miembro de la dirección nacional del PRD y en concordancia con la historia, los postulados y principios de mi partido: ¡Basta de perseguir a los jóvenes por divertirse! ¡Ni una razzia, redada o apañón más!... Preocupa leer a viejos militantes de izquierda convertidos en periodistas del oficialismo reproducir argumentos que normalmente usan los conservadores para exculpar a los policías de sus excesos contra los jóvenes. Ahora resulta que escandalizan de cómo éstos se divierten y hay quién casi se santigua mientras relata en forma melodramática que en el News Divine regalaban cerveza a “los casi niños” que se quitaran una prenda mientras bailaban en una jaula. ¡Qué horror! ¡A lo que hemos llegado! ¡Virgen Santa!... Por cierto, ¿no sería una buena idea y a la vez una buena señal que sean jóvenes los que implementen las políticas públicas para ese sector en la capital del país? ¿Alguien se imagina a un hombre al frente del Instituto de la Mujer? Y es que existen dudas de por qué en director del Instituto de la Juventud capitalino no ha dicho está boca es mía ante los lamentables hechos en la Delegación Gustavo A. Madero: A) Porque estaba escogiendo dentadura postiza, B) Porque le molestaba la artritis, C) Porque no se decidía sobre el color del tinte para cubrirse las canas. Aclaro que no estoy pidiendo que nadie entre a las estadísticas del desempleo -al fin y al cabo, según ha trascendido, hay plazas disponibles en la policía… Buenas cuentas entrega el Presidente Nacional del PRD, Guadalupe Acosta Naranjo, de las elecciones en Nayarit. De no gobernar ningún municipio ahora el perredismo gobernará cuatro y además logró la victoria en tres distritos locales…Ya sabremos pronto quién ganó la elección en el PRD, según la Comisión Nacional de Garantías. Crucemos los dedos para que no triunfe ni la impunidad ni el veto…

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Primeramente te envio un cordial saludo y espero que mi comentario no este fuera de lugar. Es que en dias pasados me meti a la pagina de formacion politica del PRD y vi que se tenía un proyecto de formadores politicos solo que cuando intente ingresar en el link, la pagina no se habría. Quisiera saber si esta "convocatoria" de formadores politicos sigue abierta o ya se termino. Espero contar con una pronta respuesta y de antemano agradezco tu atención. Mi correo para que me puedas mandar esta información es : yayo2001@hotmail.com.
Atte.
Jair Villagran Hernadez

Anónimo dijo...

Fer:

Me gustó tu artículo y me gustaría comentarte algunos puntos que me parecen los mejores.

Dejame decirte que aunque no venga mucho al caso Fidel Velázquez efectivamente era una momia!

Pero bueno, ya entrando al punto estoy completamente de acuerdo en la descripción que haces de Cárdenas. El hombre era un gran líder y un hombre sobre todo conocedor y buen candidato, aunque no coincido contigo en un punto. Yo pienso que tal vez pudo haber hecho un poco más por defender su triunfo ya que era evidente, de hecho más evidente que el fraude acontecido en 2006.

Hablando del fraude 2006, ya hemos discutido mucho que la forma de ser de AMLO influyó mucho para que pasara lo que paso con la elección. Esa actitud altanera y egoista no permitió que el partido le brindara el apoyo tan necesario para poder ganar (ese es mi punto de vista), y claro no podemos olvidar que todo el sistema electoral (IFE, empresarios, iglesia) no estaba de acuerdo con su preferencia de defender a los pobres. Aunque ya pensandolo, realmente tenía como objetivo defenderlos?

Totalmente de acuerdo contigo. Los partidos y el país deberían brindar más espacio a la actividad juvenil. Sería muy bueno para todos que como tu mencionas algunos fueran capaces de participar con ideas o políticas públicas.

Anónimo dijo...

Fernando, por casualidad, ha llegado hasta mi su dirección de blog, al respecto permitame comentarle:
1.- No encuentro sentido a la exaltación desmedida del "hijo del general", ni de lo que representó, creo que uno de los principales problemas de la falsa izquierda que padece México, es precisamente esa nostalgia y negación a dejar ir el pasado, la gente cuando no ve hacia el frente o no camina o se tropieza.
2.- Elogio en boca propia es vituperio.
3.- En relación al supuesto fraude de 2006 que no se cansan de tratar de vender, pero que de ninguna manera han podido comprobar, creo que deben afrontar los errores estratégicos que cometieron, por favor contesteme, por qué retrasaron el computo de votos en algunos estados del Bajío, por qué comenzarón a impugnar casillas cuándo el resultado comenzó a ser contrario a sus intereses, por qué hicieron una solicitud de conteo que sabían perfectamente que en acato a la legalidad no era viable, y por último, por qué quejarse sólo de la elección presidencial, por qué su adversario no iba a tomar la oportunidad de actuar con contundencia y menguar también sus posibilidades legislativas, por qué los legisladores del FAP no le hicieron caso al "hoy día" senador Ricardo Monreal cuando solicitó que no tomarán protesta, por qué incluso él no fué firme con lo que pidió a todos.
Su conclusión es verdaderamente endeble, el hubiera no se conjuga y su artículo en general es bastante aburrido, alguien como usted, secretario de capacitación de la izquierda de este país debería de considerar mejores vías de impulsar e incentivar a quienes vienen detrás.
La izquierda, hoy día, necesita coherencia.

Saludos,

Rodrigo Astezán
rastezan@gmail.com

Anónimo dijo...

El articulo no es aburrido, es critico, realista y fresco.
Saludos.
Por cierto, como podria adquirir el nuevo libro Desde la izquierda...Herejias politicas, pero desde Guadalajara. Me interesa mucho.
miguelsolisher@hotmail.com