miércoles, 1 de septiembre de 2010

BARBARIE EN MEXICO

Fernando Belaunzarán

El horror en México ha superado a la imaginación. Los niveles de violencia y salvajismo escalan sin que nadie alcance a vislumbrar dónde está el techo. La estupefacción termina por ceder paso ante la costumbre que descubre que no es excepción sino regla, que la atroz desmesura forma parte de una estrategia compartida por bandas rivales que marcan su territorio y buscan imponerse por la fuerza. En esa enferma e interminable espiral de barbarie en la que estamos inmersos, se han vuelto cotidianas las ejecuciones masivas, el asesinato caprichoso, la terrible saña que día a día encuentra como superarse a sí misma y en la que en vano se podría buscar una mínima dosis de humanidad. Hoy, la muerte gratuita, absurda, enloquecida forma parte del paisaje mexicano.

Es en ese contexto en que se da la masacre de los 72 migrantes en Tamaulipas. La noticia sacudió al país y al mundo. No se trató de un ajuste de cuentas y tal acción no les redituó ganancia económica alguna. Acabaron con sus vidas como si se tratara de una guerra de exterminio, como si matar fuera más fácil, más sencillo, más natural que dejarlos seguir con sus vidas, las cuales, por cierto, no obstaculizaban sus negocios. La muerte como única alternativa al incumplimiento de su voluntad. Didáctica del terror.

Si de algo debe servir la capacidad de indignación que todavía conservamos es para lograr un punto de quiebre. Es inadmisible lo que está sucediendo en los estados fronterizos –unos más, otros menos- en los que las instituciones, leyes y autoridades son rebasadas, cooptadas o sometidas por el crimen. Igualmente inadmisible es el maltrato que sufren los migrantes centro y sudamericanos en su paso por México y. peor aún, que sean botín de organizaciones criminales con las que corren ya no sólo el riesgo de vejaciones a los que son propensos con las autoridades migratorias sino a ser muertos e incluso sus cuerpos destazados si son secuestrados y no pagan el rescate. O, como vimos, pueden ser rociados de balas nomás porque se les da la gana a criminales desalmados y a quienes la acción del Estado los tiene prácticamente sin cuidado.

Los actos terroristas del 11 de septiembre de 2001 trajeron consigo mucho más vigilancia de los Estados Unidos con la frontera con México. Eso obligó a juntar las rutas de tráfico de indocumentados con las que utiliza el narcotráfico. Así nacen los llamados “narcopolleros” que además aprovecharon la situación para incursionar en la trata de personas, pues nadie es más vulnerable que un migrante, más aún si además se es mujer y no se diga si se es niña o niño. A esa situación desventajosa para los migrantes hay que sumarle el negocio del secuestro que se practica para extorsionar a los familiares que viven en Estados Unidos y que en muchas ocasiones acaba en tragedia si no se paga el rescate o aún haciéndolo. Están a merced de asesinos sin escrúpulos.

México está obligado a actuar. La comunidad internacional se lo va a demandar y estará atenta al desarrollo de los acontecimientos. Hacerlo implica identificar y desmantelar las redes de corrupción que existen en las autoridades de migración, las cuales toman parte del negocio a favor de los victimarios. Pronto debe haber resultados claros y contundentes de las investigaciones y los agresores identificados y capturados. No hacerlo así le quitará autoridad moral a México para inconformarse, no con la Ley Arizona que es muy distinta, sino incluso cono los “minuteman” que cazan inmigrantes en ese estado y que se asemeja más a lo acontecido en Tamaulipas.

Violencia y combate al narcotráfico han hecho una simbiosis en los últimos años que resulta difícil separar. La estrategia antinarco del gobierno federal que se ha centrado en atacar los efectos y no las causas, privilegiando el aspecto punitivo sobre la prevención y sin tocar prácticamente los factores de los negocios del crimen, lejos de haber contribuido a disminuir la violencia, alentó su desborde, lo que aunado a la ineptitud, omisión o, quizás, connivencia de gobiernos estatales y municipales ha generado que en algunas zonas del país, el Estado se muestre impotente y se sienta la fuerza de un poder paralelo que responde a los intereses de “la industria de lo ilícito”.

El papel fundamental del Estado es proteger a los ciudadanos y, por lo mismo, resultan inaceptables los vacíos llenados por la delincuencia en esas partes del país y que mantienen en la zozobra a cientos de miles de mexicanos. Si el caciquismo que se generó como subproducto de una transición inconclusa ha sido pernicioso para el país, lo es aún peor cuando esos nuevos señores feudales no tienen los hilos de nada y en el mejor de los casos son simples adornos que encabezan a un poder que no es tal, que son la imagen más patética de la impotencia. Ese es el caso de Chihuahua, Nuevo León y, por supuesto, Tamaulipas.

En la misma semana en la que ocurrió y se descubrió la masacre de los 72 migrantes, y a pesar de las implicaciones internacionales del caso, ahí mismo en Tamaulipas asesinaron al Ministerio Público encargado del caso, pusieron un coche-bomba en Televisa, estallaron granadas en Reynosa y mataron al Presidente Municipal de Hidalgo, Marco Antonio Leal García. El crimen, que es el narco diversificado en muchas actividades ilícitas más, no sólo no se repliegue sino que escupe a la cara del Estado y de la opinión pública nacional e internacional, genuinamente conmocionada por el crimen masivo que se descubrió. Las balas no resolverán el problema, pero el reto también es militar y hay que responder en ese terreno. Lo otro sería mantener a miles de ciudadanos indefensos ante los caprichos de asesinos sin escrúpulos que imponen su voluntad a la fuerza.

Actuar con la fuerza para restablecer el Estado de Derecho en los lugares donde éste se ha perdido e impera el crimen desalmado y arbitrario, tal y como sucede en algunos lugares de la frontera, no debe llevar a la idea de profundizar una estrategia que ya fracasó. Hay que centrarse en golpear al negocio, en detectar sus redes financieras, en expropiarles sus bienes, en evitar complicidades, en legalizar, es decir, regular las drogas que más ganancias les generan. Si los delincuentes pueden retar al Estado e incluso dominar territorios es por su enorme poder económico.

Tenemos que dar otra batalla, sin duda más importante. En nuestra sociedad se crearon estas personas ajenas a cualquier consideración sobre la vida y la dignidad humanas. Los jóvenes que engrosan los escuadrones de sicarios o que forman parte de su inmenso ejército de reserva están ahí entre otras razones por la falta de perspectivas y la ausencia de valores humanistas en una realidad hostil, fría, aberrante. El odio que luego escupen de sus Cuernos de Chivo lo bebieron primero de su entorno. Hay una tarea civilizatoria pendiente e impostergable en la que todos debemos participar y en la que la escuela y los medios deben jugar un papel fundamental.

Se detuvo a uno de los personajes más sanguinarios del narco. Uno de los precursores del terror vuelto propaganda de guerra en la lucha de cárteles. Édgar Valdez Villareal, mejor conocido como La Barbie. Buena noticia que vale la pena aplaudir, pero que no nos debe llevar al engaño. La industria se sostiene con recursos y mientras siga siendo el mejor negocio del mundo encontrará como reemplazar a sus líderes y se generarán nuevos jefes, iguales o peores que los caídos que también tendrán sus historias, leyendas y mitos. No confundamos los síntomas con la enfermedad, las consecuencias con sus causas o la rabia con el perro. El problema seguirá; es hora de empezar a atacar su raíz.

De paso…

Fin. Obama cumple una de sus promesas de campaña más notorias al dar por concluida la misión que invadió y ocupó Irak. La operación “Libertad Irakí” ha terminado oficialmente y el retorno de tropas empezará de inmediato, si bien dejarán 50 mil para que capaciten a la policía y ejército del país “liberado” Lo que no podrán hacer es levantar el tiradero, pues más allá de que el pretexto -las armas de destrucción masiva- resultó falso, la situación doméstica y regional está mucho peor que cuando George W Bush decidió invadir. Por supuesto que Hussein era un dictador, pero no parece ser que lo que viene es la democracia. Muy probablemente sobrevenga una guerra civil y, por lo tanto, faltan muchas atrocidades por verse. Antes no había terroristas en Irak; ahora ya los hay. Esperemos que Estados Unidos aprenda la lección y no vuelva a asumir el rol de policía del mundo. Es preciso que mantenga el compromiso de la actual administración con el multilaterlismo… El PRI anda muy molesto, no obstante que sostiene que ganó el proceso electoral del 2010. La manera en como muestra su enojo es expresando su deseo de ser una oposición destructiva y obstaculizar los acuerdos. Está reaccionando exactamente igual que Andrés Manuel López Obrador tras la elección del 2006 y tiene la misma lógica que el mantenimiento de la estrategia fallida contra el narco por parte de Calderón. En todos los casos, las cuentas son facciosas, se piensa en la próxima elección y en cómo capitalizar crisis y endosar costos a los adversarios o bien en cuidar la imagen negándose a aceptar lo que no funcionó. El país es rehén del cálculo electoral. Por eso no avanzamos. Urge una propuesta distinta que rompa esa lógica perversa. Una opción ciudadana… Síganme en Twitter: @ferbelaunzaran

2 comentarios:

blogalifobico dijo...

La guerra en Iraq cumplió su cometido desde la perspectiva de EEUU. Vaya, fue un total exito. La intencion de fondo de EEUU no era restaurar la democracia, ni siquiera derrocar a Hussein. Ambas eran "valores agregados"... La verdadera intencion es que para fines geopoliticos, EEUU debia evitar la formacion de una "union" arabe en la region.

Tras los ataques de 11/s, Bin Laden pensó que el mundo árabe se uniria para expulsar a los intereses occidentales de la region, debilitandolos y usando la unica palanca que tienen en la economia moderna: el petroleo.

EEUU (y olvidemos por un momento a Bush, Obama, etc..) tiene como interes principal que NO haya otra potencia dominante. Mucho menos una sentada arriba de un recurso economico tan importante como el petroleo.

Y no porque EEUU compre mucho petroleo árabe: podria tener su demanda satisfecha con Canada, Mexico y Venezuela... sino porque cualquier variacion en su precio afecta de manera importante otras variables en su economia.

A EEUU le interesa que esa zona permanezca en caos: eso impide una verdadera union y una fuerza que les amenace en su seguridad y control geopolitico.

Unknown dijo...

Me parecio super interesante el anallisis que haces dobre la violencia que se esta dando en mexico, cada dia se pone peor y desgraciadamente y contra los que muchos piensan esa situacion no va a cambiar renuncie o no el presidente, o llegue otro al puesto. Se habla de pactar con los criminalles, pero eso para mi simplemente es seguir ayudando a que crezcan y terminen de apoderarse del pais, eso es algoo q no podemos permitir....dificil... muy dificil situacion para toos :(