Fernando Belaunzarán
Era de esperarse y a nadie sorprende la molestia de la Iglesia Católica respecto a los recientes fallos de la Suprema Corte reconociendo la constitucionalidad de los matrimonios entre personas del mismo sexo y el derecho de tales parejas a adoptar. Sin embargo, algunos de sus jerarcas han ido demasiado lejos, difamando, haciendo proselitismo, violando reiteradamente la ley e incluso llamando de manera abierta a la rebelión. Los ministros de culto gozan de libertad de expresión dentro de un marco normativo que establece ciertas restricciones que buscan salvaguardar al Estado laico. Pueden promover su moral particular, pero no imponerla al resto de la sociedad ni tampoco enfrentarse a las instituciones para lograr ese objetivo.
Mucho más grave que acusar sin pruebas a los miembros de la Suprema Corte de haber sido “maiceados” por Marcelo Ebrad o haber proferido el prosaico exabrupto discriminador –“¿quién de ustedes quiere ser adoptado por maricones?”- es el reto que Sandoval Íñiguez le está lanzando al Estado laico. Él y otros prelados están llamado a la grey católica a manifestarse públicamente contra la ley y la corte, contraviniendo con ello de manera flagrante lo establecido en el artículo 130 constitucional, inciso e): “ (los ministros)…Tampoco podrán en reunión pública, en actos del culto o de propaganda religiosa, ni en publicaciones de carácter religioso, oponerse a las leyes del país o a sus instituciones…”; lo cual también se consigna en el artículo 29 de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público.
El problema fundamental no son los excesos verbales de curas pintorescos que pierden la ecuanimidad al calor de una derrota jurídica, aunque tales dichos violen la ley y sea deseable que no prevalezca la impunidad y quede de manifiesto que la mitra no otorga canonjía alguna frente a los tribunales civiles. Lo que la polémica ha evidenciado es la no aceptación por parte de algunos prominentes miembros de la jerarquía católica de la separación entre el Estado y la Iglesia. La ofensiva que han emprendido, incluso desde el púlpito, tiene como objetivo explícito imponer su visión religiosa a las instituciones y leyes del país. Es decir, lo que buscan es contrariar al Estado laico.
Contra lo que algunos piensan, el Estado laico no es propiamente ateo, pues aunque no responde a ninguna religión es el soporte y la garantía de la libertad religiosa. Si en México se puede creer y rendirle culto a cualquier divinidad o no creer en ninguna es precisamente por esa característica. Al no haber religión oficial, todas tienen los mismos derechos y eso contribuye a que no haya discriminación sobre cualquiera de ellas. La moral se manda a donde corresponde, que es a la conciencia de los individuos para que en uso de su libertad decidan sin coacción sobre muchas cosas de su vida que el Estado no tiene por que resolver.
Los jerarcas rebeldes justifican su actitud en nombre de una supuesta “ley natural” y culpan a las “pasiones humanas” –que presumen no naturales- como las responsables de lo que interpretan como depravación de la sociedad. Ese discurso nos regresa siglos en la historia y es absolutamente miope ante una realidad incontrovertible: aceptada o perseguida, la homosexualidad siempre ha existido. Además, si la Iglesia nunca ha podido controlar a las demonizadas “pasiones humanas” en su interior, ¿cómo espera hacerlo en la sociedad? ¿O se contenta con mantener la doble moral, con sus placeres ocultos y la decencia aparente, pensando que lo peor de Maciel no es lo que hizo sino que se supiera?
La Suprema Corte de Justicia de la Nación cumplió con su papel de manera notable. Los Ministros no legislan ni tienen por qué manifestar su gusto o disgusto con las leyes en litigio. En este caso, resolvieron sobre la constitucionalidad del matrimonio entre personas del mismo sexo, sobre el derecho que tales parejas tienen de adoptar y el velar porque los derechos adquiridos por esa unión se salvaguarden en todo el territorio nacional. Con ello se asumió que las familias mexicanas son diversas, que no está establecida constitucionalmente un modelo de ésta y que debe predominar la garantía de la no discriminación que se encuentra en el artículo 1º de la Constitución –el trascendental logro de agregar esa parte en la Carta Magna pasó en su momento desapercibido, pues fue parte de las reformas que se hicieron en 2001 para atender los reclamos de los pueblos indígenas y que no satisficieron a los zapatistas.
Es importante señalar que se ha hecho un gran ruido por el tema de las adopciones, pero que ese aspecto de la legislación no fue modificado y las mismas personas tienen las mismas posibilidades para adoptar un niño ahora que antes de la reforma. La iglesia tomó como bandera algo que se puso a discusión por un error de algunos diputados de la ALDF que agregaron un candado en comisiones prohibiendo la adopción y que al quitarlo, por ser evidentemente inconstitucional, centró la polémica en el lugar inadecuado. No es fácil adoptar en DF y un juez determinará caso por caso la pertinencia de otorgarla en función de los derechos del niño. Sin embargo, me parece absurdo y un tanto desalmado que se prefiera que niñas o niños permanezcan huérfanos en lugar de ser adoptados por una pareja homosexual que les garantice educación, respeto y amor. Las no tan veladas insinuaciones de que tales adopciones pueden propiciar actos de pederastia, llaman a recordar que esa posibilidad también existe con parejas heterosexuales e incluso en internados religiosos.
Si bien es cierto que las reformas libertarias del DF tuvieron su origen en buena medida en la ALDF con legisladores como Enoé Uranga, Victor Hugo Círigo o Jorge Carlos Díaz Cuervo –lo mismo que en los colectivos de activistas de mujeres y de la diversidad sexual-, es indudable que Marcelo Ebrard las respaldó y asumió los costos de hacerlo, lo cual debe reconocerse, máxime cuando legislaciones mucho más descafeinadas fueron congeladas por su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, quien no quería pelearse con su entonces amigo, Norberto Rivera. Por cierto, el cambio de amistades no ha llevado a AMLO a manifestarse sobre tales temas o sobre el Estado laico, no obstante los virulentos ataques que la izquierda ha recibido y la flagrante violación a la Constitución por parte de algunos jerarcas de la Iglesia.
Defender con inteligencia el Estado laico requiere cuidar el lenguaje y los ánimos. La tolerancia que se exige a algunos miembros prominentes de la jerarquía católica que se han extralimitado hasta el grado de decir que tales leyes son más nocivas del narco, también debe expresarse hacia la Iglesia y sus miembros. En ese sentido, resulta contraproducente revivir expresiones del jacobinismo trasnochado. México pagó su cuota de sangre para separar la Iglesia del Estado y sería torpe regresar al siglo XIX. La mejor forma de fortalecer al Estado laico es aislar a los extremistas y sumar a lo que estoy seguro es una gran mayoría de gente, creyente o no, que está de acuerdo en mantener el pacto que deja claramente establecidos los ámbitos de Dios y del Cesar.
De paso…
Nuevo León. En la zona económica más importante del norte del país, el gobierno ha sido rebasado y a todas luces se ve que no tiene ningún control sobre la situación. Los narcos bloquean la los accesos a la capital, ajustan cuentan y se dan el lujo de escupirle en la cara al Estado. El asesinato del alcalde de Santiago, Edelmiro Cavazos, no se debe a que haya decidido no “alinearse” con el crimen. Antes que eso lo mataron porque pueden, porque tienen la fuerza, la logística, la influencia y la impunidad para hacerlo y seguir tan campantes. Mientras tanto, Rodrigo Medina es un gobernador de aparador… Barack Obama cumple su promesa de retirarse de Irak. Los Estados Unidos dejan un país en mucho peores condiciones que como lo encontraron no obstante la corrupta tiranía de Sadam Hussein. La región es ahora más inestable y le abrió las puertas al terrorismo fundamentalista. Me alegra la retirada de tropas norteamericanas y me alegraría más si, al menos, aprendieran la lección… Mucha gente está esperando con ansia que el ex rector Juan Ramón de la Fuente por fin se decida a construir una opción ciudadana que vuelva a entusiasmar a la sociedad con la idea del cambio… Felicidades a la muy guapa tapatía, Jimena Navarrete, por su triunfo en Miss Universo… Síganme en Twitter: @ferbelaunzaran
10 comentarios:
No creo q la moral deba ser impuesta y ninguna religión ya q como mencionas es un edo laico pero pensar q la moral debe de residir en cada individuo... No lo creo.
Como. Platicábamos el otro día, quieran o no esos niños van a ser víctimas de una discriminación terrible.
Luego q va a pasar si se le niega la adopción a una de esas parejas? Nos debemos preparar para mas marchas y plantones?
Fer tu tienes hijos... Se los darías?
Muy buena reflexión, te felicito. Comparto tu punto de vista. Desafortunadamente ésta decisión de la Corte junto con la de 2008 sobre interrupción legal del embarazo han servido de soporte para la Iglesia y sus seguidores para intentar imponer su moralidad a la colectividad, misma que ha sido apoyada, en el caso del derecho a decidir ya en 19 estados. Se amenaza con una reacción parecida contra los matrimonios homosexuales y sus familias, lo que me parece una pena.
Es terríble que sigamos librando batallas del siglo XV, en pleno XIX.
Mal de muchos consuelo de tontos: En EEUU no sólo eso, quieren que en las escuelas se ensene diseno inteligente...Ojalá la educación pública siga siendo laica.. veremos.
Saludos!
DioS!! quise decir en pleno siglo XXI, lapsus!!
Después de leer concienzudamente su escrito, puedo ver y percibir que hay cuestiones en que usted argumenta conforme a lo dicta la interpretación básica de la ley mexicana, no obstante, al mexclar asuntos como la pederastia en este tema tan delicado, asuntos en el cual no está involucrado el Cardenal al que usted hace referencia, me lleva a pensar que más que un texto u opinión en defensa del Estado Mexicano, lo suyo es un texto en contra, declarando enemistad, de la Iglesia Católica. Le recomiendo algo: cuando toque un tema en particular no agregue cuestiones que no se vinculan directamente con los personajes a quienes hace referencia, ni, mucho menos, haga una mezcla de asuntos que, siendo delicados en lo particular, son independientes por ubicarse en situaciones y contextos distinto.
Soy consciente de que a usted poco le importa lo que la jerarquía eclesiástica diga, ya que puedo afirmar que usted no es creyente, es más me aventuro a afirmar que es ateo; pero, teniendo en cuenta la libertad de expresión que existe en este país y de la que usted ha hablado, debería, como ya lo dijo en su escrito, atenerse a los cánones de la misma y respetar a alguien que piensa distinto de usted. Al fin y al cabo, usted cree tener una razón que no es compartida por el grueso de los mexicanos y, la jerarquía clerical defiende su razón que tampoco puede ser compartida por todos pero que, hablando en concreto, es la más aceptada en este país.
Me gustaría que, si lo que desea es defender el Estado Laico, hablara de la forma en que en México, a cualquier nivel, se utilizan tanto las fiestas del Calendario Litúrgico (si no sabe cuál es le recomiendo lo investigue)como las fechas importantes para el mismo con la intención de hacer "puente" o descansar o, simplemente, aprovecharse de una fe generalizada para obtener beneficio.
Bien, con esto me despido y le deseo que Dios lo ilumine y le bendiga, aunque si usted no le recibe en su corazón, poco puede hacer Él por usted.
Me gusta la reflexión lo único que primero se debería educar a la sociedad para aceptar y no discriminar a los niños que sean adoptados por matrimonios homosexuales. Felicidades
Solo hago un apunte rapidísimo, aquellos que mencionan que el problema con los niños adoptados por una pareja gay es que van a ser discriminados, les pregunto, ¿los niños que no son adoptados, no sufren de igual forma de una discriminación terrible, empezando por la indiferencia?
La mayoría de nosotros no se puede poner en los zapatos de un niño que vive en una casa hogar donde no siempre tiene los suficientes recursos económicos, humanos o la mas simple vivienda.
Hay que tener en cuenta la realidad de estos niños, que es muy diferente a la de la mayoría.
Al primer anónimo, claro que la iglesia tiene todo el derecho a expresarse nadie se lo niega, el punto es que lo que el cardenal hace no es expresarse sino tratar de imponer su moral sobre el estado. Y lo apoyo en cancelar las fiestas eclesiásticas para hacer puente y descansar, este país necesita trabajar no andar buscando puentes y pretextos para no hacer nada, bien ahí.
kreo ke la iglecia no tiene por ke meterse en la politica y converser a sus seguidores a oponerse a las leyes, ya ke nadie esta por ensima de la ley, lose se pueden expresarse ia ke cualquier invibiduo puede aserlo, pero ia no estamos en la santa inquisision.
serie bueno ke la iglecia pagara impuestos, ia ke es la empresa mas grande del mundo.
y ablando de la adopcion, muchas familias de mexico se crian en un seno familiar de puras mujeres, conformados por abuela,mama,tias.
no beo por ke no parejas del mismo sexo no puedan adoptar,a ke se keden en orfanatos sin saber ke es el amor de una familia.
muchas personas son de mente cerrada se kedan con lo ke les dice la iglecia, no son para ponerse a pensar ellos solos.
mientras esto siga pasando mexico no saldra de este bache.
Otro punto.
Primo y antes que nada, La moral la iglesia y el Carnal Marcelo, me importan un comino, yo me pregunto…. Todo ese martirio clavario y sufrimiento que se quejan los gays por tratar de salir del closet, porque no son entendidos por su familias y la sociedad, etc, etc, etc, ahora se los impondrán a niños que adopten, porque es lo mismo solo cambia de lado el gay ahora él es el padre,, no? Recuerden que todos humanos aprendemos por el ejemplo y todo los niños o la mayoría tratan siempre de enorgullecer a su padres ,,,Yo personalmente tengo muchos amigos gays, mucha gente que admiro es gay, y respeto valoro e impulso su derechos, pero sobre de ellos primor el derecho de los niños
Publicar un comentario